La NEP en Rusia de 1917 y el error de usarla en el caso venezolano por Víctor Álvarez y Jesús Faría

“La tarea de los marxistas consiste en contraponer de la manera más ponderada y precisa el análisis de las fuerza de clase existentes y los hechos irrefutables, a los lloriqueos y el pánico de los filisteos del campo reformista y del revolucionarismo”
(Lenín, O.C. 33, pp. 11-12)

El presente es en respuesta a la utilización de la NEP en Rusia en 1921 como ejemplo para fundamentar una política de acuerdo con la burguesía venezolana por parte de Víctor Álvarez y Jesús Faría en notas que publicaran en los diarios Últimas Noticias y Correo del Orinoco en este mes de diciembre.

A partir de la primavera rusa de 1921 se plantea en el seno del Partido bolchevique, la cuestión tan espinosa, tan impactante, al punto de producir perplejidad en algunos miembros y en otros dura oposición , del cambio de la política económica que se había venido practicando hasta ese momento: la NEP o Nueva Política Económica. Esto tensó las relaciones dentro del partido, y la lucha teórica y política de Lenín fue titánica.

Hasta el momento de la formulación y defensa de la NEP se podían distinguir en el proceso revolucionario ruso dos períodos. El primero de ellos abarca desde fines 1917 hasta la primavera de 1921, y el segundo, que se inicia precisamente en ese año. A su vez, el período 1917-1921 puede ser dividido en cuatro etapas: 1º) esencialmente político-revolucionaria: va del 25/10/1917 al 5/1/1918 en que se procede a la disolución de la Asamblea Constituyente. Fueron  poco más de dos meses en los que el poder proletario surgido de la revolución liquidó en forma profunda, total e irreversible el feudalismo y el viejo poder zarista; como una tromba se pasó de la revolución democrático-burguesa a la revolución proletaria socialista; 2º) las negociaciones con la Alemania militar por la paz de Brest-Litovsk, lucha interna contra el izquierdismo y la verborragia pseudo-revolucionaria; 3º) La guerra civil, la ofensiva del general Wrangel con el apoyo externo, pérdida de territorios, e internamente lucha contra los mencheviques, anarquistas y eseristas , y 4º) Cese de la intervención y del bloqueo

El país increíblemente arruinado, apenas empieza a reponerse, advierte sólo ahora toda la magnitud del desastre, soporta terribles calamidades, la paralización de la industria, malas cosechas, hambre y epidemias”  
(V.I. Lenín, Obras Completas, Editorial Cartago 1960, tomo 33, p. 13).

Este período y sus etapas fueron el del intento de una política de construcción inmediata y directa del socialismo. Fue éste un período fundamental porque se había arrancado el poder político a la pqburguesía menchevique pro-burguesa, surgió el sistema soviético de Estado en reemplazo del parlamentarismo burgués y posteriormente la salida de la guerra imperialista.

En la primavera de 1921, la revolución se enfrentaba a un cuadro social, económico y militar desolador, lo cual exigía de ese entonces a un cambio radical de políticas porque la realidad mostraba que  

“En medio de inauditas dificultades económicas, tuvimos que hacer la guerra a un enemigo cuyas fuerzas eran cien veces superiores a las nuestras; como es lógico, la situación nos obligó a ir más lejos de lo necesario y a tomar medidas extraordinarias de carácter comunista. Nuestros adversarios creyeron que terminarían con nosotros, que podrían someternos, no de palabra, sino de verdad. Dijeron: `No les haremos concesión alguna´. Respondimos: `Si Vds. creen que no nos atreveremos a tomar las más extremas medidas comunistas se equivocan´. Nos atrevimos, lo hicimos y vencimos. Ahora afirmamos que no podríamos seguir manteniendo esas posiciones y retrocedemos porque hemos conquistado lo suficiente como para conservar las necesarias”  
(Lenín, O.C. 33, pp.201-202).

Se presentó pues la necesidad de un “retroceso estratégico”, un cambio de métodos en la marcha y en la modalidad de avanzar para la consolidación del poder soviético y de la construcción del socialismo. Se plantea la necesidad de adoptar un camino “reformista”, “gradualista”, porque la principal fuerza de sostén de la revolución y del socialismo, el proletariado, estaba exhausto y hasta desclasado: ¡¡se avizoraba un peligro de continuar con el plan anterior, de proseguir tozudamente la revolución sin reparar que el proletariado y su aliado, el campesinado requerían una tregua, nuevos planes y nuevas políticas, sobre todo el desarrollo de la gran industria y la reanimación de la producción agrícola para el sostenimiento de todo el edificio social ruso!! Se pasa entonces, no sin duros debates en lo interno del partido y del Estado, a implementar una nueva formulación del siempre vivo objetivo de la construcción del socialismo. Este retroceso consistía básicamente en conceder la libertad de intercambio, reanimación del mercado, a la clase campesina aliada de la clase obrera rusa. Se pasaba en los hechos de la política de requisa del período anterior, a la de pago de un impuesto por parte del campesinado y dejando que éstos tomasen la iniciativa en las inversiones agrícolas. Era una reanimación de las relaciones capitalistas sí, pero controladas, bajo vigilancia y supervisión general del Estado soviético.   

Era una decisión estratégica:

“Agobiados por la guerra, no podíamos concentrar nuestra atención en la organización de las relaciones económicas y de las formas de convivencia entre el poder estatal proletario, dueño de una gran producción que atravesaba un estado de increíble ruina, y los pequeños agricultores que, mientras sigan siéndolo, no pueden subsistir sin que se asegure a las pequeñas haciendas cierto sistema de economía de mercado”  (Lenín, O.C. 32, p. 181).

Con claridad meridiana la estrategia consistía en renovar las relaciones de clase recíprocas que posibilitaran el mantenimiento del poder soviético: la base es la de proletariado + campesinado:

“…Pero no olvidamos que hay diferentes clases, que la contrarrevolución anárquica pqburguesa es un escalón político que conduce al poder de los guardias blancos”.  “Debemos reconocer que son necesarias las concesiones y la compra de máquinas y aperos para abastecer la economía agrícola, para poder cambiar instrumentos de trabajo por cereales y reestablecer así entre el proletariado y los campesinos relaciones que aseguren la subsistencia de los últimos en tiempos de paz”  
(Idem, p. 182)

“Hay que admitir el agotamiento y la extenuación de las masas ¡¿cómo no iban a repercutir en nuestro país los siete años de guerra, si cuatro años de conflagración se dejan sentir incluso en los países más adelantado?!  
(Idem, p.216)

“La sustitución del sistema de contingentación por el impuesto en especie es ante todo un problema político, pues su esencia reside en la actitud de la clase obrera ante los campesinos”
(p. 207).

Esta medida formaba parte de la NEP y fue la inauguración de ella: era esencialmente una decisión política no económica, en la tarea de construcción del socialismo incipiente en Rusia, esto iría a facilitar, a aliviar, la dureza de las acciones contrarrevolucionarias y otorgar “un respiro” tanto al proletariado como al partido bolchevique en el poder político ya que

“… las relaciones de estas dos clases principales (proletariado y campesinado), cuyo enfrentamiento o acuerdo recíproco determinan la suerte de nuestra revolución”  
(Idem, p. 207).

Era éste, pues, el sentido de clase más profundo de la Nueva Política Económica.

En la primavera de 1921 ya

“… no se trataba de la construcción directa del socialismo sino de retroceder en varias ramas de la economía al capitalismo de Estado; no se trataba del ataque por asalto, sino de la difícil, dura y desagradable tarea de un sitio prolongado, unido a numerosos retrocesos. Esto era imprescindible para encarar la solución del problema económico, es decir, asegurar la transición económica hacia las bases del socialismo”
 (Énfasis agregado. Edic. cit. 33, pp. 81-82).

La situación social y económica de la Rusia de aquella época imponían sí o sí “variar los métodos”  porque la Rusia de aquellos tiempos tenía,  no sólo una minoría, sino una considerable minoría proletaria y una enorme mayoría campesina. Para Lenín y su planteo

“… en un país donde la inmensa mayoría de la población son pequeños productores agrícolas, sólo es posible lleva a cabo la revolución socialista a través de toda una serie de medidas transitorias especiales, que no serían necesarias en absoluto en países de capitalismo desarrollado, donde los obreros de la industria y la agricultura constituyen una mayoría aplastante”
(Idem, 32, p. 207)

De manera que la alianza de la clase obra con el campesinado era la clave del poder soviético y de la posibilidad de construir el socialismo, pero no había que llamarse a engaño:

“los intereses de estas dos clases son distintos, el pequeño agricultor no quiere lo mismo que el obrero. Sabemos que sólo el acuerdo con el campesinado puede salvar la revolución socialista en Rusia, en tanto que no estalle la revolución en otros países”  
(Idem, 32, p. 208).

Y para mantener esta alianza, por tanto, la clave suprema de la política y de la estrategia para el socialismo, se debía atender las demandas de la clase campesina, y para ello se convertía en una necesidad vital la introducción de cierto grado de “libertad de comercio” para el pequeño propietario privado. 

Se advierte en consecuencia que no era una mera política económica por errores en la implementación de decisiones “administrativas” cotidianas; no se proponía una “rectificación” porque los burócratas responsables hubieran fallado en el manejo de las “variables macroeconómicas”, no se trataba tampoco de “acuerdos” con la burguesía para “invitarlos” a colaborar en la construcción del socialismo (!!??), quimérica como inentendible posición ¿la burguesía iría a colaborar en su propia destrucción? La situación había cambiado y había que producir un viraje para salvar al proceso revolucionario y al Estado proletario, para ello ya no había que contar con el paso directo al comunismo.  Desde ese momento en adelante los enemigos principales eran internos: 1º) la jactancia comunista; 2º) el analfabetismo, y 3º) soborno más la burocracia que ya, incipientemente, mostraba sus colmillos. 

Podría, a esta altura, hacerse una síntesis. Para la época de la NEP Rusia se había desprendido de las ataduras del capitalismo mundial, había creado un nuevo Estado bajo la forma soviética, el poder de ese Estado estaba en manos de una vanguardia de clase proletaria, o sea bajo un poder único, se había eliminado el parlamentarismo burgués y la estructura jurídica burguesa.  En cuanto a las fuerzas sociales en pugna eran internamente: la primera el proletariado, la segunda la pqburguesía campesina, la tercera externamente, los terratenientes y capitalistas emigrados a Europa occidental, incluyendo una masa de empleados estatales y de empresas privadas que rechazaban al bolchevismo, invisible en la lucha interna pero apoyada y sostenida financieramente por la burguesía mundial.  La revolución había producido un violento cambio en las relaciones de producción y en la clase dominante.

¿Es acaso ésta la situación de Venezuela y su dirección política? ¿Fue tan lejos el chavismo en el objetivo de construir el socialismo? ¿Tomó medidas y decisiones “comunistas”? ¿Se plantea ahora esa dirección “retroceder” estratégicamente para reforzarse y luego retomar la ofensiva sin enemigos internos? ¿Tiene planteada la dirigencia la construcción de una gran economía de Estado aplastando la propiedad capitalista? ¿Ha eliminado la estructura del Estado burgués? ¿Es el proletariado venezolano la clase de vanguardia y el PSUV su dirección sólida y aguerrida en la construcción de la nueva sociedad? ¡Nó! ¡Nada de esto hay en Venezuela! Lo que sí hay es una dualidad de poderes desde hace 16 años que ha llevado a una situación de “equilibrio” inestable en la lucha de clases con la burguesía y su aliado Imperial.

“Cuando tomamos el poder de golpe, la burguesía rusa no estaba organizada ni desarrollada políticamente”  
(O.C. 32, p. 477)

¿es igual lo que sucede con la burguesía venezolana? Ésta está organizada internamente y a nivel mundial, además, es claro que la burguesía no ha sido, no ya eliminada, sino que ni siquiera es acosada, asediada, por las decisiones y políticas desde el Estado y desde los trabajadores, por el contrario, se  la mantiene, se le entregan divisas, se hacen negocios con ella, cosas éstas que ella “recibe” pero que no le interesan para nada porque su finalidad de clase es ¡derrocar al chavismo por cualquier medio! En Venezuela no hay relaciones socialistas de producción y consumo, lo que la dirección política procura es construir un “tránsito hacia” tal objetivo, o sea está muy por detrás de lo hecho por la revolución rusa de aquella época de 1917-1921. No hay hambre, ni ruina, ni escasez de bienes, no hubo ni hay invasión de su territorio, aunque se sabe que hay agresiones, bandas y mafias financiadas por esa burguesía interna y por la CIA, burguesía con la que Faría & Cia. quiere y propone ¡establecer acuerdos! Diz que para rectificar y hacer como hizo Lenín con la NEP en Rusia, lo cual es un burdo y grosero argumento falaz como hay que concluir de lo mostrado aquí.  

Dado este cuadro social y político innegable, entonces ¿en que concluiría una NEP como la que plantean Álvarez y Faría de modo tan mentiroso? Pues nada menos que en entregar a la burguesía, atado de pies y manos todo el movimiento popular al que aún le falta “ir más lejos” y no “quedarse aquí” bajo el capitalismo que impera en la sociedad venezolana todavía; es la capitulación pequeño-burguesa enquistada en el movimiento popular;  tales argumentos en boca de tales apóstoles son sólo argucias pro-burguesas y pro-capitalistas, son la contrarrevolución que se quiere presentar como análisis “científico”, “serio”, “criterioso” en contra de quienes se oponen a ellos. Nada hay de científico, serio ni de criterioso en tales sofismas que desfiguran burdamente la realidad y que la propia historia rusa a la que esos autores se refieren desmiente categóricamente. ¡Esto es mofarse de la realidad!

Si hiciéramos un símil de las jactancias que acechan como enemigos para Venezuela de lo que ocurría en Rusia ¿cuáles son los enemigos principales que tiene hoy el proceso chavista?

1º) Jactancia socialista, de un socialismo inexistente.

2º) Consignismo vacuo, con aburridas arengas diarias.

3º) Corrupción  + burocracia partidista, de un PSUV que no se muestra como agente de cambio revolucionario.

 Y no menos nocivo para todo el proceso,

4º) Jactancia economicista (pro-burguesa), de supuestos economistas “serios” que se entregan a elucubraciones y tergiversaciones indecorosas y contrarias, de hecho, al proceso popular.

Lo que en la Rusia de 1921 era una Nueva Política Económica (NEP), en Venezuela se pretende “contrabandearla” con la misma sigla pero con diferente contenido: Nueva Estafa al Pueblo (NEP), esto es lo que proponen supuestos intelectuales “marxistas” chavistas al estilo de Víctor Álvarez y Jesús Faría.



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