Muerte en los barrios "por diferencias políticas"

El contenido de la noticia encendió una alarma en mi conciencia. Nada de lo que el imperialismo ha hecho para acabar con la Revolución Bolivariana causará tanto daño como la división en los sectores más humildes de los venezolanos, para lograr que se maten entre amigos y compadres. Esa violencia es el resultado de acciones del imperio, que busca justificar con ella una intervención de fuerzas militares extranjeras y en el ínterin las suyas se apoderarán del petróleo de los venezolanos.

Las acciones revolucionarias, para evitar el ahondamiento de la brecha, no sólo son insuficientes sino que en algunos casos son equivocadas y omiten las acciones apropiadas para enfrentar estos hechos. Lamento, por ejemplo, que se empleen más esfuerzos en conciliar con traidores y ladinos insalvables, como se intenta con algunos miembros de la Conferencia Episcopal Venezolana, fuente ésta de opiniones que tienen el propósito de ahondar, con la falsa espiritualidad que caracteriza a esa organización, en la brecha criminal.

Insuficiente es la razón que obliga a la moderación y permite que la semilla de odio, sembrada en los venezolanos, sea regada diariamente por canales de TV como Globovisión y un número importante de emisoras de radio. Se subestima la magnitud del daño que algunos traidores ejecutan, cuando se banalizan las denuncias de Eva Golínger y Mario Silva, contra periodistas que reciben beneficios del Imperio.

El precio por la vacilación o moderación, frente a traidores como éstos, será nuestra libertad, pues la próxima acción del Imperio, para acabar con la Revolución Bolivariana está fundada en la división que ellos fomentan. No hay razón para conciliar con quienes cavan esa brecha, ni tiempo que perder para evitar que logren su propósito. Es necesario recurrir a la fortaleza espiritual de toda la nación venezolana, que ha sido hasta ahora su escudo para rechazar, por sí misma, el enfrentamiento a la que es impulsada.

Por parte nuestra, la fe en Dios nos ha elevado por encima de diferencias políticas o conceptuales, maravillosa realidad que algunos dirigentes prefieren omitir o ignorar, pero no el Imperio, que decidió intervenir ese encuentro espiritual que mitigó ánimos violentos en los peores momentos. Sus lacayos con sotana y en el ejercicio del periodismo arremeten contra esa fortaleza. Frente a esta acción, mi respuesta es: DIOS, PATRIA, SOCIALISMO O MUERTE.


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Rafael Flores

Capitán de altura y productor agrícola

 eveliseyrafael@hotmail.com

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