“El Gobierno ha facilitado las liberaciones, ha hecho rescates y no se opone al acuerdo humanitario siempre y cuando no sea para devolverle delincuentes a las FARC”, precisó el presidente colombiano

28 marzo 2010 - Una vez más, el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, condicionó la posibilidad de un intercambio humanitario con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a que los más de 500 guerrilleros presos en cárceles oficiales, tras ser liberados, no vuelvan a las filas de la guerrilla.

Tras una reunión del Consejo de Seguridad en el departamento de Arauca (este), luego de la liberación unilateral de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) del soldado Josué Daniel Calvo, el mandatario reiteró una de sus condiciones inamovibles para el intercambio de prisioneros de guerra.

“El Gobierno ha facilitado las liberaciones, ha hecho rescates y no se opone al acuerdo humanitario siempre y cuando no sea para devolverle delincuentes a las FARC“, aseguró el presidente colombiano.

Inmediatamente resumió su exigencia: “como condición que aquellos integrantes de las FARC que salgan de la cárcel no regresen a delinquir“.

El intercambio humanitario, propuesto por las FARC, ha sido también defendido reiteradamente por la senadora liberal y vocera de la organización Colombianos y Colombianas por la Paz, Piedad Córdoba.

Este sábado Córdoba exhortó al Gobierno colombiano para que estudie “la importancia del intercambio humanitario”, por lo que le pidió “la voluntad de que no se puede ir (Uribe) sin que hagamos el intercambio humanitario“.

No obstante, Uribe ha rechazado constantemente la posibilidad de llegar a un intercambio humanitario con las FARC porque para él el único acuerdo que acepta es que los rebeldes “liberen unilateralmente y de inmediato a todos” los retenidos.

“El único acuerdo humanitario que se acepta es que liberen unilateralmente y de inmediato a todos los secuestrados, y que cesen los actos de violencia y que hagan la paz“, remarcó Uribe en febrero de 2009.

De igual modo, ha insistido en que los rebeldes presos por el Gobierno, de ser liberados no retomen las armas y se conviertan en gestores de paz.

“Los que llegaren a salir de la cárcel, deben dar todas las garantías, por la ubicación, la vigilancia, etcétera, de que no vuelven a delinquir. Quiero llamar atención de mis compatriotas sobre esa necesidad. Porque el acuerdo humanitario no es para fortalecer el terrorismo, sino para liberar a los colombianos de la pesadilla de las acciones terroristas“, indicó Uribe en el discurso de este domingo en el departamento de Arauca.

El presidente de Colombia, quien entregará su cargo en agosto de este año, también ha reiterado que no negociará con las FARC y los ha calificado de “terroristas”.

“Los terroristas que durante tanto tiempo han tenido las posibilidades de paz, no han querido hacerla, hacer la paz“, señaló Uribe en 2008.

En marzo del año pasado, la guerrilla anunció su disposición para un intercambio de prisioneros con la intermediación de Colombianos y Colombianas por la Paz (CPP), organización liderada por la senadora Piedad Córdoba y que ha colaborado en las misiones humanitarias.

“Quisiéramos reiterarles que estamos listos para el canje de prisioneros de guerra y en disposición de no hacer del lugar de diálogo un obstáculo insalvable, privilegiando la libertad de los prisioneros en poder de las partes contendientes“, reza una parte del comunicado emitido por las FARC.

Uribe por su parte, ordenó también a Ejército a “arreciar” su ofensiva contra los insurgentes.

“La reacción del Gobierno es ésta: Frente a esos bandidos, que todos los días amenazan, hay que arreciar“, ha declarado el mandatario.

Este domingo, las FARC liberaron al soldado Josué Daniel Calvo en un punto de la selva colombiana, donde fue recibido por sus familiares, allegados, medios de comunicación, miembros de Colombianos y Colombianas por la Paz y por el profesor Gustavo Moncayo, padre del cabo Pablo Emilio Moncayo, retenido por la guerrilla desde hace 12 años.