Es evidente que las actividades
humanas no están limitadas por la falta de una fuente de energía.
La cantidad de luz solar que llega a la superficie de la tierra es casi
inconcebible, Una hectárea recibe alrededor de 50 millones de calorías
y la cantidad de calor solar que llega a 3.8 Km. Cuadrados en un día
equivale a la producida por la bomba atómica lanzada en Hiroshima.
Por lo tanto la cantidad de luz solar excede, a pesar de los adelantos
científicos y tecnológicos la capacidad del hombre para aprovecharla.
Y, este es uno de los principales factores limitantes del estancamiento
agroindustrial y de la degradación de la conducta humana para con la
naturaleza.
Los limites impuestos por el
ser humano al ser humano, surgen en particular por los medios utilizados
dependiendo casi exclusivamente del petróleo durante ya 150 años o
mas. Las personas han aprendido a convertir energía alternativa en
otras formas de energía (desde hace muy poco, la década de los
80), en pequeñísimas cantidades y a un elevado costo. Solo en ese
tiempo la energía transformada es utilizada para la agricultura, muy
poco para la agroindustria y casi nada para la tecnología. Siempre
ha dependido de la acción vegetal para obtener la síntesis original,
de allí a procedido a desechar la energía resultante con pasmosa indiferencia.
El mas sencillo habito humano
consiste en comer, incorporando a si mismo parte de la energía disponible
en los alimentos. Con esa energía las personas y los animales
realizan sus actividades diarias. Aunque somos maquinas de energía
química, nuestra eficiencia se mide considerando el valor calórico
de la energía mecánica que podemos producir. Parte de lo que consumimos
lo utilizamos en funciones como la respiración y la circulación sanguínea.
Parte se desprende en forma de calor y parte es indigerible y abandona
el cuerpo como desechos, alguna energía se pierde en el sueño y alguna
otra es convertida en actividad del sistema nervioso. El rendimiento
término medio del cuerpo equivale más o menos al veinte por ciento.
Esto significa que por cada 100 calorías consumidas como alimento,
podemos suministrar una actividad física equivalente a veinte calorías.
Los fisiólogos y los médicos
coinciden que para conservar la eficiencia, el consumo diario de alimentos
debe mantenerse en unas 2600-2700 calorías por persona. Es improbable
que alguna nación excepto los Estados Unidos, con un número normal
de niños y ancianos pueda consumir más de tres mil calorías diarias
per capita sin producir exceso de grasa. Pero están las sociedades
explotadas en las cuales se consume menos del mínimo deseable 2000
calorías por persona. Hay actualmente poblaciones enteras que no ingieren
calorías porque no comen, simplemente no tienen alimentos ni para producir.
Esta es una de las más dramáticas situaciones de este siglo,
la muerte por inanición, y por la hambruna controlada. Lo que lleva
al atraso paulatino pero constante no solo de la nación sino de la
región, disminuyendo la capacidad de trabajo y producción de esas
sociedades menos del mínimo. Un promedio de tres mil calorías de alimentos
y de un veinte por ciento en rendimiento suministran una actividad física
equivalente a seiscientas calorías diarias por persona.
Por eso, aun considerando
que la diferencia máxima y mínima del consumo de calorías por persona
de 2000-3000 para un rendimiento del veinte por ciento, existe una diferencia
sustancial en la energía física de las poblaciones en las naciones
pobres con las industrializadas en alrededor de un tercio de caballo-
hora. Este hecho es significativo especialmente en la población infantil
carente de alimentos equilibrados, o por la utilización exclusiva de
alimento animal o vegetal utilizados como complemento de los dos.
Los altos precios de los alimentos,
incrementados en un 53% desde el año pasado y en lo que va del
2008, permite que el hombre o mujer incluya carne roja o blanca en su
dieta solo cuando puede. Este sistema alimentario vegetal hombre o animal
hombre es muy antiguo, los dos se ven actualmente afectados en sus hábitos
alimenticios por una serie de condicionantes: el aumento de la población
mundial, el costo del transporte, los cambios climáticos, el aumento
de la tierra erosionada y el envenenamiento de las tierras cultivables
por la acción de los químicos, carencia absoluta de apoyo financiero
a los agricultores de los países subdesarrollados por la pobreza de
estas naciones y por la imposibilidad de competir contra los subsidios
de las naciones industrializadas a sus granjeros, para exportar sus
productos controlando la alimentación a escala mundial y lo consiguieron.
Ya no existe soberanía alimentaría en las naciones. las consecuencias
las padecemos actualmente. El sistema capitalista nos esta matando.
El proyecto de recurrir a las exportaciones de productos alimentarios
para sostener la seguridad alimenticia de los países esta funcionando.
Es una estrategia imperial para el nuevo orden mundial de dependencia
absoluta de 8 naciones.
En el país más poderoso del
mundo considerado así por los adelantos tecnológicos al servicio de
la estupidez militar. Nación que practica la inquisición tecnológica
para el mundo, pretende que la seguridad alimentaría de cada nación
pase por ellos. Los límites de la energía solar en las plantas son
determinados por la misma naturaleza de la fotosíntesis. Es un hecho
perfectamente establecido que solo una pequeña fracción de luz solar
puede ser transformada en otras formas de energía por el sistema vegetal.
Se calcula por ejemplo, que solo alrededor del 4% de la luz solar que
cae sobre los EEUU podría ser convertida de esta manera para beneficio
humano, simplemente no les interesa. Lo cierto es que ningún cultivo
natural que se haya sembrado en este país se acerca a esta cifra. Ni
siquiera el maíz, cultivo con alta energía calórico, devuelve apenas
el 0.3% de la energía solar que recibe el terreno en el que crece.
En esta devolución del calor esta incluido lo que se puede obtener
aprovechando los tallos, las hojas, las mazorcas y los granos comestibles.
Es un rendimiento excepcional. El maíz de la zona maicera de los EEUU
es el resultado de la biotecnología y por la agricultura científica.
No se acerca ni a la mitad del maíz de los mayas y aztecas de cultivo
natural o al maíz de los colonos tradicionales de Sur América, a pesar
de su tecnología de la que hacen gala.
El problema mayor de los problemas
mundiales que padecemos, pobreza, alimentación, cambios climáticos,
en un gran porcentaje está influido por el sistema capitalista. Sistema
que no promueve la unión para un orden funcional sino represivo. Domestico
a la naturaleza y significo la subyugación de la flora y la fauna.
Lo mismo que el hombre los animales la naturaleza así domesticada
pierde su esencia real por lo tanto su espíritu. Para triunfar socialmente,
políticamente, biológicamente, la domesticación requiere el establecimiento
de una relación que no prive al organismo domesticado (hombre, animal,
naturaleza) de la individualidad, libertad sine qua non de la supervivencia.
Las grandes megas ciudades
de este mundo moderno son el resultado de la pésima gestión política
del sistema capitalista. Hay que dar a las ciudades algo más que parques
de recreo, carreteras, y terrenos para acampar a los turistas. Ninguna
filosofía social de la urbanización puede tener éxito sino vuelve
a colocar al hombre o mujer citadino en la red altamente integrada de
vínculos que unen las formas de vida. Hace tiempo que existen las megas
ciudades, ya rondan las 44 con más de 8-10 millones de habitantes y
19 con 16 millones de personas con proyección a las 22 millones de
habitantes en poco tiempo. Pero hasta hace poco tiempo los habitantes
de esta podían mantener contacto directo con el campo y con el mar
para satisfacer así las necesidades fisiológicas y psicológicas que
el humano ha heredado para subsistir.
Las personas que habitan las
ciudades son los buscadores de alimento de aquí en más. Estas ciudades
construidas y creadas a imagen de un sistema opresor monárquico e imperialista
de Europa, nunca considero las exigencias físicas y biológicas, solo
la influencia de imperativos económicos y políticos.
Antes los humanos eran tan pocos y el mundo manifiestamente tan extenso, pero esa era antes, mucho antes. Hoy o aprendemos a coexistir con la naturaleza o la raza humana no tendrá alimentos para su sobre vivencia. El cambio de modelo social y político se impone, no nos queda de otra.
rcpuma061@yahoo.com