La Hojilla, De Primera Mano

El pensador y analista que yo quiero: Vladimir Acosta, Mario Silva.

Desde mi mas profunda ignorancia, poca capacidad e inteligencia, veo, siento, percibo y agradezco los análisis, pensamientos, desmontajes, denuncias, alertas y aclaratorias que siempre nos brindan el profesor Vladimir Acosta y Mario Silva. Los últimos programas de la hojilla trastocan y crean pánico, nerviosismo entre los sesudos dirigentes de la oposición, pero aun mas, mientras Mario Silva desmonta la información que sale de la cloaca de la oposición, del pentágono y la casa blanca. Por otro lado, está el profesor Vladimir Acosta con su agudo, severo y oportuno análisis de la realidad política y de todos los componentes que en ellos se desarrollan cada día. Un punto importante de estos patriotas, revolucionarios es que sus programas queden grabados, lo cual sirve de material útil para la difusión y comentarios. Además, que se deben usar en los diferentes foros que se organicen en el exterior por organizaciones como los círculos bolivarianos. De allí, la importancia de los medios en Venezuela de ayudarnos a que estos programas pueda ser copiados.

Volviendo al último programa del pasado lunes 18, Vladimir Acosta, da en el centro, en el mero clavo de las movilizaciones que motiva a los “jóvenes estudiantes” de la derecha a convertirse en protagonistas de las marchas y las guarimbas programadas por la oligarquía. Es bueno, saludable, repetir el programa o sus comentarios. Sobre todo, la historia de los padres de los sifrinos y el desarrollo y evolución de esos chicos en las presentes protestas. Igualmente, la autocrítica que hacer el profesor Acosta en relación al manejo informativo que se deja de hacer por parte de la revolución en el exterior. Es cierto, que quien informa primero, informa dos veces, las respuestas a la primera información no riposta el impacto de la primera. Creo que el juego esta, en que muchos de los funcionarios nuestros en el exterior viven un exilio diplomático, porque da vergüenza que tales funcionarios solo se apeguen o suscriban a sus cargos, se desatienden de la realidad, es mas ni les interesan conectarse con centros de discusión universitarios, comunitarios o sindicales. Ellos deben, por se debe instrumentar en la cancillería un rol y compromiso para que estos funcionarios públicos se mantengan activos en la defensa, protección y difusión de las verdades que se viene realizando en el país para confrontar las distorsiones, manipulaciones, engaños de la política mediática que promueve e impulsa la oligarquía mafiosa venezolana y los intereses de Washington en los asuntos internos de la República Bolivariana de Venezuela.

En conclusión, las personas que nombro en este articulo, a quienes jamás he tratado ni conocido, sino por medios de sus programas, se deben compactar y hacerse llegar a las diferentes organizaciones que brindan y apoyan nuestra revolución en el exterior. Recordemos, que la rata blanca del actual Papa elimino el Limbo, pero no al Cerbero, ni al resto de la estructura que no dibujo Dante Alighieri en su “Divina Comedia”, me explico, el hecho de que los “dirigentes” de la oposición no aparezca en estas guarimbas no quiere decir que no esten en la planificación de un nuevo complot.

Un avance, el Carenero los sifrinos están de paro, marcha y protesta, ¡coño! El calor de esta revolución le descongela la gelatina del pelo, la barquilla Tío Rico y el pastelado de mantecado, solo le queda el chupí chupí rojo rojito. ¡Que vaina pana! Tamo jodío.

Al profesor Acosta y a Mario Silva, sigan, no paren, que sus trabajos son de un valor incalculable, y los felicitos por tan brillante y constante defensa para la Revolución, al gobierno, al presidente Chávez y nuestro bravo pueblo venezolano.

Patria Socialismo o Muerte

¡Venceremos!


Esta nota ha sido leída aproximadamente 4213 veces.



Miguel Angel Agostini


Visite el perfil de Miguel Angel Agostini para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Miguel Angel Agostini

Miguel Angel Agostini

Más artículos de este autor