En qué se parece un opositor pidiendo gasolina a un chavista pidiendo Directv

Hace algunos años atrás por determinadas circunstancias y mera coincidencia me encontré con un alcalde de los más radicales de la oposición – cuyo nombre no es menester traer a colación por no ser relevante para el punto central de lo que se quiere exponer en éste escrito – con quien intercambié algunas breves palabras. De casualidad tenía en mis manos un folleto que había sido impreso por uno de los organismos del gobierno en el que se señalaban con estadísticas y gráficos determinados logros alcanzados durante la revolución en ciertas materias. Tomé el folleto y extendí mi mano y le pedí que me diera su opinión y me dijera qué pensaba acerca de tales logros a lo que el susodicho en cuestión respondió palabras más palabras menos: – No me interesa nada que tenga que ver con éste gobierno. Y, acto seguido, dio por terminada nuestra conversación.

Días después observé en los medios de comunicación al mismo alcalde pidiéndole al gobierno los recursos que necesitaba y que según él se le estaban negando para hacer más eficiente su gestión con lo que inmediatamente apareció en mi mente la interrogante de que ¿por qué de los que se la pasan criticando hay quienes dicen que el Gobierno no le interesa para unas cosas pero para otras sí?

Esto lo recuerdo porque, a propósito de la gasolina recién arribada al país, son muchos opositores hoy en día que apostaron a que no llegaba gasolina importada, que el gobierno lo hace mal, que PDVSA es un desastre y un largo etcétera. Pero, curiosamente, son los mismos que ya están averiguando cuáles son las bombas que estarán abiertas y cuáles son los días que les toca ir a llenar su tanque con una gasolina que trajo un gobierno que proclaman a gritos que es ineficiente y corrupto. Hay una similitud entre la forma de actuar del alcalde de éste relato y muchos opositores que arremetiendo siempre contra el gobierno no dudan en ser los primeros, incluso más que los que sinceramente creen en un proyecto político revolucionario, en obtener los beneficios del Estado. Son los mismos que critican las políticas educativas del gobierno pero tienen a sus hijos estudiando en la Bolivariana, que odian las cajas CLAP pero se anotan cada vez que pasa la gente del Consejo Comunal haciendo la lista para repartirlas, esconden a los que salen a protestar quemando Metrobuses pero se quejan porque les quitaron la ruta que pasaba frente al edificio donde viven y, entre otras muchas cosas, acusan de piratas a los médicos cubanos pero cuando se sienten mal van al CDI. Y, generalmente, cuando se les critica esa postura la principal excusa que indican es que ellos tienen tales o cuales derechos que les corresponde porque éste es su país también o dan cualquier otro argumento no necesariamente caracterizado por su brillante lógica.

No obstante, muchos de los que se hacen llamar revolucionarios o socialistas tampoco están exentos de esta afectación. Llenan su vida de gritos anti imperialistas y anti yanquis pero por igual piden que regresen pronto las transmisiones de Directv. Incluso, tristemente, muchos de ellos en el gobierno. No se diferencian mucho de los opositores al momento de dar excusas cuando se les critica eso y esgrimen casi los mismos argumentos: que ellos tienen derecho a la información, entretenimiento, que éste es también su país y pare de contar. Son los mismos que haciéndose llamar revolucionarios pedían su cupo Cadivi, su tarjeta en dólares y, de vez en cuando, se mandaron uno que otro viajecito para el exterior para sacarle provecho a unas cuantas tarjetas demás que se llevaban en los bolsillos.

De manera que si me preguntas en qué se parece un opositor pidiendo gasolina a un chavista pidiendo Directv diría que ambos están caracterizados por sufrir de una gran incoherencia entre lo que dicen y lo que hacen, entre lo que dicen ser y lo que son, entre lo que dicen pensar y lo que verdaderamente piensan. No es de extrañar entonces que, con gente así encargada de la política, Venezuela esté atravesando una de las peores crisis de su historia.



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Marcos Henriquez

Licenciado en Historia. Investigador y docente universitario.

 henriquezm1970@gmail.com

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