EL gobierno de transición hace rato que empezó

Partiendo de la definición del Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, cuando se habla de transición debe entenderse como la acción y efecto de pasar de un modo de ser a otro distinto.

Cuando se piensa en el país que dejó el Presidente Chávez al morir y el que existe actualmente entonces puede afirmarse que el gobierno de transición hace rato que empezó con el mismísimo Maduro, pues poco a poco se ha encargado de ir configurando una realidad que cada vez se parece menos a la que encontró cuando llegó al poder y no precisamente para mejorarla.

Atrás, muy atrás, a pesar del poco tiempo que ha pasado, se ha ido quedando en el olvido la Venezuela de los grandes proyectos: es lo que se puede evidenciar en las construcciones inconclusas como el metro de Guarenas – Guatire, el tren de Aragua, expropiaciones como la hecha para crear el Central Azucarero Ezequiel Zamora que no se sabe a dónde produce el azúcar, en la existencia de algo que se llama Corporación Socialista de Cemento que precisamente se caracteriza por no haber resuelto la escasez de cemento, entre muchas otras.

Produce tristeza pensar en la fábrica de Canaimitas, las muchas que se pudieron haber hecho para llegar a las escuelas y no llegaron, lo mismo que los teléfonos Vergatarios. Recordar que una vez algo llamado Café Venezuela se pensó para disfrute de toda la gente, igual que la Harina Venezuela y las Panaderías Venezuela, así como los PDVAL, Pdvalitos, Mercal, Venezuela Productiva Automotriz, igual en pensar la cantidad que produce actualmente la fábrica de briquetas en SIDOR, la situación con el coque en las refinerías sin gasolina y pare usted de contar.

La cantidad de proyectos que se fueron quedando atrás fue creciendo casi tan proporcionalmente como iban creciendo las divisas que se fugaron con el DICOM y toda suerte de inventos que trataron de regular la entrega de divisas, los cuales no sirvieron más que para crear entramadas redes de corrupción que poco a poco fueron configurando el desastre de país que se padece ahora.

Que en la actualidad se venga a plantear ahora un gobierno de transición es algo carente de sentido si consideramos, entonces, que la transición desde hace rato comenzó con el gobierno de Maduro. La promesa de un gobierno que debería representar para la población del país como una especie de viaje en autobús en el cual se contaría con su acertada conducción, parece que se quedó corta porque resulta que en dicho viaja el bus cada vez fue torciendo su rumbo por la falta de combustible, la escasez de repuestos y las malas decisiones tomadas, con lo que cada vez parece que ha estado alejándose más de su destino inicial que no debió ser otro el de la continuación del proyecto político del presidente Chávez.

En medio de la pandemia que se vive en la actualidad es probable que exista cierta percepción a que la gente piense que criticar el desastre del gobierno contribuye a echar más leña en el fuego. Por el contrario, creemos que esta pandemia es una oportunidad para un replanteamiento de la forma como se han estado haciendo muchas cosas en Venezuela.

Por ahora parece que los objetivos no han sido logrados, pero esperemos que el país definitivamente se enrumbe hacia el destino que merecemos y que, más temprano que tarde, cuando finalice éste gobierno de transición, quede esta época solamente como el recuerdo de una metamorfosis necesaria por la que se tuvo que pasar para fortalecernos como individuos, como sociedad y como nación en el transitar del camino hacia una vida mejor.



 



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Marcos Henriquez

Licenciado en Historia. Investigador y docente universitario.

 henriquezm1970@gmail.com

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