Urgente Banco de Venezuela y SUDEBAN

La banca privada actual es la misma que incipiente comenzó cambiando monedas entre diversos comerciantes y viajeros en aquella revuelta comercial y mercantilista de los años del siglo XVI de esta era, operaciones por la que cobraba hasta que prosperó tanto que, más bien, necesitaba más monedas para facilitárselas onerosamente a terceros; nacieron entonces lo que hoy conocemos como cuentas de ahorros.

Así comenzaron los entes financieros que hoy conocemos como bancos cuya mayor evolución y perfeccionamiento son actualmente las empresas burguesas bursátiles muy renombradas y hasta ahora impertérritas luego de flotar en ocasiones como las connotadas "pompas de jabón" de la entreguerras mundiales. Mientras el mundo de los trabajadores y asalariados se las ve negra, ellos sonríen por las tardes al golpear su martillo para cerrar la rueda de día.

Bien, este tipo de ente financiero es el que ya entraría en su fase epilogar mediante las criptomonedas, particularmente como la que luce más relevante e innovadora cual es la Criptomoneda venezolana conocida como el Petro, una moneda virtual con respaldo físico guardado y garantizado por el Banco Central de Venezuela y Pdvsa, a diferencia de las que le han precedido cuyo respaldo es fiduciario.

Ese declive de la banca responde también a su creciente deficiente servicio, tal como caracteriza a muchas de las empresas crematísticas privadas; a su incapacidad para adecuarse oportunamente a la explosión de la demanda de sus servicios, a los intereses políticos de toda transnacional que primero se vende como corderito y luego exhibe sus colmillos de feroz lobo, son esos los prolegómenos de esta nueva etapa de su importantísima vida comercial para todo sistema mercantil.

Sería así como estas empresas se quedarían sin clientes que migrarían hacia las criptomonedas porque, si a ver vamos, han sido muchos los bancos que se han ido con la cabuya en las patas y sus clientes han perdido el chivo y el mecate, y como ellos perderán su razón de ser ya que hasta los propios propietarios de cada banco caminarán necesariamente por el camino de las criptomonedas con respaldo físico en oro, diamantes, petróleo y en más riquezas tangibles de valor incalculable durante varios siglos por venir, hay riesgos con los ahorros congelados por estas instituciones, independientemente de las razones, válidas o no, que tengan.

Con el Petro desaparecerían las colas que hoy forman parte del paisaje citadino en los alrededores de las oficinas bancarias; se acabarían los malos tratos de gente tan mal educada como lo es el empleado e infatuado trabajador de esos bancos, particularmente cuando son asignados a zonas de pobres, lo que para ellos es un indicador de su "humillante" calificación laboral.

En consecuencia, empieza a preocupar a los cuentahorristas y cuentacorrentistas el corralito a los que los tiene sometidos su banco preferido. ¿Qué pasará con ese dinero que todavía hayan podido tener allí, en manos de unas entidades de futuro incierto, por ahora, y que por culpa del propio BCV o por la suya propia, no pueden ser retirados a voluntad de sus usuarios?

Por su parte, el Banco de Venezuela pone muchos obstáculos para abrir en él una cuenta hacia donde transferir tales ahorros. A este banco del Estado y a otros suyos también les sugerimos que hoy hagan una excepción URGENTE para con quienes les soliciten en persona transferirle fondos de inmediato.



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Manuel C. Martínez


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