Despojo a los brujos

Con todo mi respeto y cariño a los creyentes de cualquier religión, creo que la humanidad vive un momento estelar para quienes habitamos este planeta llamado tierra. Más allá de postmodernismo, nos encontramos en el momento de la gran reflexión, la que se refiere al fracaso de la humanidad esperando una respuesta mágico religiosa a todos sus padecimientos.

La humanidad ya ha sufrido suficiente como para esperar una solución a sus quebrantos desde los dogmas, la imaginería, los rezos, milagros o curaciones, como todo aquello vinculado con los teúrgos, los magos, los sacerdotes, pastores, misioneros, obispos y otros tantos representantes de una deidad suprema acá en la tierra.

La mitología y las historias llamadas sagradas no son malas en sí mismas, solo que hay que estar alerta cuando unos cuantos “vivos” las usan como instrumento de la manipulación y el poder, o cuando nos dejamos llevar por sus ensueños y fantasías, buscando suplir la realidad que duele o finalmente, evadiendo esa realidad en las penumbras del pensamiento religioso para no asumir responsabilidades ni personales ni sociales.

Por eso, el siglo XXI se nos asoma a manera de Renacimiento, como el escenario ideal para cuestionar todo planteamiento existencial construido a partir de los mitos, dogmas y las seudo historias de las religiones. Ya en la Edad Media encontramos a la Iglesia haciendo uso de las leyendas con fines proselitistas (como el titulado Drama de Daniel). Será en el siglo XVII cuando los laicos acuden a la mitología griega para crear una forma de entretenimiento llamado ópera. Sin embargo, la iglesia continuó trajinando-con supremo éxito- a través de los siglos con todos los mitos e historietas que extraían de los llamados libros sagrados. Cuentos inverosímiles tales como la creación del mundo, el diluvio universal, David y Goliat, Jonás y la ballena y los dogmas de la virginidad de María, tres dioses en uno, y lo de la infabilidad papal, por solo citar lo más relevantes, se constituyeron en los fundamentos sobre los cuales se construyó la más grande y poderosa institución que ha poseído o le ha sido impuesta a la humanidad. Cualquier síntoma de duda se resolvió siempre de manera expedita a través de la reverencia a la “obediencia pía”, como lo indicaba Santo Tomás o con aquella extraña expresión de creer por “dogma de fe”.

No obstante, pasados ya tantos siglos, ni la “obediencia pía” ni el “dogma de fe” ni los poderes mágicos y religiosos de tantos y tantos santos e iglesias, han sido capaces de darle una respuesta satisfactoria a la hambruna, guerras y muerte con las que la humanidad ha tenido que convivir. Se hace entonces necesario comenzar a desmontar lo que pudiera ser la estafa más grande que esta indefensa humanidad le ha tocado sufrir. Tal estafa queda al desnudo cuando los representantes de la iglesia conspiran a favor de una sociedad desigual, haciéndole las cruces a la palabra democracia o socialismo. Es importante hacer notar que no todo lo de la iglesia ha sido malo. Se salvan por ejemplo, tantas y tantas obras de arte, en la pintura, la música, la arquitectura y las letras, dedicadas por hombres píos (y por razones de dogma, poquísimas mujeres) a la santísima madre iglesia de Roma.

Veámoslo de esta forma: Un camión que en Bogotá aplasta un autobús escolar lleno de niños; un jardín de infancia cuyo techo cae sobre numerosas criaturas, por cierto muy cerca del Vaticano; la mortandad de niños en el continente Africano a causa de guerras y pandemias como el SIDA o simplemente por no tener acceso al agua; el aniquilamiento de miles de seres, niños, ancianos, mujeres, jóvenes, en Irak, Afganistan, y otras regiones del globo a causa de seres que aseveran llevar una cruzada cristiana, serían razones más que suficientes como para comenzar a poner en duda la existencia de un Dios supremo, todopoderoso, misericordioso, protector de los débiles, conservador del universo, que creó al hombre a su imagen y semejanza, o por lo menos, esta reflexión debería servir para ayudarnos a reconstruir la mitología o mejor aún, ponerla en su sitio. Es posible que pueda existir un Dios pero en todo caso no fue el que nos pintaron, pues éste no encaja en la realidad que hoy viven los habitantes del globo terráqueo. Por cierto, alguien ingenioso señalaba, que siendo la sobrepoblación uno de los males mayores de la especia, Dios con su poder supremo, pudo habernos distribuido un poquito mejor en su vastísimo territorio del espacio sideral, de manera que así sufrieramos un poquito menos.

Si se trata de un castigo, qué culpa tienen los inocentes niños. Porqué los africanos llevan la peor parte, o será que como en la Edad Media, si un noble debía ser castigado, el esclavo podía suplirlo, es decir, los pecadores son los del norte y los países del sur deberán sufrir las consecuencias. O será que en el continente africano viven los mayores pecadores del mundo, aseveración que vendría a constituirse en el paroxismo de un racista.

Es sorprendente enterarse de que actualmente hay más de 1.700 millones de creyentes en el mundo, es decir: casi un tercio de la población mundial. Alguien decía: “Lo irónico del asunto es que más del 80% de estos creyentes NUNCA HAN LEIDO LA BIBLIA. Un 15% la lee con los ojos cerrados, sin notar sus grandes incoherencias. Un porcentaje muy reducido las nota, pero nunca lo manifiestan, ya que la religión es su trabajo (léase NEGOCIO).”

En conclusión, no será ya la hora de que la humanidad conozca de economía política, historia y sociología, ciencia e historia de los mitos, por solo mencionar algunas materias, para que comience a darse explicación de todas sus lagunas y problemas existenciales y dependa menos de determinismos y chamanismos. Por supuesto, tendríamos que inventar una super misión para alfabetizar a la humanidad entera. Por lo pronto nos conformamos con avances modestos. Venezuela ya comenzó a dar buen ejemplo con Misión Robinson. Dicen por allí que donde llega CADAFE desaparecen los espantos. ¡Eso! ¡Se trata como parábola prosáica de la luz del pensamiento crítico! La luz que muy pronto, muchos pueblos de América latina comenzarán a disfrutar. Serán los sueños hechos realidad de pueblos dueños de sí mismos y libres de manipulaciones.


Las universidades, misiones, escuelas, centros culturales, centros profesionales, ateneos, etc, pudieran ser espacios apropiados para la discusión de este apasionante tema, siempre y cuando exorcicen sus ambientes y hagan despojo de tanto brujo maluco y retardatario que todavía anda por allí haciendo daño.

* Profesor universitario


Esta nota ha sido leída aproximadamente 2465 veces.



Rubén Rivas*

Merideño, Profesor de Música, con estudios en la Escuela de Música de la ULA. Egresado de la U. de Chile. Magister de la U. de Cincinnati. Autor de los proyectos de Carrera de Licenciatura en Música de la Universidad del Zulia y Universidad del Táchira.

 alcidesrivas@gmail.com      @alcidesrivas0

Visite el perfil de Rubén Rivas para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Rubén Rivas

Rubén Rivas

Más artículos de este autor