Saludos de paz y vida compatriotas. El capitalismo empresarial venezolano continúa con su férrea intención de quebrar económicamente al país. Los protagonistas de la guerra económica no dan tregua alguna, sin embargo, han llegado al descaro de exigirle al Gobierno Nacional, que realice una oportuna revisión de los precios de los productos regulados para adecuarlos no a la posibilidad de adquisición del humilde consumidor, sino para salvaguardar sus ganancias, con el argumento o chantaje de no poder cubrir gastos de producción. Las empresas Polar lograron su objetivo de incrementar el precio de la famosa harina precocida que producen, mientras que el Gobierno Nacional prácticamente facilitó, de manera complaciente, la petición presentada por los hambreadores del pueblo. Otra batalla pérdida que perjudica directamente a una población que ha venido enfrentando con paciencia y civismo los embates de la derecha conspiradora y no merece ser más torpedeada, por la falta de respuestas contundentes relacionadas con un criterio menos propagandístico y más realista de la producción nacional en todos los rubros de la cesta básica y de los servicios básicos. Ha llegado la hora de sincerar posturas y liberarse de medias tintas. Llegó el momento de exigirles a los responsables de garantizar la alimentación al país, una respuesta en hechos, sin discursos ni evasivas, que se traduzca en productos agrícolas, cárnicos y de consumo masivo que reemplacen en calidad y cantidad a los que se encuentran monopolizados por las mafias. Hasta cuando se le exigirá al pueblo ser solidario, disciplinado y consecuente, si no hay respuestas favorables hacia él. Hasta cuando el pueblo aceptará ser cómplice de su propio silencio y estar arropado con el slogan de la unidad. Hasta cuando todo lo llamado “poder popular”, que incluye a todos los ministerios, se mantendrá desvinculado del pueblo. El pueblo llano, común y silvestre tiene información de los manejos inescrupulosos existentes en el sector productivo nacional y eso lo sabe el Gobierno Nacional. Hacer llamados nerviosos para impulsar y financiar la producción nacional en el país, con la finalidad de contrarrestar la guerra económica, sin revisar la realidad productiva existente, significa reforzar la fuga de divisas y lo improductivo. Continuar designando en cargos puntuales y estratégicos a inexpertos en el área de la alimentación, se incrementará el déficit de productos, la desmotivación hacia la producción interna, la importación desmedida y el cobro de indecifrables comisiones por las compras realizadas. El reiterado llamado al Gobierno Nacional es actuar sin anuncios, con seriedad y decisión, para vencer la corrupción interna y el burocratismo oficial, con el firme objetivo de avanzar y evaluar nuevas acciones para la reactivación del sistema productivo nacional, para de esta manera darle un vuelco al chantaje y saboteo de los sectores empresariales y erradicar la guerra económica. Querer es poder, si verdaderamente se respeta el legado del Comandante Supremo Hugo Chávez Frías. Lo contrario sería una vil entrega de la Patria al Imperio norteamericano. VIVIREMOS Y VENCEREMOS.
