La globalización del Caos

Desde que la URSS declinó como sistema de contención al imperialismo-capitalista norteamericano, los gringos ya tenía su plan (A, B, C, D, F y G…) para desarrollar su hegemonía mundial: Finanzas, Comercio, Poder Militar y Petróleo. Recordemos que en área del control del Capital-Finanzas tanto el FMI como el Banco Mundial sirvieron para asfixiar con sus paquetazos a los países del tercer mundo, y con ello la entrega de la soberanía económica por causa de la desmedida Deuda Pública, a la que se sometía esa nación, que son muchísima. En la parte de comercio y patentes, ya las Rondas de Uruguay que tenía como meta “armonizar” todo lo relacionado al comercio mundial capitalista, lo que definía como GATT, que da nacimiento de la OMC, (Un total de 117 países firmaron ese acuerdo sobre la liberalización comercial en el mundo). Así afinaron sus hilos de control sobre el comercio sobre el resto de los países (China se escapa por la gran inversión gringa que solo buscaba mano de obra muy, pero muy barata para producir los bines y servicios que demandaba su mercado interno). No es de extrañar que sus ricos son más multimillonarios que hacen décadas atrás.

En el área militar, la gran apuesta, y hay que reconocerlo, los gringos se metieron en un bolsillo a Europa después de la Segunda Guerra Mundial, y más aun después de la desmembración de Yugoslavia. Para complementar es cuadro, solo les quedaba controlar los grandes yacimientos de petróleo y de otros recursos vitales en el mundo por su importancia industrial y para su consumo propio. Es decir no solo basta necesitarlo para su propia demanda, también hay que controlarlo, en ese caso el precio es uno de las otras arista del control. Así se dió la guerra Irak-Irán y su cadena de secuela hasta aplastar Irak por completo, y llenar de bases militares la península Arábiga. Un cuadro de dominación casi perfecto.

En ese orden de idea, podemos ver, que en cada conteniente y en especial en las llamadas zonas sensibles (por sus recursos naturales) cayeron en un caos total, donde se ven guerras de IV generación, asimétrica y de baja intensidad para socavar las fueras progresista de gobiernos nacionalistas y patrióticos que defiende sus recursos. Pero debemos ir al pasado histórico, de modo de comprender desde donde se inicia este proyecto de dominación global, que si bien no ha alcanzado su concreción al menos plantea las corrientes enfrentadas y que parten en dos al mundo, salvo algunos momentos.

Desde el siglo XVIII se presenta al estudio de las relaciones internacionales unas corrientes, puesto que aun están vigentes, que buscan estabilizar las relaciones entre las naciones, en especial entre los imperios. Es así como la principal variable utilizada para delimitar las diversas corrientes de pensamientos es la presencia o ausencia de “anarquía” en la sociedad internacional. Esa anarquía producía sus crisis y sus consecuencias eran y son peores, por lo que había una necesidad de buscar alternativas viables para mantener una Paz duradera. Sin embargo, plantearse una organización, institución o mecanismo para el establecimiento de una autoridad supranacional es mucho más compleja, incluso se produjo pensamientos que van desde hacer de la paz por un deber moral hasta por la creencia de la imposibilidad de alcanzarla. Así da paso a dos corrientes o modelos que se adversan: el Idealismo versus el Realismo.

Revisando, pues la concepción idealista, nos encontramos que se da a lo largo de la historia política entre las naciones o cuerpos de poder de un Pueblo-Ciudad-Estado. Ya desde la antigüedad griega se comienza a ver esfuerzos por establecer unas concepciones que dicta lo que es bueno sin considerar la realidad y prescribiendo comportamientos racionales. En su evolución, esa utopía idealista nos llega más recientemente con el objetivo de establecer condiciones para la “Paz perpetua” en el sistema internacional. Este modelo presenta cuatro características básicas: a) La fe en el progreso compartido, entendimientos humanos en virtud de las potencialidades contemporáneas; b) Una visión no determinista del mundo, solo con la convicción en la eficacia del cambio a través de la acción humana; c) Racionalismo, considerar un orden político racional y moral como base fundamental para aplicarlo y sostenerlo. Cuando los idealistas hablan de progreso significa con ello la actualización de las potencialidades del hombre a través de la racionalidad y una cooperación sobreentendida; y d) La afirmación de una armonía natural de intereses, los intereses de los estados son mas complementarios que antagónicos.

Sin menospreciar este modelo que ofrece otro panorama frente a la constante guerras entre las naciones, analiza las relaciones internacionales partiendo de ver la guerra como algo amoral, por lo que hay que poner fin a través de una organización mundial basada en el derecho, es decir, garantizando a los miembros su seguridad (no les suena “las Ligas de las Naciones, o la “ONU”), pasando de un monopolio a un organismo mundial con capacidad de resolver conflictos entre estados. Para esto la seguridad es la clave de su sobrevivencia (de la organización supra-estado), y esta se conduciría en: 1) Rechazo a los tratados secretos y el fin de la diplomacia secreta y mayor participación pública, incluso más relaciones entre los pueblos propiamente dicho; 2) Renuncia a la guerra como instrumento de política exterior, por lo que plantea un reto complejo y de difícil engranaje, pero no imposible; 3) Reemplazo de la búsqueda del equilibrio de poder por la adopción de mecanismos de seguridad colectiva donde el comercio ofrezca también un beneficio para sus miembros; y 4) Establecer un orden internacional garantizado por las instituciones multilaterales, entre ellos las Asambleas o foros políticos y sus cortes y tribunales para dirimir las diferencias.

Entre sus primeros proponentes tenemos la visión de Kant y la de Wilson. El primero quería dejar presente que hay una tendencia hacia la paz correspondiente a una obligación moral absoluta, sostenía que para lograr la paz en un escenario de permanente conflicto armado es necesario un estado civil que de paso al contrato social, además planteaba que el derecho internacional debe plantearse en un federalismo de estados libres y en un federalismo y no en un gobierno mundial que tendría consecuencias totalitarias a falta de un organismo controlador. El segundo se erigió como el máximo exponente de este pensamiento en el siglo XX, el norteamericano Woodrow Wilson, quien comprometió a Estados Unidos en promover la democracia y el progreso moral del mundo, pero entre sus pares, es decir entre las potencias, porque en lo que se refiere a América Latina, esta seguía siendo el patio trasero al margen de esas discusiones, y si vemos el doble discurso y la doble moral de Wilson (presidente de los EE.UU., desde 1913 hasta 1921, que en su agenda hacia los países latinoamericanos esta plagado de Intervencionismo puro).

El mismo expresaba que, el origen de la ley internacional se remonta a un intento de establecer ciertas normas que fuesen respetadas y donde ninguna nación ejerza dominio, solo la acción conjunta de las democracias pueden garantizar la preservación de la paz, por lo que no se puede confiar en gobiernos autócratas. Esto se concretó en parte con el acuerdo de Versalles al término de la Primera Guerra Mundial y en él se elaboró un “Programa de Catorce Puntos”. Sin embargo, en esos años que van en el período de entre guerras (1919-1939) fue un revés a estos objetivos idealistas y se dio paso a una nueva manera de comprender la sociedad internacional: el realismo. Quizás el fracaso tuvo que ver más con la enfermedad que atacó al presidente norteamericano, pues ya no tenía plena capacidad para finalmente hacerla realidad. Vale la pena contraponer el otro modelo que lo enfrenta a rajatablas. El Realismo, asi tendremos una vision más objetiva y que nos amplia el horizonte con la perspectiva y con la necesidad de conocer y entender la complejidad en la que vive el mundo, cosa que no nos es nueva, y que a nadie debe sorprender.

El Realismo, implica ver a dichas relaciones tal cual y entenderlas mientras se desarrollan a partir de ciertos principios descubiertos que las ordenen. El dominante de los estados constituye la seguridad estratégica entrando en una lógica del uso del poder para la adquisición de más poder. Que si nos atenemos a la vision del Leviatán, esto se traduciría asi: La competencia, luchar por un beneficio; La desconfianza, luchar por la seguridad; La gloria, alcanzar reputación. No le parece que Hitler, o los presidentes franceses o gringos no han juagado a este rol dentro de sus propias fronteras.

Hans J. Morgenthau, teórico alemán que propone este modelo, y desde el punto de vista racional dice que, las fuerzas inherentes a la naturaleza humana provocan intereses opuestos que impiden la realización de los principios morales pero que se puede acercar a estos mediante el equilibrio de intereses y la conciliación de conflictos. Ya esta visión nos dice a que atenernos, lo que plantea es un vorágine del ¡sálvese! quien pueda. Por allí van los tiros que se disparan sobre Venezuela, nuestra revolución y sobre nuestro petróleo. De allí también, el ataque sistemático, como dice Walter Martínez: Guerra de cuarta generación, de baja intensidad.

Ahora veamos en que se sostiene el planteamiento de Morgenthau, según él, los clasifica en seis “principios” para explicarnos el realismo político. Primero: establece que la política y la sociedad obedecen a leyes objetivas solo para mantener un marco legal interno, para obtener el sustento jurídico de las acciones que posteriormente se emprenderán, esto hace que permanezcan ajenas al curso de las necesidades relativas, puesto que crea también en la facilidad de elaborar teorías que expliquen dichas leyes para convencer a las elites y a la sociedad civil. Por lo que estas leyes y teorías deben someterse a la doble prueba de la razón y la experiencia bajo diferentes instrumentos jurídicos o políticos, pero también bajo manipulación mediática. Es decir, la teoría es la verificación de los hechos dándoles sentido a través de la “razón” obtenida bajo manipulación, recordemos que los pensadores ya preestablecen modelos para ir in crescendo en su objetivo, si no se tiene un conceso, entonces no se logra el objetivo; Segundo: el elemento principal, y este debe ser tomado en cuenta para comprender como opera en la lógica de la dominación del imperio, es pues el concepto de interés definido en términos de poder. El realismo político diseña un marco racional que lleva ese objetivo a la continuidad de la política exterior. Además, permite evadir la preocupación de la misma sociedad pensante, racional y critica o sus diferentes motivaciones manipulándolas por otras preferencias ideológicas incluso. Por ejemplo, “el interés nacional” no en el buen sentido de la palabra, sino solo para los intereses financieros-económicos de unos pocos, pero que están aliados del poder militar y de ese complejo industrial. Van agarraditos de las manos.

Tercero: así mismo crea el concepto de interés en términos de poder universal pero no le da un significado inmutable, siempre dependerá del contexto político y cultural en cada período de la historia, y que es flexible, pues se mueve dependiendo del desarrollo tecnológico y las necesidades para mantener ese desarrollo, de modo de integrarlo a todos los objetivos que el estado haya perseguido o perseguirá en el futuro. Para entender este punto, es necesario revisar las continuas guerras que crean los imperios o naciones desarrolladas sobre otros países, en especial sobre aquellos que poseen cuantiosos recursos naturales indispensables para el mantenimiento del consumo y demanda del país imperial. Esto es aplicable a cualquier caso que ayude a mantener el control del hombre sobre el hombre, en otras palabras explotación, esclavitud; Cuarto: el realismo conoce el significado moral de la acción política y reconoce la tensión entre preceptos morales y requerimientos de la acción política, pero su naturaleza es desecharlo cuando le sea necesario, pues es su lógica. Por lo que tira al zafacón de la basura los principios morales universales, en especial cuando se determina la hora de recurrir a la guerra como tal, aquí el individuo da paso al estado pero como a un estado que esta conducido por un grupo muy reducido y que se cubre con el manto del Estado para llevar a cabo sus ambiciones grupales que en nada beneficia al pueblo en su totalidad, y es este el que definirá lo que se debe hacer en beneficio de la “nación”, que en los estados imperiales ese beneficio es para los grandes conglomerados empresariales exclusivamente, repito. Ignorarlo es darle luz verde sin someterlo a cuestionamiento.

Quinto: como tal es su lógica, su acta de nacimiento, se rehúsa a identificar las aspiraciones morales de una nación con los preceptos morales universales. Sin embargo, el concepto de interés en términos de poder es el que resguarda al análisis político realista de los preceptos; y Sexto: Se aleja de toda aproximación teórica legalista-moralista porque no puede subordinarse a estos parámetros aunque si los reconoce. En este último punto, hay que recordar que Bush hijo tiró por la borda lo que dijo la ONU en el caso de Irak y se lanzó su guerra.

Y para rematar, tenemos el planteamiento de Raymond Aron, que sostiene que el sistema internacional no ha superado el estado de naturaleza por la falta de transferencia de poder, lo que Fukuyama llamó “el fin de la historia”. El orden siempre ha sido anárquico a causa de la ausencia de un monopolio legítimo de violencia y oligárquico (no les parece que esto es lo que ha buscado implementar los EE.UU.) en el sentido de que sin sociedad civil los derechos dependen de la fuerza. Determina también dos facetas complementarias de la política exterior: una diplomática y otra estratégica, ésta en la actualidad es la guerra de Cuarta Generación y para ello es necesario el caos. A juzgar por estas concepciones, es que vemos la Globalización del Caos como escenario para sacar mayor provecho y así desde la óptica e interés gringos, imponer su dominación global. En ese escenario se crea la base del rechazo del líder, gobierno o país, el concepto de Estado Forajido o el Estado Paria en esa dirección. En base a esa lógica, la intervención tipo mercenarios, guerra de desgaste, penetración de las instituciones, asesinato selectivo de los líderes de esa nación, y de algunos de la “resistencia” o de los opositores, de modo de mantener o profundizar el caos. También esta la compra de gobiernos lacayos, y para ello es necesario tener figuras controladas como Alvaro Uribe, Nicolás Sarkozy, y pare usted de contar.

En conclusión, la creación de paramilitarismo, mercenarios o los llamados “Contratista” es parte esencial de ese modelo de dominación que el Imperio tiene jugando por dondequiera. Es por ello, que con Bush o desde su asalto al poder se pone en marcha el plan que ya estaba concebido, caso del 11 de septiembre es un elemento con el cual el gobierno logró el consenso y desde allí la luz verde para tragarse al mundo. Solo que los lideres de varias naciones, entre ellos Putin de Rusia, China, Irán, y Hugo Chávez de Venezuela han minimizado el avance gringo, pero a un costo de guerra de baja intensidad, donde las pérdidas son cuantiosas para los oponentes, pues el imperio saca sus recursos de otras naciones sometidas previamente. El Caos Global es el escenario ideal, la guerra se extiende, para el caso venezolano ya son más de 15 años de lucha, la historia reciente esta llena de casos concretos, por lo que las Guarimbas es parte de ese plan, la burguesía esta controlada desde afuera, los tienen maniatados. Para ello, hay que transpolar el caso de Uribe como el ejemplo más cercano y claro dentro de ese tablero bélico y macabro, pues la “oligarquía” venezolana tiene el filo de la navaja en el cuello, de allí su continuo saboteo. Podemos deducir que sus riquezas se cosecharon gracias a los negocios sucios. Un empresario serio y de fortuna amasada con trabajo y responsabilidad no cae en ese juego, téngalo por seguro.

Por ello el esfuerzo por la paz no llegará de la mano de los lacayos, apátridas (Capriles, Cisnero, etc…) ni de los gringos, sino de una sociedad fortalecida y apegada a un interés nacional, racional, consciente y consecuente con las bases de la ética revolucionaria. Los errores de la oposición, y las guarimbas, deben servir para ganar adeptos a esta moral y ética revolucionaria que tiene en su esencia revolucionaria el ideal bolivariano, que no es poca cosa. Agilizar el paso, que la marcha es larga: cultural, educativa, política, filosófica, ética y moral. Por otra parte, Revolucionario(a) que no actúe, que no se prepare, que se duerma, no solo lo pierde la revolución sino que lo gana el imperio. Será presa fácil de la Globalización del Caos.



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Miguel Angel Agostini


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