Se acrecienta fenómeno de cambiar las bolsas a la salida del Bicentenario

He pasado por varios abastos Bicentenario de la capital, y se repite un estilo, que sube cada día y se hizo habitual: cambiar las bolsas con la presentación y logo de Abastos Bicentenario por neutrales o de otras cadenas comerciales.

El fenómeno se repite en el suroeste y sureste de la capital, es decir, donde habitan sectores medios de la población.

Recorrí varios de estos comercios, y me detuve más de una hora para observar con detenimiento la conducta de compradores.

A la salida, muchas personas son esperadas por otras, quienes con nuevas bolsas comienzan el trasvase. También en los estacionamientos se repite la práctica.

¿Por qué sucede este fenómeno de conducta?, ¿a quién o quiénes se les teme?, ¿por qué no son auténticos?

Con la llegada de Osorio al Ministerio de Alimentación, la distribución y mejora en los abastos Bicentenario fue notoria. Se contuvo la espiral de desabastecimiento, y comenzaron a fluir productos que escaseaban.

La cadena gubernamental se convirtió en un referente para una franja de la población que comienza a desoir la conseja de medios de comunicación, y se acercan cada vez más a las ofertas de productos que patrocina el gobierno bolivariano.

La proyección emocional que inocularon los medios en sectores importantes de la población, los llevó a sentirse apenados ante sus pares, si acuden a un CDI, un Bicentanario, un banco Venezuela, u otro servicio que tenga sello bolivariano.

Porque en muchas zonas del este de la capital venezolana, el empaque, los logos en las bolsas de los supermercados, es también un perfil de tu ascendencia, de tu cache, en fin, de status.

Acudir a un Bicentenario para luego deshacerse de las bolsas o facturas, es como recibir los beneficios de tantas obras sociales y servicios de ayuda del Estado, y luego irreconocerlos por temor a ser considerado chavista.

Al fin y al cabo, las personas en sociedades elitistas, son medidas o tratadas de acuerdo a su dinero, viajes, cuentas bancarias, e incluso, por el supermercado donde acuden con regularidad.

No así por su humanismo, solidaridad, igualdad o magnanimidad, valores que Chávez trató de sembrar, de cosechar, y noten cómo fue tratado por las clases pudientes.

* Periodista



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Rubén Marcano*

Periodista, graduado en la UCV. TSU en Informática, con estudios sin culminar en Sociología y Derecho en la UCV. Con maestría de Periodismo y Comunicación Institucional en la Complutense de Madrid, Autónoma de Barcelona y UPEL. Ha escrito dos libros. Es profesor universitario y articulista.

 rubenmarcano@gmail.com      @rubenmarcanob

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