El Festival Mundial de Poesía

La poesía fue siempre fuente inspiradora para el Comandante Chávez. La cantó a su manera, la encontró en las coplas, la recitó desde joven en las riberas del Elorza, la hurgó en viejos libros, se la echó al hombro y desandó mil soledades de soldado y de revolucionario alimentando su alma con versos. Resultaba atípico en Venezuela que un jefe de Estado, Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y Presidente Constitucional del país se anduviera entre las ramas de la poesía en cadena nacional, en alocuciones, en foros, en encuentros con trabajadores, con empresarios, con cancilleres o con otros jefes de Estado. De algún modo nos avergonzaba hablar de la poesía o hablar en poesía, en público. Chávez rompió todos esos mitos y todas las reglas protocolares. No faltó quien se burlara de él, pero la gente sencilla y noble aprendió a cantar junto al Comandante Eterno. Así impulsó la lectura e insistió en motivar la culminación de los estudios primarios como mecanismo emancipador. Eso ayudó a que nuestros compatriotas se interesaran en leer las tantas leyes que aprobó la Asamblea Nacional durante estos catorce años del proceso renovador.

El proceso cultural reciente tiene aspectos concretos de ruptura respecto a la tradición ancilar que convirtió a Venezuela en uno de los países de mayor atraso socio-cultural de América Latina. No pocas veces se cuestionó la calidad del sistema educativo y ciertamente los niveles de rendimiento escolar, repitencias, deserción escolar y los promedios generales de notas revelaban las graves fallas persistentes. Intelectuales como Arturo Uslar Pietri, Luis Beltrán Prieto Figueroa y Maza Zavala expusieron en sus columnas de prensa, foros, conferencias y eventos afines esta honda preocupación. Fue la experiencia del doctor Uslar-Pietri con estudiantes de la Universidad Simón Bolívar durante el año 1991 lo que reveló la orfandad que asistía a nuestro estamento educativo. Luego de realizar pruebas de lecto-escritura y talleres de redacción Uslar-Pietri publicó el polémico artículo Una educación muda en el cual señalaba que el problema del joven venezolano no era que hablara mal (en términos del mal uso del lenguaje, los modismos, las groserías, el uso de subclases lingüísticas, etc.) sino que el problema residía en que el venezolano no sabía pensar. Determinó además que las limitaciones expresivas y la competencia comunicativa de un estudiante universitario apenas alcanzaba las mil quinientas palabras, exceptuando de esa cuenta, por supuesto, las preposiciones, los artículos, los números y otras unidades fijas de la lengua. Estimaba el doctor Uslar-.Pietri que eso era grave en relación al rendimiento estudiantil, la redacción de las tesis de grado y el desarrollo de áreas de conocimiento a través de postgrados e inculcaba la consabida práctica de alumno chuletero, que se copia las respuestas o las memoriza sin ningún desarrollo de las habilidades cognitivas relativas al análisis, la crítica, la investigación y fundamentalmente la adquisición de un imprescindible hábito de la lectura. Si, como argumentó en sus conclusiones de esa experiencia, se estimaba como cifra redonda necesaria para un estudiante universitario la cantidad de diez mil palabras, las faltantes ocho mil quinientas sólo podían adquirirse mediante el hábito lector. Y ni la escuela, universidades,  institutos formadores de docentes y en suma el Estado venezolano ni la misma familia mostraban interés alguno al respecto. Antes de Uslar-Pietri el Maestro de América Luis Beltrán Prieto Figueroa arrastró en solitario ese mismo clamor por aproximadamente 50 años y así lo dejó registrado en su voluminosa obra pedagógica.

Venezuela tiene en la actualidad dos perfiles claramente contrastantes respecto a ese pasado de sombras y nada más, como refiere un bolero conocido. El reciente censo poblacional de octubre de 2011 reveló que en el país habitan 28.946.101 ciudadanos y el Estado ha sido declarado libre de analfabetismo en tan sólo una década después de tener más del veinte por ciento del analfabetismo en su población más pobre. Eso por un lado, por el otro, se han editado ochenta y cuatro millones de publicaciones masivas, de distribución gratuita cuando no subsidiadas, completamente accesibles en las plazas públicas y durante jornadas de salud y distribución de alimentos, ferias populares y festivales, al tiempo que se han realizado concursos permanentes de estímulo a la creación y publicación de obras para principiantes y noveles escritores, poetas, cronistas, historiadores y pensadores, extensivo a otras áreas del arte como lo revelan las dos ediciones municipalizadas e incluyentes del certamen Gran Explosión Cultural Bicentenaria de 2011 y 2012 que en cada convocatoria sobrepasó los diez mil participantes entre todos los géneros de creadores literarios (literatura, ensayos y periodismo),  audiovisuales (cine documental y audiovisuales para televisión), agrupaciones escénicas y musicales (cantautores, danza, coro y teatro) y artistas de la imagen y el espacio (escultura, artesanía, fotografía, muralismo, artes gráficas, pintura y grabado) lo que no sólo revela la riqueza de nuestra diversidad étnica en un ambiente de pluralismo y convivencia armónica sino que las comunidades participan activamente por medio de sus cultores y hacedores populares como parte de un invaluable sincretismo histórico-cultural.

Este gran movimiento en masa de las expresiones culturales tiene su sostenimiento en la denominada Plataforma del Libro y la Lectura, órgano dirigido desde el Ministerio del Poder Popular para la Cultura hacia cada uno de los estados o provincias que impulsan en las sub-sedes regionales la política del Estado en materia de lectura y formación, talleres, concursos, certámenes diversos, foros y discusiones de toda índole. Para ello, ha resultado esencial la competencia armónica, activa, integrada y participativa de diversos entes. A continuación menciono algunos.

El Instituto Autónomo Centro Nacional del Libro, Cenal. Esta Fundación tiene como misión diseñar e implementar las políticas públicas en torno al libro y la lectura así como planificar, fomentar, proteger y estimular el área editorial reconociendo y apoyando el Sistema Social del Libro. De esta manera dicho organismo procura fortalecer los procesos de creación, producción y circulación del libro nacional e internacionalmente. De hecho, el país ha tenido una destacada presencia en las ferias internacionales del libro lo que hace veinte años era impensable o triste remedo de un viaje oficial de turistas literarios que pasaban por dichos eventos sin pena ni gloria. Los festivales mundiales de poesía y las ferias internacionales del libro en la Venezuela actual, por ejemplo, han permitido una valiosa interrelación de búsquedas y encuentros con creadores y obras de todo el planeta haciéndolo entrañable en el propio pueblo venezolano puesto que estos invitados acuden a las plazas públicas del interior del país a leer sus textos, hablar de sus experiencias creativas y a presentar sus publicaciones.

La Fundación Imprenta de la Cultura. El Estado venezolano creó el 21 de julio de 2007 la Imprenta Nacional de la Cultura y luego el subsistema de imprentas regionales para fortalecer la generación de información y el desarrollo del pensamiento crítico dando soporte a la política editorial más allá de las imprentas y empresas privadas relacionadas al libro y las publicaciones. Aproximadamente ciento setenta y una personas laboran en esta empresa estatal que en el corto tiempo ha editado aproximadamente cerca de cien millones de impresos para las editoriales oficiales, la mayoría de distribución gratuita, dentro de un esquema de servicio público de la lectura sin precedentes en el país. De este total, al menos seis millones fueron para el Ministerio de Educación mediante actividades conjuntas entre ese ministerio y el Viceministerio de Fomento de la Economía Cultural. Esta Imprenta de la Cultura funciona cerca de Caracas, en la localidad de Guarenas y aunque no satisface toda demanda editorial actual ciertamente abarca un amplio espectro de la misma.

La Fundación Editorial El Perro y la Rana. Esta editorial estatal fue creada el 6 de febrero de 2006 mediante decreto presidencial como parte del interés del gobierno nacional de ejecutar la publicación de libros y revistas en forma masiva, cuyos temas puedan entrar en sintonía con el interés público.  Se sumaba así esta ambiciosa iniciativa a otras editoriales existentes como Monte Ávila Editores y la Fundación Biblioteca Ayacucho aunque con otro perfil, muy claro y definido, de constituirse en un nuevo espacio para la expresión de las ideas y los sueños de todos aquellos escritores, poetas y creadores del país que quisieran contribuir con la formación cultural y política del individuo. Esto supuso en lo inmediato una serie de colecciones con ediciones de hasta cincuenta mil ejemplares destinadas  a promover la lectura y la escritura en el pueblo venezolano a través de libros con buena calidad de edición y costos inferiores a una simple taza de café o un pasaje de autobús. Ésta abarcó desde obras clásicas como El Quijote de la Mancha de Cervantes y Los Miserables de Víctor Hugo hasta el propio texto constitucional que reafirma los postulados de la nacionalidad y la identidad patria.El certamen Cada Día un Libro, que dio nombre a esa misma colección, se convocó a nivel nacional con espíritu de pluralidad y reveló a novísimos escritores y escritoras que tenían muchos años escribiendo sin poder publicar. Desde entonces el panorama literario venezolano se ha enriquecido de manera significativa. Las colecciones Poesía del Mundo y Literatura Infantil, por ejemplo, ponen a disposición de los lectores grandes y pequeños una cartilla diversa, ampliada y accesible para satisfacer sus gustos más íntimos. De igual modo, se creó la Biblioteca Básica Temática destinada a ofrecer libros de bolsillo sobre la escuela, la ecología, la ciudadanía, la cocina, los derechos laborales, derechos del niño y la mujer, entre otros quince campos, además de las colecciones Caminos de Sur, Consejos Comunales (destinada a llevar libros de interés general a las comunidades), Historias, Los Ríos Profundos, Los Siete Mares, Páginas Venezolanas, Paulo Freire, Poemas Urgentes, Poesía Venezolana, Premios Nacionales de Cultura, Taima-Taima y Trazos y Testimonios, entre otras. De esta manera, la Editorial cumple la visión de contribuir al rescate e identificación de las tradiciones y costumbres del país en su progresivo desarrollo.

La Fundación Librerías del Sur. Esta destacada herramienta del acceso al libro y la lectura en Venezuela cuenta con más de sesenta librerías entre los veintitrés estados provinciales del país. Es un soporte esencial del proceso editorial y participa activamente en las ferias y programas sociales mediante exposiciones al aire libre en los espacios públicos de manera itinerante con un rotundo éxito. De hecho, ha logrado agotar muchas de las ediciones masivas emanadas desde los órganos centrales. Narrativa hispanoamericana y poesía y cuento de nuevos creadores se ofrecen junto a libros de historia, de pensamiento crítico y político, ciencia ficción, literatura infantil y fantástica, biografías y literatura policíaca. Las mismas se han diversificado con las recientemente creadas bodegas culturales que funcionan en casas de familia para vender libros baratos, películas y música junto a las artesanías y cualquier otra forma de arte de manera solidaria y participativa con los creadores y artistas de esas y otras comunidades. Esta red de librerías se encuentra integrada a las políticas del Centro Nacional del Libro y sirven de plataforma para proyectar hacia todo el país las ferias nacionales del libro, regionalizadas durante todo el año de manera no coincidente para que los escritores regionales y nacionales puedan vivir la experiencia de manera integradora y coparticipativa.

Otras instituciones afines a las Políticas del Libro en Venezuela. El Estado venezolano ha fortalecido otras instituciones existentes integrándolas de manera activa a la creación y difusión del libro. Monte Ávila Editores Latinoamericana,  Biblioteca Ayacucho, La Fundación Distribuidora Venezolana de la Cultura, la Distribuidora Venezolana de la Cultura, el Archivo General de la Nación, el Centro Nacional de la Historia, el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, la Casa Nacional de Las Letras Andrés Bello que promueve diversos talleres, eventos y concursos de poesía y narrativa para estudiantes liceístas así como de literatura oral y el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional y de Servicios de Biblioteca reafirman esa estrategia de atención  a la lectura como actividad sensibilizadora del nuevo hombre que haga frente al mundo cautivo de las tecnologías, en constante desapego con su realidad y a veces ajeno al proceso de desarrollo psico-social de la misma sociedad.

El Décimo Festival Mundial de Poesía se suma a ese gran esfuerzo institucional ejecutado por el Estado socialista, que impulsa la democracia efectiva, participativa y protagónica desde el fortalecimiento de la base cultural, la identidad, la soberanía y la armonía entre los pueblos. Este mismo propósito impulsa la Feria Internacional del Libro que aún recorre el interior el interior del país como homenaje al poeta margariteño Gustavo Pereira. Otro juglar insular, el cantor del punto del navegante José Elías Villarroel (o Chelías Villarroel) sentirá en versos este homenaje múltiple del espíritu. También se reconoce la trayectoria de un gran poeta de Guanta, residenciado en Mérida y profesor jubilado de la ULA, donde me dio clases a finales de los ochenta, me refiero a Carlos César Rodríguez. Y un tercer homenajeado es el antólogo querido y recordado por siempre, el poeta José Antonio Escalona-Escalona, a quien imagino siempre en bus de medianoche entre Barinas y San Fernando de Apure. En ambos eventos, la Filven y el Décimo Festival Mundial de Poesía se le rinde un sentido homenaje al Comandante Eterno Hugo Chávez Frías, recién distinguido con el Premio Nacional de Periodismo, pos mortem. Resulta inadmisible que haya venezolanos que protesten y rechacen esa humilde distinción al Comandante Eterno, pretendiendo desconocer su ejemplar política del libro y la lectura y todo el apoyo brindado a nuestros artistas populares, además de hacer del periodismo de calle una actividad directa y no la fría y metódica rutina que algunos periodistas ensayan en un salón de clase. Por suerte la cultura tiene sus propias formas de forjar sus gratitudes y la poesía es una de tantas. Cantaremos junto al pueblo unido, socialista y revolucionario, al lado también de nuestros distinguidos homenajeados a partir del 16 de junio de 2013, apoyando al poeta amigo William Osuna y su equipo de trabajo de las Casa Nacional de Las Letras Andrés Bello y las instituciones del Estado integradas a este noble esfuerzo. Son bienvenidos los poetas y poetisas provenientes de Alemania, Argentina,  Bolivia, Chile, China, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Francia, Estados Unidos, España, Haití, Palestina, México, Portugal y Puerto Rico. Los esperamos en los espacios del Teatro Teresa Carreño, verso en mano, hermanos.

elpoetajotape@gmail.com

Poeta, narrador, ensayista.

Ha obtenido diversos premios literarios:

II Bienal Literaria de Guayana (1993),

II Bienal de Literatura Antonio Arráiz (1998),

Gran Explosión Cultural Bicentenaria (2011),

entre otras.

Los organismos que soportan el plan nacional de lectura



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José Pérez

Profesor Universitario. Investigador, poeta y narrador. Licenciado en Letras. Doctor en Filología Hispánica. Columnista de opinión y articulista de prensa desde 1983. Autor de los libros Cosmovisión del somari, Pájaro de mar por tiera, Como ojo de pez, En canto de Guanipa, Páginas de abordo, Fombona rugido de tigre, entre otros. Galardonado en 14 certámenes literarios.

 elpoetajotape@gmail.com

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