“Con la iglesia hemos topado, Sancho”

    La inefable Conferencia Episcopal venezolana, como tantas otras en Nuestra América, durante la audiencia que Benedicto XVI concedió a los obispos venezolanos con motivo de su visita "ad limina apostolorum", señalaron:

        “…  Como es sabido, en Venezuela se ha impuesto desde hace una década un nuevo proyecto político que lleva por nombre socialismo del siglo XXI, de talante revolucionario, que ha introducido profundas modificaciones en todas las dimensiones de la vida del país, ha contado para su implantación con ingentes ingresos provenientes del petróleo y ha causado crecientes polarizaciones económicas, sociales y culturales. La progresiva ejecución de este proyecto ha polarizado el país y lo ha dividido en grupos contrapuestos.

        Esta confrontación, que se ha resuelto a través de numerosos eventos electorales, ha provocado una creciente polarización política, ha aumentado la violencia, la inseguridad y el odio, poniendo en serio riesgo la convivencia democrática. Ante tales amenazas, y sabiendo que la gran mayoría de la población es profundamente religiosa y católica, nos hemos sentido llamados como pastores a emitir numerosos mensajes, cartas y exhortaciones pastorales…” 

    Ante la Emergencia Nacional por las lluvias el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Ubaldo Santana, se ha limitado a señalar que está preocupado por la inseguridad e invitó a todos los entes y sectores políticos de Venezuela a trabajar unidos para ayudar a los miles de afectados por las recientes y constantes lluvias que han tenido incidencia sobre el territorio nacional. Asimismo, instó a cumplir con el mandato de Dios de ayudar al prójimo. El Cardenal Jorge Urosa Savino, a propósito señaló:

        …las condolencias de la Iglesia Católica a los familiares de los fallecidos a causa de las lluvias. De igual forma invitó a los venezolanos a solidarizarse con sus hermanos que quedaron sin viviendas, ropa y comida, a través de los diferentes centros de acopio.

        El prelado explicó que las Iglesias no son lugares adecuados para refugiar a los afectados porque no tienen espacio suficiente.  Considera oportuno que los damnificados sean llevados a Fuerte Tiuna porque esos espacios se prestan para atenderlos, hay suficientes baños, comedores, y lugares para que los niños se recreen”. 

    Los que tenemos idea de las miles de propiedades -casas, edificios y terrenos- que posee la Iglesia sabemos que esto es otra de sus mentiras. Bastan dos ejemplos, sólo en Caracas:

  • La Hacienda Montalbán

      Un siglo y medio de historia. El portón -que aún hoy señala el antiguo ingreso al espacio de la señorial casona- reza sencillamente: "1856 - Montalbán". Más de un siglo y medio.

      De la gran hacienda, se conservan "La Casona" y sus jardines, "La Casita" al extremo norte y "El Trapiche" al sur. A partir de 1990, la Conferencia Episcopal Venezolana recibió en concesión las instalaciones, para las actividades del Secretariado Permanente, sus diversos Departamentos y la Casa de Retiro de la Conferencia Episcopal Venezolana "Arzobispo Ibarra".

  • Pozo de Rosas - Casa del beato "Duns Scoto".
    • Su portal web dice: En este mágico lugar a veces se funden la historia y la leyenda. Cuentan que el Cacique Guaicaipuro solía pasear por este sitio cuando realizaba sus expediciones y escaramuzas.

      Es dirigida y administrada por el belga militante opositor, padre franciscano Armando Janssens, del Centro al Servicio de la Acción Popular, CESAP, en las inmediaciones del Garabato. Pozo de Rosas, en San Pedro de los Altos, vía Los Teques, en el Estado Miranda, se construyó “gracias al aporte de numerosas voluntades y corazones generosos que contribuyeron” a lograr lo que hoy pertenece a la Sociedad de Vida Apostólica (SVA), Misioneros de los Santos Apóstoles – Venezuela, cuyo lema del Fundador de la Obra de los Santos Apóstoles, P. Eusebio Enrique Menard OFM (franciscano) es: "No se puede dar un servicio a otro sin darse a sí mismo un servicio mucho mayor aún"… y vaya que se lo dan bien. Comen, beben y viven como reyes.

      El Centro tiene una capacidad de alojamiento en cómodas habitaciones sencillas, dobles, triples y múltiples. Dicen ellos:Son acogedoras, cómodas, frescas, relajantes y con una vista encantadora donde usted, su familia, su organización o su grupo de amigos podrá disfrutar de una jornada apacible y disfrutarla. En total podemos alojar hasta doscientas personas. La Alimentación: Está constituido por un menú nutritivo y balanceado, elaborado con productos frescos cultivados en la zona. También podemos preparar menús y dietas especiales según las necesidades de los usuarios, comida vegetariana o comida según restricciones médicas o requerimientos especiales de los facilitadores de los grupos. El comedor es un grato ambiente para compartir maravillosos momentos de convivencia y alegría. Salones para conferencias: Existen doce salones para la realización de actividades grupales de formación, capacitación, relajación y meditación con capacidad desde 15 hasta 200 personas y con todas las comodidades y condiciones para lograr el éxito de su evento. Se pueden acondicionar con mesas, sillas, cojines, alfombra y se puede instalar equipos de proyección en cada uno de ellos. Recreación: Ofrecemos servicios recreativos como paseos, excursiones, juegos recreativos para niños y adultos, juegos de mesa, fogatas animadas, bailoterapias, yincanas,  actividades aeróbicas y deportivas, presentación de cuenta cuentos y grupos musicales. Contamos con áreas destinadas para todas esas actividades y con una preciosa tasca donde podrá pasar unos momentos divertidos compartiendo con compañeros y amigos”.

  • Sabemos que las iglesias posee “casas de retiro espiritual”  en todo el territorio nacional, muy cerca, cada una de ellas, de alguna de las miles de inundaciones y derrumbes que hay en este momento. Inmensas mansiones muchas de ellas, desocupadas la mayoría de las veces, con infraestructura y un mobiliario ideal para hospedar dignamente a cientos de familias damnificadas.
  •  

        Realmente indigna, incluso a cristianos -católicos, apostólicos y bolivarianos-, que las cúpulas de la curía católica embarren la vocación y trabajo social de muchos seglares y sacerdotes de barrios, obreros, docentes decentes en escuelas y liceos, monjas en orfanatos y ancianatos dedicadas a los más desvalidos, en fin, de las verdaderas iglesias populares, en contraposición con cardenales, obispos y sacerdotes sanedrines, representantes viudos de la explotación y expoliación de la Patria, que con su declaración parecen pretender desalojar las iglesias que el pueblo en tragedia y sus curas parroquiales han tomado, hablando de que “sus iglesias no son adecuadas para eso”, instigando a su desalojo, para evitar el “mal ejemplo socialista” de la solidaridad humana. 

          Todos recordamos como en templos de Prados del Este, Chuao y El Cafetal se prepararon conspiraciones, también ofrecieron guaridas escondiendo  a contrarrevolucionarios prófugos o en huida, luego de su fracaso y el pueblo liberar el 13 de abril a nuestro Comandante secuestrado.

          Ante el desprestigio al que someten a la iglesia con sus injurias y complicidades oligárquicas, desesperan, y como corifeos fascistas con sotana, nos recuerdan por contraste, la humilde y humanista labor social a emunlar de las iglesias populares; la del padre Francisco Witak de La Vega, expulsado de Venezuela por el socialcristiano Rafael Caldera; de Matías Camuñas, del Petare masacrado en “El Caracazo” de 1989; a un Juan Vivas Suriá, gigante continental por los DDHH, los perseguidos y los que sufren exclusión social; a Pablo Urquiaga en Caricuao, con su palabra redentora, en fin, a curas, pastores y monjas revolucionarias de la Teología de la Liberación: la colombiana con un Camilo Torres; la nicaragüense con Ernesto Cardenal, la salvadoreña con Monseñor Arnulfo Romero y sus “monjitas” mártires o la brasileña con Frei Betto y su libro “Fidel y la Religión”. Hombres y mujeres que hacían y hacen un verdadero trabajo a nivel popular, ecuménicamente cristiano.

          La derecha eclesiástica se muestra “extrañada”  y “ofendida” cuando el Comandante Chávez los llamó  trogloditas. Inquisidores, intentaron movilizar y usar fieles en manifestaciones públicas, cual zombis para marchas, paros y guarimbas; convirtieron los templos en ágoras de propaganda fanática contra nuestro Comandante Hugo Chávez. Ya lo hicieron en 2002, cuando las homilías eran (y aun son) diatribas virulentas contra el nuevo orden social, contra la legalidad que nos queremos dar.

          Repetiremos hasta el cansancio, no olvidamos que en templos de Prados del Este, Chuao y El Cafetal se prepararon conspiraciones y escondieron contrarrevolucionarios, luego de liberar el 13 de abril a nuestro Comandante secuestrado; escondieron y prepararon la fugan desde su Nunciatura a un procesado por violación; han (¿?) protegido y exculpado a pederastas, y lucen iracundos y “ofendidos” al calificar como indeseables para la sociedad esas conductas. Para estas fechorías si tenían condiciones y espacio. Para los afectados en la tragedia actual, con casi cien mil compatriotas afectados y con muertos; “las Iglesias no son lugares adecuados para refugiar a los afectados porque no tienen espacio suficiente”. 

          ¡Que se cuiden, porque ya fueron perdonados, y este pueblo no les va a poner otra penitencia!

          Quiero finalizar estas reflexiones citando a Juan José Tamayo, director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones, de la Universidad Carlos III de Madrid y autor de Nuevo Diccionario de Teología:

            “Las religiones tienen un importante papel que jugar en los procesos de transformación como el que se está produciendo en Venezuela. Pero no como freno y resistencia numantina ante los cambios, que es lo que ha caracterizado, la mayoría de las veces, a las religiones frente a los procesos revolucionarios, bien fueran científicos, políticos, sociales o culturales, y que caracteriza hoy a la jerarquía católica venezolana, sino como radicalización de los principios de igualdad, justicia social, libertad y solidaridad, presentes en los programas de todas las religiones.

          Termino expresando un deseo: que el cristianismo asuma en Venezuela las funciones que Marx asignaba a la religión en su “Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel”: ser “la expresión, de la miseria real y la protesta, contra la miseria real…, el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, así como el espíritu de una situación sin espíritu”. De lo contrario será acusada, y quizás con razón, de convertirse en “el opio, del pueblo”.

          Nuestra lucha no es religiosa, de materialismo contra idealismo, es social, política y económica, de la nación y el pueblo venezolano contra el imperialismo norteamericano y su oligarquía parásita, contra sus “poderes fácticos” que sobreviven, responsables de nuestra tragedias.

          Hoy podemos decir con orgullo, citando a Miguel de Cervantes: “… Con la iglesia hemos topado, Sancho”; y a Simón Bolívar, que le respondió a los sacerdotes imperiales en el terremoto de 1812: “Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella… ”. 

tdelatorre2021@gmail.com





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Tamanaco de la Torre

Militante del Psuv-Caracas

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