Padre Renauld: Jerarquía católica hondureña no se solidariza con Zelaya por temor a perder dinero

Padre Bruno Renauld

Padre Bruno Renauld

26 de julio 2009. - La jerarquía de la iglesia católica hondureña no se ha solidarizado con los deseos del Presidente Manuel Zelaya porque no se atreve a tomar partido a favor del pueblo pobre. Así lo señaló Bruno Renauld, sacerdote de origen belga con más de 40 años de vocación misionera en Venezuela.

Renauld, en entrevista con YVKE Mundial, aseguró que la pobreza en Honduras no es una especie de fatalidad que pesa sobre su pueblo. “Si hay pobres, es porque existen algunos ricos que lamentablemente no quieren compartir. Es decir, que mantienen el predominio sobre la riqueza local”, precisó.

En ese sentido, manifestó que el Presidente Zelaya ha querido revertir esa situación en su país, como lo han hecho otros mandatarios latinoamericanos, para que los pobres puedan gozar de una mayor justicia social, pero al parecer, existen factores opuestos al cambio en Honduras.

Para muchos superiores, comentó el Padre Renauld, solidarizarse con los pobres conlleva a una pérdida de dinero y de prestigio social. Además genera una dificultad económica que impide seguir dando vida a las instituciones educativas que dependen del movimiento eclesiástico.

“Este es un ejemplo negativo”, admitió el religioso. Sin embargo, afirmó que “en el mundo todavía hay instituciones aún bien conservadoras y tradicionales, que creen y apoyan la justicia social, representada en el caso de Honduras por el Presidente Zelaya”.

A ese respecto, refirió el apoyo ofrecido por la iglesia peruana a los indígenas maltratados y asesinados recientemente por el gobierno de Alan García, a quien calificó como un “peón del imperio norteamericano” y acusó de haber cometido un “grave error” al enfrentar a sus tropas contra los nativos de dicha región.

Esta acción solidaria, a su juicio, demuestra que “a pesar de todo, todavía existe la posibilidad de que algunos sectores de la jerarquía de la iglesia católica asuman posiciones de corte social progresista”.

No obstante, el sacerdote de la mirandina comunidad de Petare, perteneciente al Municipio Sucre, aseveró que hay antecedentes muy significativos que demarcan una inminente conducta de “timidez y de miedo”, la cual ha provocado un enorme retroceso en lo que respecta a la misión de los líderes religiosos del catolicismo.

Recordó que en 1968, la asamblea de los obispos latinoamericanos, reunidos en Medellín, Colombia, había optado solemnemente por el pueblo pobre. Pero después de haber hecho la declaración, “se asustaron y se echaron para atrás. Luego lo repitieron con mayor timidez en 1979, en la ciudad de puebla, México”.

Recurriendo a un pasaje bíblico, el Padre Renauld comparó a estos “dudosos” personajes con Pedro, quien según las santas escrituras, comenzó a caminar hacia Jesús, atendiendo su llamado de salvación, ante el peligro que corría a causa de una fuerte tempestad que caía sobre la ciudad. “Pero éste después se asustó y por eso se hundió”, relató.

En Venezuela, enfatizó el sacerdote petareño, la jerarquía de la iglesia católica tiene un inmenso miedo de solidarizarse con el pobre. Aclaró que esta es quien denota el poder, mientras que la iglesia que apoya a los pobres, es aquella conformada por los bautizados.

“Dicen que el régimen se ha montado contra la iglesia pero en realidad, los obispos no hacen más que recoger lo que están sembrando, porque ellos están sembrando una hostilidad hacia el evangelio y hacia los pobres”, argumentó.

Expresó que por tomar posturas a favor de los pobres, unos 200 dirigentes agrarios han sido asesinados en Venezuela, razón por la que sugirió a los pueblos latinoamericanos renunciar a la violencia como arma ofensiva, cultivar la fraternidad e imponer el respeto mutuo, “a pesar de la existencia de opciones políticas diferentes”.


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