El mal gobierno ha convertido al neoliberalismo en una esperanza

Observo con preocupación como muchos revolucionarios en la calle me han manifestado su deseo de que el gobierno aplique una macro devaluación como salida a la profunda crisis económica que estamos atravesando (alta inflación y gran desabastecimiento). Esas expresiones incluso aparecen en aporrea, donde unos que se hacen pasar como más revolucionarios que el mismo Chávez, despotrican de Giordani (con el cual no tengo ninguna coincidencia) y piden al pueblo que respalde el “ajuste” que pronto decidirá Maduro para “solventar” nuestros graves problemas económicos.

El mal gobierno, los graves errores de implementación y ejecución que se observan en el proceso bolivariano desde hace años, y que el mismo Chávez caracterizara muy bien en su famoso discurso “Golpe de Timón” de octubre de 2012, han logrado el milagro de que una mala palabra en la Venezuela de hace 20 años, el neoliberalismo, se haya convertido en la esperanza de los pobres para salir del desespero existencial al que nos ha conducido la crisis de esta burocracia incapaz que nos gobierna.

El gobierno bolivariano que encabezó Chávez por 14 años diseñó un plan de desarrollo económico que se ajustaba a las necesidades y tareas históricas que se deben cumplir para superar la dependencia económica del capital foráneo y alcanzar la soberanía alimentaria y productiva. Esos objetivos se reflejaron en el Plan Simón Bolívar 2007-2013 y en el Plan de la Patria 2013-2019, pero no se han podido cumplir por una serie de fallas en el aparato administrativo del estado y en la concepción política predominante en la burocracia dirigente, que ha permitido que todos los errores acumulados por años exploten simultáneamente en la actualidad y pongan en peligro la estabilidad misma del gobierno de Nicolás Maduro.

Entre esos errores de la burocracia podemos mencionar (fallas en las cuales el mismo Chávez tendría responsabilidad, pero que no invalidan la justeza de los planes y objetivos diseñados originalmente):

  • La ejecución de un modelo de capitalismo de estado que desestimó el poder popular y la participación protagónica de los trabajadores. En vez de promover espacios productivos que consideraran la participación soberana de empresas controladas directamente por sus trabajadores, el estado se impuso como patrono exclusivo de todas las empresas constituidas, expropiadas y recuperadas, introduciendo un excesivo peso de la burocracia en la toma de decisiones, lo que facilitó la corrupción, el despilfarro de recursos y la inoperancia de muchas de estas empresas estatales.

  • La implementación de un modelo de conducción política que repite los errores del estalinismo-leninismo soviético, dándole un carácter “dirigente” al PSUV y al propio Estado, descartando la democracia participativa y persiguiendo-excluyendo a todos los que criticaran, cuestionaran o trataran simplemente de aportar sus opiniones sobre la conducción de las empresas e instituciones. Este modelo que ya fracasó históricamente en la URSS y demás países ex­socialistas, abre las puertas de la corrupción en las instancias dirigentes, pues las mismas no están sometidas a la contraloría popular sino que terminan  decidiendo por cuenta propia.

  • La ausencia de controles a la especulación financiera del capital bancario nacional y extranjero. Ausencia de controles en las instancias de otorgamiento de divisas (dólares). Ausencia de mecanismos que hagan pagar mayores impuestos a los ricos y permanencia de políticas antipopulares como el IVA, que pecha a los trabajadores. Los 20 mil millones de dólares desaparecidos de Cadivi, y las fabulosas ganancias de la banca privada (Banesco, BOD) en estos 15 años de revolución son la mejor prueba de estas graves fallas que han generado la presente crisis.

  • Haber mantenido el mismo mecanismo de transferencia de la renta petrolera hacia la parasitaria burguesía criolla, que se ejecuta desde la década de 1930. La burguesía venezolana no ha aportado nada en estos 15 años de revolución, a pesar de las decenas de miles de millones de dólares que el gobierno bolivariano les ha transferido sin mayores controles ni rendición de cuentas. Difícilmente esta burguesía va ahora a resolver la crisis económica en desarrollo, como erróneamente están creyendo los que dirigen actualmente la revolución.

  • La concepción de capitalismo de estado y de partido dirigente predominantes en Maduro y compañía ha conspirado a favor del fortalecimiento de una sólida burocracia, corrupta e ineficiente, que se ha apoderado de todas o casi todas las empresas e instituciones oficiales, que hace casi imposible que puedan funcionar las pocas medidas que se toman para intentar corregir los numerosos entuertos que  aceleran cada día el derrumbe económico del país.

El neoliberalismo es hoy, lamentablemente, la esperanza del pueblo venezolano, por culpa de una burocracia incapaz, corrupta, ciega, prepotente, que camina hacia el abismo creyendo que las tiene todas resueltas. Les recomiendo leer un artículo de aporrea que ha pasado desapercibido: “Bank of America, la voz de la injerencia externa” (http://www.aporrea.org/ideologia/a190291.html), del cual se concluye que es en PDVSA donde está el centro de la conspiración económica que está hundiendo la revolución, y que sus ramificaciones se extienden al BCV y a muchos centros del poder político-militar del proceso.

Pensamos que sólo una gran movilización popular puede impedir que termine de ejecutarse este paquetazo neoliberal del cual ya se han cumplido sus primeros tramos. Es hora de abrir los ojos, dejarse de fanatismos y falsas lealtades, y de darse cuenta en donde tenemos colado al enemigo.

Los peligros que hoy enfrenta la revolución no solo están en la MUD, o en el grupo guarimbero de López-Maria Corina-Ledezma. Parece que el principal peligro está actuando dentro del mismo gobierno, tal como lo delata el informe de las empresas Merrryll Lynch y Bank of América, que se alegran de la salida de Giordani del gobierno y del debilitamiento del ala “marxista radical” dentro del chavismo. Interpretemos mejor ese informe que proviene de los amos del capitalismo global y no sigamos pecando de inocentes.

Como dijera Chávez: ¡ COMUNA O NADA ¡

Maracaibo, Tierra del Sol Amada. 24 de junio de 2014



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Roberto López Sánchez

Roberto López Sánchez (Caracas, 1958). Profesor Titular de la Universidad del Zulia (LUZ) con ingreso en 1994. Licenciado en Educación (LUZ, 1994). Magister en Historia (LUZ, 2005) y Doctor en Ciencias Políticas (LUZ, 2013). Actualmente dicta 6 materias en la Licenciatura de Antropología en LUZ: Historia de América; Historia de Venezuela; Intercambios Económicos; Poder y Movimientos Sociales; Culturas Afroamericanas; y Modo de Vida e Identidad Nacional. Ha dictado seminarios a nivel doctoral y nivel maestría en universidades venezolanas; y seminarios de Historia de Venezuela en universidades de Chile y España. Actualmente coordina la Unidad Académica de Antropología. Ha dirigido proyectos de investigación a través del CONDES-LUZ, y CLACSO. Línea de investigación: estudio de los movimientos sociales. Ha publicado más de 50 trabajos científicos. @cruzcarrillo09

 @cruzcarrillo09

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