Campaña de odio

Creo que próximo a las elecciones del 23 de noviembre, fecha en la que los venezolanos tenemos una trascendental decisión a través del voto, es bueno recordar que el odio siempre ha sido el sentimiento que los políticos tradicionales han tenido hacia la población humilde de este país.

Pero nunca antes como ahora ese desprecio ha sido tan evidente. Las cartas del pueblo que los políticos de la oposición botan a la basura aquí en Maracaibo, no tiene comparación. Pienso que el desespero producido por la derrota los hace cometer cada vez errores más graves.

Y es que si fueron descubiertos no tenían nada más que asumir la situación. Dar la cara, resarcir su mal proceder, pero no, esas personas que debieron pedir algo tan elemental como una colchoneta, un televisor al carecer de dinero, solicitan protección policial porque son amenazados de muerte. Qué pena con esta oposición que asume esa actitud tan cobarde.

Las palabras de Lisbteth Olivares no pueden generar más que indignación y repudio colectivo hacia esos políticos, que para colmo, quieren asumir las riendas de Maracaibo y el Zulia.

Olivares, quien cuenta con 37 años y diez hijos, recibió llamadas de más de 20 números y tras la magnitud de la situación, el caso pasó a manos del Ministerio Público.

Su teléfono, según la prensa, no paraba de sonar con amenazas de gente que la quiere pulverizar por haber denunciado que la carta entregada en sus propias manos a Manuel Rosales, el día que inscribió su candidatura a la Alcaldía, apareció, entre otras, tirada en un contenedor de basura.

Lo delicado es que además de los mensajes obscenos y amenazantes, hay falsas llamadas de instituciones públicas de la Gobernación para asegurarle supuestas ayudas económicas y eso resulta peligroso, debido que algunos sugieren que se dirija a sitios determinados.

Pero bueno, este es un caso. Veamos otro no menos asombroso como la animadversión que desató en la oposición la participación de nuestros atletas en los juegos Olímpicos de Beijing. Es asquerosa la forma como jugaban al fracaso de estos jóvenes, para que el Gobierno revolucionario no tuviera reconocimiento al respecto. Son tan ciegos que no se dan cuenta que el sólo hecho de intervenir 109 atletas venezolanos, ya es meritorio.

De manera, que somos víctima de una campaña opositora, que como antes sustenta su estrategia en el odio, porque siempre, repito, han sentido desprecio por las personas más humilde, pero anteriormente por lo menos tenían recato. Actualmente son desbordados por un rencor frenético e incontrolable, que los deja en evidencia ante el Zulia y el país entero.


albemor60@hotmail.com


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Alberto Morán


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