Religión y Manipulación

No es fácil encontrar una sola definición de la religión que haya recibido una aprobación general. En su mayoría padecen una limitación evidente.

“Cuando digo religión, me refiero a la religión protestante, no a toda la religión protestante, sino tan solo la cristiana y no a toda la religión cristiana tan solo a la iglesia de Israel”. Pero esta definición, señala el hecho de que la religión es uno de aquellos aspectos de la cultura con respecto a los cuales la gente se muestra más intensamente etnocéntrica.

Para cada persona, la forma particular de culto, rito o ceremonia a que ha sido acostumbrada, le parecerá poseer una naturalidad y normalidad de la que carecen todas las demás religiones. Aparte de estas inclinaciones etnocéntricas, la dificultad para una definición objetiva de la religión se relacionan con el hecho de que el objeto de la religión ha sufrido numerosos cambios, y que intelectualmente se ha resistido a toda definición racional. Si como se ha sostenido la religión trata de la relación del hombre con Dios o algún otro poder sobrenatural, solo poseemos un conocimiento unilateral de esta relación.

Solo podemos describir los sentimientos y actitudes del hombre. Las ideas que la persona tiene de Dios, recorren toda la gama que va desde las nociones más simples, hasta los más sublimes sistemas filosóficos y tampoco es gran cosa lo que se averigua acerca de la naturaleza del hombre; cuando este se siente solo abandonado y completamente inerme, cuando siente la necesidad de simpatía y compasión Dios es la misericordia y el amor. Dios es su padre.

¿Entonces que es la religión? Al parecer cosas muy diferentes para los diferentes pueblos. “La moral tocada por la emoción, para unos. La creencia en los seres espirituales, para otros. Una propiciación de las creencias superiores al hombre, que según muchos creen dirige la naturaleza y el curso de la vida humana. El opio de los pueblos según Marx.

Distinguir entre la realidad y la validez por un lado, el origen y la función por el otro. La naturaleza y realidad de Dios, para mí que soy un creyente no es tema de este artículo. Los orígenes de la religión y sus relaciones con la sociedad en su forma histórica, es el tema a tratar.

No esta demás recordar aquí la intima relación entre el control político y el religioso, en el que se muestra como las organizaciones y creencias religiosas influyen sobre la estructura general de la sociedad. “El miedo a los vivos constituye la raíz del control político. El miedo a los muertos constituye la raíz del control religioso”. ¿Qué alimenta la actitud religiosa? El amor, el temor, la confianza, la dependencia, el frenesí, la alegría, la ansiedad, la expectativa, estos son elementos emocionales, que están ahí y que uno elige tener. Solo una vez que se canalizan en sentimientos centrados, entorno de algo sobrenatural o de una aprensión, misteriosa de la realidad; algo susceptible de alivio o de consuelo que el hombre quiera sentir en la proximidad de un problema, se convierte en el germen que alimenta la actitud hacia la religión.

Sobre estos cimientos emocionales se yergue el culto y la plegaria, la emoción y la acción en respuesta a estas emociones quedan complementadas con una creencia en Dios, en un reino sobrenatural, profundamente distinto del mundo de todos los días, rodeado de peligros. El hombre primitivo y el de hoy pueblan su mundo de espíritus, demonios y fantasmas. A estas fuerzas de su propia invención atribuye la adversidad y la fortuna.

Analizar la religión, el culto y el mana o magia, sirven para el análisis de la manipulación a las sociedades humanas por parte de la religión. Toda sociedad experimenta la necesidad de un sistema de sentimientos y valores trascendentes que la mantenga unidad, racionalizando los sentimientos y la solidaridad para intereses creados. En el plano individual es donde mejor manipula. La religión se emplea, para aumentar los temores, ansiedades y frustraciones, para mantener y fortalecer los vínculos políticos y para conservar las creencias, sentimientos que favorezcan la estabilidad social con el principio de cohesión, la iglesia conservo el subdesarrollo y la pobreza social con el mantenimiento de las clases. Y lo hizo simultáneamente de varias maneras: estimulando el conformismo que mantiene la continuidad de las clases sociales. Configurando un sistema suplementario que coopera con lo político, insistiendo en la obediencia a Dios y a los reyes, al feudalismo, a la burguesía. Apoyando la coacción para fomentar la moderación y la subordinación religiosa, civil y militar.

“Temed a Dios y honrar al rey”.se decía, hoy es “Temed a Dios y acepta la miseria”. La religión es el instrumento de la casa Blanca del Vaticano para manipular a las masas humanas con creencias falsas o verdaderas; ayudan a domesticar al pueblo “bien dirigido, unificado y aletargado”. Manipula un determinado conjunto de valores para diseñar sistemas culturales, alterando la historia original de los pueblos, paulatinamente y subliminalmente, estos empiezan a temer a esas potencias imaginarias.

Nadie como Maquiavelo, ha hecho tanto hincapié en la utilidad de la religión como medio de control social. “Allí donde existe la religión es fácil imponer ejércitos y disciplina”. Al estudiar el papel de la religión a lo largo de la historia, nos impresiona la doble moral de esta; por un lado, bajo la forma de una religión profética a intentado transformar la sociedad en función de la justicia social y la dignidad de la persona. Por el otro, bajo la forma de una religión institucionalizada, sacerdotal, ha contribuido a mantener es statu quo, las creencia y prácticas irracionales, mezquinas, corruptas, de esa clase social.

Allí donde estas diferencias existen y participan en la consecución de objetivos de explotación imperiales, debe esperarse que la religión actué en funciones al menos equivalentes. Si una cosa cumple una función debe ser buena o por lo menos esencial, es la razón de objetivos emocionalmente importantes. Si la religión o el Vaticano no definen esa finalidad o entienden el interés de la sociedad oprimida de ser libre y digna, deja abierto un enorme camino para la arbitrariedad, prestándose para ofrecer la dirección principal de toda invasión cultural, económica y física a los pueblos en vías de desarrollo. La historia demuestra que la iglesia ha sido, es y será el brazo natural de toda conquista.

El origen de la religión no se le puede atribuir al animismo y al animatismo. El animismo puebla el universo de seres espirituales en torno a los cuales se desarrollan los sentimientos religiosos. Estos sentimientos se reforzaron por el apoyo de instituciones como: las iglesias y las congregaciones, son ellas las que sistemáticamente generan y perpetúan las creencia y practicas religiosas. Últimas investigaciones niegan el carácter universal del animismo, pues el desarrollo religioso es distinto entre los pueblos, y no todas las cosas están dotadas de alma, como los objetos inanimados.

El animatismo, creencia del hombre aborigen, de que todas las cosas están dotadas de vida, tampoco existen pruebas de que esta haya sido una creencia generalizada, y así surge la distinción de lo que vive y no vive y, solo a los objetos misteriosos y extraños se atribuye un poder interior, con una especie de energía comunicable capaz de dañar o beneficiar, así tememos que surge el concepto del mana. Al ser inherente a las cosas, las convierte en sagradas. El mana es accesible a todo el mundo, lo hayamos en los elementos del miedo reverencial y del misterio, tan estrechamente unidos a la religión, lo misterioso, lo anormal y lo sobrenatural reciben su nombre. En virtud el mana se considera también que los objetos poseen ciertas relaciones ocultas. Estas relaciones son la materia prima de la magia, que postula relaciones imaginarias en lugar de las reales.


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Raúl Crespo


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