Un pueblo heroico en el febrero - abril que permanece y continúa

Solo hay dos maneras de ver al mundo y de sentirlo: una, desde la invisibilidad de un espíritu promesero y castigador que dice haber organizado las formas de vida en el principio y para siempre, y la otra, al tenor de empatarse los dedos y la piel del barro campal y de las estrellas que alumbran persistentemente el mismo polvo de que está hecho todo lo que hay en el mundo en su esencialidad material en constante movimiento de vida y de oficio de ciencia y de labor edificante de los que trabajan incansablemente para construir y reconstruir el mundo que todavía, no pertenece a todos.

En Venezuela, durante todo el periodo Puntofijista, la democracia como dictadura de la burguesía era perfecta. Y es medio de la aparente seguridad del control social de la clase explotada en situación de pobreza y de miseria, que el Carlos Andrés Pérez del segundo mandato, aplica las medidas económicas que le había dictado el fondo monetario internacional, el operador político del imperialismo para robarse las finanzas del mundo. Sólo que los “expertos” de la seguridad democrática imperialista no previeron o no pudieron sospechar que en Venezuela eso que llaman Pueblo, y que los romanos en el esclavismo llamaban populacho para distinguirlo de los patricios, se había negado a aprenderse al caletre la cartilla del proyecto civilizatorio. De tal manera que cuando comenzaron a aplicar el paquete de medidas, ese Pueblo nuestro, heroico desde antes de la independencia, y que nunca ha podido ser civilizado, estalló en su rebeldía incontrolable. El 27 de febrero es una fecha cimera de nuestra historia patria, porque en ese día, el pueblo incivilizado de Venezuela se volvió a sacudir el yugo de la opresión de la llamada sociedad civil.

Fue ese mismo Pueblo que había sido masacrado en las calles de Caracas el 27 de Febrero que se negó a aceptar un golpe de Estado en contra de un gobierno de orientación popular, revolucionaria y bolivariana, encabezado por un líder indiscutido como Hugo Chávez. En el febrero-abril, el pueblo se levanta, promueve y salva revoluciones antiburguesas y antiimperialistas.

Son históricas las fechas del 27 de febrero de 1989, el 4 de febrero de 1992, y las del 11, 12 y 13 de abril del 2002, porque en ellas se dio un salto cualitativo que cambió la realidad social venezolana a partir del protagonismo popular en función de reivindicar los derechos y la dignidad de la patria venezolana frente a la dominación imperialista.

Aunque en el discurso, no se proclame de manera amplia y frontal, en Venezuela la lucha de clases se reconoce en la batalla diaria de los trabajadores y del pueblo, por avanzar en lo que algunos llaman la segunda independencia, pero que en definitiva es el proceso que nos permite alcanzar la liberación nacional, derrotar el capitalismo e iniciar la transición socialista.

Febrero-abril de 1989,1992 y 2002 es un hito de nuestra historia patria, escrita por los trabajadores y el Pueblo de Venezuela en lo que constituye un ejemplo para América Latina y el Mundo.
El imperialismo ha puesto a rodar por ahí, la consigna de borrar el pasado. Pero el pasado es la historia, que según Carlos Marx, y la experticia de las ciencias sociales, en su praxis científica, no es más que la lucha de clases. Esa historia, es también el genocidio de la burguesía nacional y trasnacional por sostener el modo de producción capitalista. La lucha de clases hoy, es la lucha de los pueblos para liberarse del yugo del capitalismo en su fase imperialista.

En el sentido amplio, la burguesía escribió su historia cuando derrotó definitivamente a los señores feudales en la revolución francesa, liquidando al feudalismo, y construyendo su capitalismo, y posteriormente su imperialismo.

El 7 de octubre, y en las elecciones que vendrán, estarán siempre definidos los bandos. El pueblo venezolano en la defensa de la patria, y de su antiimperialismo frente a las poderosas fuerzas del imperialismo y sus lacayos nacidos en cualquier parte del mundo, y lastimosamente, también en Venezuela. No cabe duda que de aquí habrá de ganar el Pueblo.

Salvador Allende, insigne comunista en los últimos momentos de su estatura de mártir dijo “la historia es nuestra y la hacen los pueblos”. La historia que comenzó a escribirse en el febrero-abril de finales del siglo pasado y principios de este nuevo siglo, la escriben los trabajadores y el pueblo de Venezuela como parte de la historia antiimperialista precursora del socialismo que triunfó en la Cuba revolucionaria, y triunfará en el mundo para salvarlo en función de la conservación y mejoramiento de la vida, y de la verdadera felicidad que comienza con el socialismo.

Eduardo Mármol
tutas13@yahoo.com


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Eduardo Mármol


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