¿Habrá que hacer una Misión?

Juegos, juguetes y jugadores

Uno sabe desde hace tiempo de las miserias del capitalismo. Los resultados -no hablemos de “chivos”, hablemos de cualquier individuo disociado- decantan desde la toma de fotos necrofílicas en morgues y en accidentes hasta el runrún de sacrificios infantiles para revertir enfermedades.

Uno también sabe que bajo la égida neoliberal, se reproducen mañas y costumbres tenidas en esos predios como “tradiciones”. El “cuanto hay pa´eso”, el “pónganme donde haiga”, los “boches impelables” y toda la jerigonza que expresa el aprovechamiento de la oportunidad de hacer negocio fácil y a costilla del Pueblo, comprenden una cultura que 13 años después de haberse iniciado la Revolución, no solo sobrevive, sino que se desarrolla irreverentemente ¿Qué vaina es esa?

Según los expertos en economía, las elites han prosperado, el sector bancario ha crecido, los empresarios obtienen dividendos a pesar de que ahora deben pagar los impuestos como es. Sin embargo los quejidos sobre la mano metiche del Estado y el tejemaneje de que se dé rienda suelta a la oferta y la demanda, son ritornelo mediático que ya escuece.

Hay juegos que matan. De eso saben un mundo Teodoro, Paquetico Rodríguez, Vinicio Carrera, José Ángel Ciliberto, Diego Arria y toda una pléyade de personajes que hicieron de la política un negociado oscuro, redondo e inmisericorde. Todo era posible para la tranza y la especulación, desde la bolsita de leche hasta Corpomercadeo, desde autobuses con piso de cartón piedra hasta la Autopista a Oriente, desde el peloteo con los aguinaldos y pensiones hasta quitarle las prestaciones sociales a los trabajadores. El tiempo pasó volando entre privatizaciones y coimas.

Leo por acá un artículo del compatriota Luís Roa sobre Friosa que comparto plenamente como muchos otros al respecto ( Los de Juan Martorano son bien explícitos), donde se evidencia un juego con las directrices del gobierno nacional a que se recupere esa empresa y la tome el control obrero y comunitario (http://www.aporrea.org/trabajadores/a135049.html) Pero también habla de las mafias que se mantienen enquistadas en las empresas básicas en lo que respecta a los “negocios”. Esta vez, específicamente sobre lo asqueroso de traficar con la ilusión y tradición de nuestros niños. En algunas empresas entregan el denominado “Cheque Juguete” o el “Cesta Juguete” los cuales solo pueden ser canjeados en un reducido grupo de negocios a “precios de mercado” Lo que se denuncia en dicho artículo es público, notorio y sucede desde hace mucho tiempo.

Entonces empiezan las conjeturas. Y me perdonan aquellos que saltan y exigen pruebas como si uno fuera un consumado detective o que prefieren, vaya usted a saber si por solidaridad automática o por conocer “mejor” cómo es la vaina, que es uno el aventurero e indisciplinado ¿Quién dentro de las empresas permite que eso suceda? ¿No son los sindicatos quienes deben velar por los beneficios de los trabajadores? ¿Por qué se terceriza la tradición navideña del regalo a sus hijos? ¿Es gratuito que se negocie su compra con cadenas de supermercados y/o jugueterías cuyos inventarios de juguetes son pésimos y limitados, obligando a que el trabajador pague de su bolsillo el regalo para los hijos y termine usando el “cesta juguete” para comprar comida exclusivamente en dichas cadenas? ¿No habría que revisar el uso y abuso que ocurre con esa especie de moneda paralela denominada cesta ticket y sus derivados? ¿No es esa una forma de joderles la paciencia a los trabajadores? ¿Cuales empresas de maletín actúan en connivencia de los responsables de esa gestión en las empresas? ¿Dónde están la ética y la moral revolucionaria? ¿Por qué no se estableció a través de la cadena de los Bicentenario dichas adquisiciones a precios solidarios para los trabajadores? ¿Saben los responsables el efecto que eso tiene de cara al 2012? La contrarrevolución lo sabe muy bien. Y salen más preguntas.

Solo agregaré: Hasta hace poco la parroquia Unare fue bastión rojo rojito en Puerto Ordaz. Lo digo de acuerdo a los resultados de los últimos procesos electorales que vivimos pues como expresé en otras oportunidades, la oposición fue ganando terreno allí. Creo que estas estrategias a todas luces cuarto republicanas pero que suceden hoy en día, confirman que por esos lares se juega aún a viejas mañas y costumbres. Mientras tanto hay un nuevo juego en la ciudad: Acumulación de basura.

Todo desde sitios supuestamente revolucionarios ¿Por qué si ya llevamos 13 años de proceso?

pladel@cantv.net


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Plácido R. Delgado


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