24 Feb. 2017 - Quedó de último en la competencia, pero se ganó la medalla de oro en la odisea que le tocó vivir para llegar a su objetivo: competir en el Mundial de esquí nórdico de Lahti, en Finlandia, donde vio la nieve por primera vez, pero obtuvo el máximo galardón en aventura, pese a carecer de opciones para obtener un buen resultado.
Adrián Solano, de 22 años, deportista venezolano en la disciplina de esquí, ha dado la vuelta al mundo con su historia de perseverancia pese a las literales caídas sobre la nieve en plena competición. El joven hasta fue deportado de Francia en medio de su periplo para intentar clasificarse, el miércoles, en la disciplina de 10 kilómetros antes otros que “le llevaban una morena en ventaja” pero que no demostraron, como él, el coraje y la obstinación que le hizo ganar la admiración de los espectadores.
“Es una experiencia inolvidable que abre las puertas de mundo nuevo”, declaró Solano, contactado por teléfono a la agencia internacional de noticias AFP.
A falta de cinco kilómetros para pisar la línea de meta, Solano rompió los bastones tras agarrarse con fuerza. En este momento, empezó a hacer equilibrios antes de retirarse.
Ayer, el venezolano volvió a ponerse los esquíes para la prueba clasificatoria de sprint (1,6 kilómetros). Llegó de último entre 156 participantes, a 10 minutos del primero, el joven prodigio ruso Serguei Ustiugov, quien logró una marca de 3 minutos, 11 segundos y 72 centésimas.
La aventura del deportista comenzó a finales de enero cuando fue retenido en el aeropuerto de Roissy, en París, proveniente de Caracas, sospechoso por las autoridades francesas de inmigración ilegal, según relató a la AFP.
“Cuando llegué a París, el 19 de enero, expliqué que iba a Suecia a entrenar. No creían que yo practicara esquí en Venezuela. Les dije que lo hacemos sobre ruedas. Yo solo tenía 28 euros y los policías me acusaron de que iba a emigrar porque la estaba pasando mal en mi país”, relató el deportista.
Enviado varios días a un hotel parisino hasta que se presentó ante un juez para “demostrarle que iba a la competición”, Solano pidió ayuda al consulado de Venezuela en París, donde le ayudaron para regresar.
El joven dijo que estuvo retenido seis horas y perdió el vuelo a pesar de que sus papeles estaban en regla y tenía una carta de invitación de César Baena, su entrenador, y otra de los cuatro esquiadores de la delegación venezolana.
“La policía se rió de él, le aseguraron que el esquí en Venezuela no existe”, comentó Baena a la AFP.
El consulado de Venezuela en París le dio un boleto de regreso a su país. “Perdí un mes de práctica en nieve”, se lamentó.
El venezolano pudo al fin desplazarse hasta el país nórdico, el lunes, para participar —gracias a generosas donaciones— en la competencia que inició un día después de su llegada y en la que se desempeñó en la categoría de cross country, pero sufrió varias caídas y debió retirarse sin completar el recorrido en la prueba de 10 kilómetros.
“En la vida no puedes tenerlo todo, los franceses no tienen la culpa, pero al equipo de policías que no creyó en mi historia digo: ‘Adrián Solana llegó a Finlandia y compitió”, indicó.
“Es la primera vez que vi la nieve y fue superemocionante”, prosiguió Solano.
Pese a que la odisea acabó bien para el fondista, las autoridades venezolanas mostraron su malestar por el trato hacia uno de sus ciudadanos, calificándola de medida “inadmisible”.
“Siguiendo instrucciones del presidente Nicolás Maduro presentaremos (una) fuerte protesta al Gobierno francés por afrenta contra deportista venezolano”, escribió la canciller venezolana Delcy Rodríguez en Twitter, en la medianoche del miércoles.
Mientras tanto, la historia de Solano siguió siendo sensación en las redes sociales con todo tipo de reacciones, que iban desde la más cruel burla hasta las más grandes expresiones de admiración.
Declaraciones del esquiador apuntaron que fue discriminado. “Por mi forma de vestir, mi cara y mis facciones me discriminaron”, declaró Solano a la agencia internacional de noticia.
Pese a los tropiezos, el joven no decayó en su objetivo y continuó hasta conseguirlo, sin importarle después ser calificado como “el peor esquiador del mundo” por su atropellado desempeño. A propósito de esto, Solano recordó a otros deportistas que han desafiado todo tipo de obstáculos para cumplir con su sueño, como el equipo jamaiquino de bobsleigh en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1988 o el nadador Eric “La anguila” Moussambani, de Guinea Ecuatorial, que representó a su país en los Juegos Olímpicos de Sídney 2002.
Solano sí pudo terminar este jueves el recorrido de la prueba de velocidad de 1,6 kilómetros, aunque no pudo clasificar.
Sobre la participación con el joven, los organizadores finlandeses aseguraron haber vivido también una experiencia inédita.
“Se trata de la primera vez que ayudo a un esquiador a ajustar sus bastones”, señaló el director del Campeonato del Mundo, Jussi Prykari.
Adrián Solano volverá ahora a Venezuela y se pondrá a buscar recursos financieros para preparar los Juegos Olímpicos, el próximo año en Corea del Sur. Su perseverancia, su coraje y su pasión por lo que hace siguen intactos.
Video fuente: Yury Veshkin