Y eso ha sido así desde la IV-R, pero no porque los trabajadores sensatos y patrióticos que allí laboran lo deseen. El Inces y el Hipódromo eran las cajas fuertes de AD y lugares especiales para que los “compañeritos” que no conseguían lugar en otras partes, se instalaran a cobrar quince y último. Los adecos son expertos en manipulación, es decir les fascina someter a los trabajadores, en este caso desde el sindicato CONTRAINCE., En la Sede del instituto de la avenida Nueva Granada, los cínicos adecos del sindicato, se dan el tupé de detener la libre marcha que como ente del Estado El Inces debe cumplir.
Ahora, es natural que en una nación democrática, por decir algo, exista el libre ejercicio sindical, nadie está contra eso. Aquí cualquiera puede formar un partido político, una ONG, un Grupo Comunal, una Junta de Vecinos, equis todo eso es tolerable por la Constitución el CNE y el gobierno. Bueno aquí Laureano Márquez y el anciano decrépito que vendió a los adolescentes a Caldera, Teodoro, se metieron contra una niñita y eso se quedó en chévere, más bien el par de HERODES lo celebraron, ¡más libertad. Nunca! Este par de ANORMALES se salieron con la suya.
Retomemos: CONTRAINCE es un sindicato que funciona con el mismo guiso de la CTV, ¿recuerdan lo del Banco de los Trabajadores? ¿Recuerdan a aquel José Vargas que habitaba una mansión en La Lagunita? ¿Recuerdan a Malavé Villaba, a Antonio Ríos? Todos “compañeritos adecos y copeyanos” que se hicieron millonarios birlándole el dinero al Estado bajo una supuesta “pasión por los obreros!...”Conquista que no se lucha, conquista que se pierde”, bueno eso lo siguen aplicando en El INCES. y es que la comisión que les queda a los adecos del Inces cada vez que firman un Contrato Colectivo es para coger palco y sombra.
En El Inces los sindicalista adecos se creen dueños del edificio y de todas las instalaciones. Les importa un cipote que el gobierno esté tratando de recomponer esta anomalía histórica, mostrándole a los trabajadores COMO ES QUE SE CONSIGUE EL HOMBRE NUEVO, el hombre que no sea una parásito para el país, el hombre que no sueñe con riquezas fáciles, el hombre socialista, pulcro, decente, patriota. El hombre creativo, el hombre que pueda darles un abrazo a sus hijos, a su familia, sabiéndose útil, honrado de conseguir el pan de cada día sin que se lo regalen
Los sindicalista adecos de El Inces mantienen obnubilados a los trabajadores de ese ente, diciéndoles que “SI NO HAY BONO NOS PARAMOS”. Es decir los sindicalistas adecos del Inces les enseñaron a los trabajadores que el Estado debe dotarlo de un BONO cada vez que a los adecos sindicalistas les da la gana ¡claro! Es que ese bono va igualmente para ellos. ¿Por qué no respetan la dignidad de los trabajadores? ¿Dónde se especifica que “hay que regalar las cosas que son de todos ”, porque ese dinero que los sindicalistas adecos les dicen a los trabajadores del Inces les pertenece es de los casi TREINTA MILLONES DE VENEZOLANOS que nacieron en esta patria. No pueden regalar lo que no es de ellos.
Nos duele que muchos camaradas, hermanos, trabajadores, luchadores, sigan con esa anomalía. Es trabajando que se produce, es creando, es respetando y no esperando que se nos dé algo, ¿quién está de acuerdo con que con ese bono se ayude a los refugiados?
En este momento está un nuevo sindicato SINCONTRAS-INCES luchando para que se conforme como nueva organización bajo el esquema del respeto y la lucha. Y una de las tantas, a la que se opone el viejo sindicato adeco, es que a los FACILITADORES Y A LOS CONTRATADOS, se les vea como indignos, aunque demagógicamente, nos dicen, que andan tras los pies de los contratados para que los apoyen, ofreciéndoles villas y castillas cuando todos saben que eso es mentira.
La revolución venezolana es inédita, nació del núcleo endógeno bolivariano. La revolución bolivariana necesita que dentro de sus células principales esté un nuevo grupo de hombres ye mujeres que conformen la verdadera lucha por las reivindicaciones laborales. Seguir bajo la misma plataforma conformada por adecos que ya se inmolaron en el tiempo, hombres sin ideas nuevas, sin proyecciones humanas, hombres que anhelan seguir viviendo de la gula parasitaria del SINDICATO ADECO, es hacerle agujeros en el camino a la revolución y a sus integrantes. Un nuevo sindicato que no sea una pared de hormigón. Que si no funciona se elimine y si funciona se anime. Los trabajadores venezolanos son duchos en volcar las carretas de las ignominias. Es hora de que el viejo sindicato adeco, deje el organismo del Inces para siempre y se vaya con su añeja fetidez parasitaria. Gente innovadora y decente es lo que necesita el país venezolano. Lo demás es atornillarse en la vagancia-
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