La actual directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Tulsi Gabbard, expresó en 2019, cuando aún era congresista, que su país debía abstenerse de intervenir en los asuntos internos de Venezuela.
"Estados Unidos debe mantenerse al margen de Venezuela. Dejemos que el pueblo venezolano decida su futuro. No queremos que otros países elijan a nuestros líderes, así que debemos dejar de intentar elegir a los suyos", escribió el 24 de enero de 2019 en su cuenta oficial de X, de hecho un día después de que Juan Guaidó se autoproclamara "presidente encargado" en Caracas.
The United States needs to stay out of Venezuela. Let the Venezuelan people determine their future. We don't want other countries to choose our leaders--so we have to stop trying to choose theirs.
— Tulsi Gabbard ???? (@TulsiGabbard) January 24, 2019
Aquella declaración es puesta en el foco en medio de las crecientes tensiones entre Washington y Caracas.
La administración estadounidense, bajo su política antinarcóticos, ordenó un amplio despliegue militar en aguas del Caribe, cerca de las costas venezolanas, tras acusar al Gobierno de Miraflores de mantener vínculos con el narcotráfico.
Dicha acusación fue rechazada por las autoridades venezolanas y desestimada posteriormente con datos e informes de agencias estadounidenses y expertos en la materia, en los que se demuestra que no existe evidencia alguna que respalde la versión de la Casa Blanca.
Recientemente, la activista política estadounidense Laura Loomer reposteó la publicación de Gabbard, señalando que las medidas coercitivas contra la industria petrolera venezolana han abierto las puertas a China para la compra de crudo del país suramericano.
Loomer afirmó que las sanciones "no perjudican a Venezuela" y que, por el contrario, han permitido que Pekín acceda a las mayores reservas de petróleo y oro del mundo, desplazando a Estados Unidos de ese mercado estratégico.