Desde el Renacimiento nacieron en Europa empresas destinadas hacia el comercio exterior. En España, Inglaterra, Portugal, Italia y otras, existían complejos empresariales destinados a explotar el comercio colonial abierto después de la conquista y dominación del continente Americano. Para la segunda mitad del siglo XIX fue cuando surgieron las verdaderas empresas capitalistas que crearon nuevas formas de repartición del mercado internacional a través de acuerdos y carteles comerciales entre las grandes empresas multinacionales y monopólicas. Ya para este tiempo los Estados Unidos se encontraba inmerso en este mecanismo de explotación, es decir, desde mucho antes de la Segunda Guerra Mundial.
Inmediatamente de este crecimiento se dirigen a Venezuela las multinacionales de EE.UU encabezadas por la Standard Oil, del inefable John D. Rockefeller. Ya para apenas entrado el siglo XX, se otorgaron en Venezuela muchas concesiones petroleras a testaferros venezolanos, que fueron a parar a las empresas petroleras estadounidenses y británicas, las cuales se desbocaron a la explotación rapaz y a comprarnos nuestra materia prima a precios viles bajísimos. Nos llenamos de Creole, Mene Grande, Gullf, Socony y otras, solo por la parte petrolera. En el sector férreo nos llegaron la Upata Mining, la Iron Mines y la de Orinoco Mining que arrasaron con el cerro Bolívar y el cerro El Pao, a una locha (12,5 ctms de bolivar) la tonelada métrica de mineral de hierro de altísimo tenor.
De hecho que las multinacionales gobernaban en Venezuela y gobierno que trataba de incrementar los beneficios a favor de la República, era gobierno condenado al Golpe de Estado, como sucedió con el “fifty-fifty de la reforma de la Ley de Hidrocarburos de 1943 y el derrocamiento del Presidente Isaías Medina Angarita.
Luego se apoltronaban en el país la General Motors, La Ford Motors, la Krysler y otras subsidiarias en el campo automotriz, que llenaban sus arcas sitas en Estados Unidos, amén de otras empresas del sector salud, del sector alimentación y del sector servicios, todas las que se enseñoreaban con los precios altos y los cambios viles del signo monetario.
Lamentablemente, todas estas multinacionales de los Estados Unidos, contaban con venezolanos anti-patria que estaban al servicio de EE.UU y no de Venezuela, como el caso de PDVSA que se controlaba con los Giusty y los Fernández, quienes patrocinaban la reducción de las regalías y los impuestos a las inversiones petroleras y por ello devengaban sueldos fabulosos por su servilismo incondicional. Como era de esperarse PDVSA gozaba de un fuerte respaldo de los gobiernos de EE.UU. Para muestra un botón, Venezuela se unió a la Organización Mundial del Comercio sin reservar ningún derecho sobre su petróleo, en contraste con México.
La quinta República asumió el poder, con Hugo Chávez a la cabeza de la Presidencia de la República, en medio del peor colapso petrolero y la peor crisis de corrupción y de bajísima autoestima del venezolano. De tal manera que desde 1999, se realizó una nueva planificación en Venezuela y se revirtieron las políticas existentes de entreguismo, implantando así una política dirigida exclusivamente a reafirmar el control sobre todos nuestros recursos naturales y a la diversificación y ampliación del comercio exterior.
Hoy en día, toda la ingente cantidad de recursos monetarios en dólares que tenían su derrota rumbo hacia las arcas estadounidenses, sean de las ganancias petroleras, mineraleras, automotrices, comunicaciones, salud, alimentación y otras, descendieran hasta su mínima expresión. Y por otro lado que las importaciones de equipos militares y de otra naturaleza, se redujeran prácticamente a cero desde los EE,UU.
La consecución de todos estos fines por el gobierno Bolivariano ha llevado a las corporaciones estadounidenses, a través de los grupos de los halcones, encabezados por el Presidente Barak Hussein Obama a calificar a Venezuela como amenaza para los Estados Unidos y para sus testaferros criollos. Saque Usted sus propias conclusiones.
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