25 oct. 2016 - En la Unidad de Producción Familiar (UPF) Alimentos Venezuela, con sede en Gramovén, parroquia Sucre, decidieron sumarse a la propuesta nacional asomada por los Panaderos Bolivarianos de cambiar el nombre con que las panaderías comerciales han etiquetado a nuestro alimento cotidiano.
"Aquí fabricamos el pan zamorano, que además de sal, agua, levadura y harina, en sus ingredientes también figuran esencia de vainilla, de mantecado, manteca y azúcar, lo que concede a nuestro producto una mayor cantidad de nutrientes", señaló Mayerlín Laya, encargada de la UPF que funciona en un aparte de los antiguos galpones de la empresa Coca-Cola.
Dijo que la diferencia entre el zamorano y el pan de las panaderías comerciales estriba en que este último lleva ingredientes para abombarlo en exceso, con el fin de hacerlo más apetecible ante los ojos de los compradores, pero su concentración de elementos nutrientes es muy pobre.
Fábrica sencilla y productiva
El lugar donde funciona la panificadora es sencillo. La antesala está conformada por varios mostradores donde se exhiben piñitas, ambrosías, pan de guayaba y de sánduche, entre otros productos.
En otra vitrina se puede ver una bandeja con cachitos doraditos que a la distancia gritan para que alguien se apiade de ellos y les hinque el diente.
En la panificadora también se producen todos los días unas quinientas unidades de pan zamorano de 250 gramos, las cuales se comercializan a un precio de 300 bolívares.
Este valor podría ser más bajo pero los productores, quienes hacen vida en el Eje 3 de la Comuna Fabricio Ojeda, aún no tienen un documento que los incluya dentro de la llamada Ruta del Trigo. Esta venia les daría acceso a esta materia prima que es subsidiada por el Gobierno Revolucionario.
Romiwer Martínez, esposo de Mayerlín, su hermana Wendy y los primos Carlos y Jaiyel Martínez, se encargan de mezclar la masa en una enorme batidora, que tiene capacidad de carga de 120 kilogramos de harina panadera. Romiwer, quien es maestro panadero, es quien lleva la voz cantante del grupo. Apelando a sus conocimientos se ocupa de elaborar las delicateses y los panes que se expenden en la UPF y más allá.
Parte del equipo se encuentra un jueves en la mañana acicalando unas piñitas con un barniz de margarina, que les otorga a su delicada piel el color que muestran los duraznos que suelen bajar a la ciudad los entusiastas agricultores de la Colonia Tovar.
La otra mitad se esmera colocando dentro de las quesadillas y las bombas una sustancia cremosa de color amarilla. Nadie se explica cómo aguantan tan estoicamente las ganas de llevárselas a la boca.
"Esta panadería va en camino a convertirse en muy poco tiempo en una de las más visitadas de toda la parroquia Sucre. Es que nosotros ofrecemos productos de calidad con un inmejorable precio", acotó Mayerlín Laya.
Agregó que, una vez que logren conseguir la permisología que tienen pendiente, así como el financiamiento necesario, su producción va a aumentar de manera considerable. Estiman que los zamoranos se van a elevar de 5 mil, que se están horneando todos los días, a unos 10 mil. Esta cantidad sería suficiente para abastecer a toda la parroquia Sucre.
Dijo que para alcanzar esta meta es importante que la Superintendencia Nacional de Silos, Almacenes y Depósitos Agrícolas (SADA), les permita establecer convenios con las empresas Diana, Monaca y Cargill, con las cuales podrían tramitar despachos de gran parte de la materia prima que se usan en la elaboración del pan.
"Tenemos un horno que puede dejar listos 200 panes cada 25 minutos. Con esta capacidad productiva podemos abastecer tranquilamente la Ruta del Pan, que podría distribuir este producto, dulces y masa fácil para tequeños en toda la parroquia a través de los CLAP", señaló Laya.
Finalmente, la UPF Alimentos Venezuela aspira a convertirse, una vez hayan consolidado su proyecto, en un ente multiplicador de experiencias dentro del ámbito territorial de la comuna, con la idea de que los vecinos aprendan a fabricar su pan y acabar de una vez por todas con las colas.