Hablan "Los Comuneros": Comentarios sobre nuestro programa

Introducción

El resultado final sobre la elaboración de nuestro programa de luchas debe estar precedido de una abierta y directa participación del pueblo trabajador. No debe ser el producto  elaborado por élites superpuestas  al movimiento popular y hablando en nombre suyo. Entendemos por pueblo trabajador a todos aquellos seres humanos explotados por el capitalismo, independiente de la rama o de la actividad económica en donde se encuentren trabajando. Es decir, y en esto hacemos especial énfasis, el programa de luchas debe tener calor popular.

CONSIDERACIONES:

Si bien el gobierno de los trabajadores, tanto manuales como intelectuales esta en la obligación de rematar aquellas tareas dejadas inconclusas por parte del gobierno democrático - burgués actual, su misión histórica no debe de ninguna manera limitarse al remate de esa específica tarea. Por el contrario, el gobierno de los trabajadores -  que no de una élite actuando en su nombre ? desde un inicio en que toma en sus manos el control de la vida económica, política y social de la nación debe dedicarse sin demoras a echar los cimientos de la construcción del socialismo científico. ¿Por qué motivos hablamos aquí del socialismo científico? En primer término; por que la dirección política general del país debe descansar inexorablemente en las manos de los propios trabajadores organizados. Nunca más en manos de élites burocráticas haciéndose pasar por representantes populares. Segundo; Por cuanto dicho movimiento de los trabajadores debe estar pertrechado de una sólida conciencia de clase.Tener conciencia de clase significa reconocerse así mismo como una clase social  explotada por el capitalismo, que debe tener su propio perfil y que al mismo tiempo está en la obligación política y moral de asumir el papel de enterrador del capitalismo y de renunciar a continuar ejerciendo el papel  de esclavos asalariados  del gran capital. Tercero; Por que desde el primer momento en que los trabajadores ocupen el control del aparato de estado burgués, desde ese mismo instante, sin demoras, sin vacilaciones deben empezar no solamente a demoler al aparato estatal, a no dejar en pie a esa maquinaria de dominación de clase burguesa, y al mismo tiempo empezar a construir a su sustituto:  la comuna. La comuna que ya no será un Estado propiamente dicho, sino que será su negación. Este será el paso más decisivo del movimiento histórico a llevar a cabo por los trabajadores una vez actuando en su condición de sujeto y de protagonista histórico. Al organizarse en comuna y rechazar la presencia de un aparato burocrático, al empezar a golpear a la gran propiedad capitalista privada, al convertir a los medios de  producción fundamentales en propiedad de todo el pueblo trabajador, al proceder a organizar la economía nacional con arreglo a un plan que resuma en un sólo  haz, las necesidades colectivas; al proceder a reglamentar la circulación de mercancías así como también a la producción de las mismas, en esa medida el gobierno de los trabajadores ira echando las bases de la construcción del socialismo, ira ejerciendo un progresivo control sobre el mercado. Naturalmente que debemos advertir que este proceso será largo, contradictorio, caracterizado por victorias y derrotas parciales. No debemos perder de vista, que mientras exista la pequeña propiedad mercantil, mientras exista el mercado siempre habrá lucha de clases, que el capitalismo no se rendirá, que buscará siempre horadar las paredes del socialismo y restaurar su dominación. Nuestro programa socialista debe insertar como una de sus banderas de lucha la importancia de proceder a una revolución cultural permanente. Revolución cultural encaminada a desterrar de la conciencia colectiva los valores de clase  que la sociedad burguesa nos ha impuesto históricamente. Estos valores son el culto al dinero, a la competitividad desleal, a la ley del mass fuerte, a la vanidad pequeña burguesa, al desprecio por los colectivos sociales, a rendirle culto a la religión, al individualismo exacerbado, a la violencia personal, a la mediocridad, a la mentira, a la hipocresía, etc. Dicha revolución cultural debemos hacerla extensiva a todos los ámbitos de la vida social y cultural del país: es decir, a las universidades, cuarteles, fábricas, poblaciones rurales, barriadas urbanas, a los hogares  etc. La construcción del socialismo científico en Venezuela, habrá de ser un  proceso contradictorio, áspero, largo, difícil y de carácter internacional. Nuestra suerte estará ligada a la lucha de otros pueblos del mundo en contra del capitalismo mundial. No podrá ser un proceso limitado a nuestro ámbito territorial. El socialismo científico, de ninguna manera habrá de depender de la vigencia o permanencia de una u otra forma de lucha política aunque debamos saberlas utilizar a cada una de ellas. Con esto queremos decir; que las sólas victorias electorales no serán decisivas, menos aún cuando éstas se libren en el exclusivo terreno de la rivalidad burocrática e institucional al igual que se promociona un producto comercial cualquiera. No será el resultado de una carrera individual por llevar a una que otras personas, a un cargo público, a una alcaldía, a una gobernación, a una diputación. Participar en los procesos electorales con miras a perpetuar y a rendirle culto a la institucionalidad burguesa significa una vulgar aberración. No se trata de rendirle culto al burocratismo, al cretinismo parlamentario, ni tampoco a privilegiar a la figura mesiánica de nadie. Así como también descartamos rendirle culto a la lucha armada en sí. Las formas de lucha son un medio para impulsar en ciertas circunstancias la lucha de clases, pero no son un fin en sí mismas. En tal sentido, los comuneros como corriente autogestionaria de Venezuela, recomendamos actuar con visión dialéctica de las realidades. Allí donde nos sea posible hacer uso de la legalidad democrática, de las formas de luchas pacíficas, hagámoslo. Allí donde las circunstancias nos obliguen a acudir al camino de la violencia revolucionaria, cuando las circunstancias concretas nos obliguen a utilizar las armas, no vacilemos en hacerlo. Pero cualquiera que sea el medio a utilizar en el proceso de la lucha de clases, de la lucha entre el capital y el trabajo, no debemos olvidar, que el movimiento histórico, el fin último a alcanzar será el derrocamiento y la desaparición del capitalismo, la construcción del socialismo científico como puerta de entrada a la edificación del comunismo. Ello conllevaría necesariamente la presencia de un proceso permanente de educación política socialista, socialista en el verdadero sentido de la palabra. Recordemos la expresión del Ché Guevara, cuando sostenía que el socialismo no podía ser construido con las armas melladas del capitalismo. No es correcto entonces pretender construir el socialismo colocando a la cabeza del proceso de su construcción a individuos con ideas y prácticas burguesas, a elementos anticomunistas, a empedernidos burócratas, a negociantes e impostores que se visten de rojo rojito para hacerse pasar por amigos del pueblo resultando no ser otra cosa  que  vulgares usurpadores de la voluntad popular. El socialismo si bien debe asumir el hecho de nuestra propia realidad, nuestra propia historia, nuestras características nacionales, no por ello, debemos desdeñar que somos parte de un sistema capitalista mundial. Para nosotros los comuneros  significa un grave peligro, pretender construir el socialismo científico teniendo que apelar al camino previo de edificar el capitalismo de estado, una de cuyas expresiones más relevantes lo constituyen las empresas mixtas. El capitalismo de estado como vía previa para adentrarnos en la construcción del socialismo científico ya ha fracasado en aquellos países que lo han intentado. Rusia en 1917, llevó a cabo la revolución Bolchevique, allí, después de 70 años, el capitalismo vulgar fue restaurado. En China en 1949, se emprendió el mismo camino y ya hoy sabemos los resultados, china es actualmente una potencia capitalista.  En Cuba se implantó el modelo capitalista de estado y después de cincuenta años de experiencias hoy empieza a retroceder ante el capitalismo dándole espacios a las pequeñas y medianas empresas privadas. Y ahora en Venezuela el presidente Chávez, nos promete convertir a Venezuela en una potencia - naturalmente capitalista -  bajo el señuelo de que estamos construyendo el socialismo. En Venezuela el Estado concentra en sus manos una parte importantísima de la riqueza social. PDVSA, la industria siderúrgica; CANTV, y otras empresas energéticas, etc. Empresas en manos del estado, quien a través de una élite, de una nueva burguesía es dueña de los medios de producción que de derecho le pertenecen a la nación. Esa élite se ha venido enriqueciendo acelerada y descaradamente. Ha procedido en cierto modo, a un reparto social en el cual mantiene ilusionada y entretenida a la población trabajadora en base a un supuesto socialismo del siglo XXI. Esta fórmula es una impostura y es nuestro deber denunciarlos ante el pueblo trabajador de Venezuela. Una de las mayores demostraciones  acerca de la falacia del socialismo del siglo XXI consiste en las denominadas empresas mixtas que son una expresión vulgar de una alianza entre dos sectores del capital. Uno, el sector capitalista mundial representado por las multinacionales del petróleo, Exxon, Mobil, Shell, Texaco. Antes, eran empresas que prestaban al país unos contratos de servicios en la industria petrolera, ahora con el gobierno del presidente Chávez, estas empresas han salido super privilegiadas y actualmente son socias de nuestra industria petrolera. Son accionistas de hecho y de derecho de una parte nada desdeñable de nuestra industria petrolera. Es decir, de prestadoras de servicios, ahora a través de las denominadas empresas mixtas son dueñas también de nuestra riqueza patrimonial. Lo grave de este modelo de empresas mixtas consiste en que a través suyo, se perpetúan las relaciones capitalistas. Dos, Las multinacionales extranjeras continúan controlando el secreto tecnológico cosa que le está prohibido acceder a PDVSA. Tercero, Que se nos vende la idea de que empresas mixtas y socialismo se complementan, cosa que es evidentemente falsa. Un elemento que no debemos dejar pasar desapercibido, es el hecho de que para construir el socialismo científico en Venezuela estamos obligados además a rechazar la falsa tesis de que es suficiente con convertir al pueblo en legislador y asunto concluido. Recordemos que el parlamento es una institución de la sociedad burguesa creada por el capitalismo para hacer creer, a los de abajo que vivimos en un régimen político ideal.  Recordemos dicho sea de paso las tesis de los maestros del socialismo científico en cuanto a admitir que en los procesos electorales celebrados cada cuatro a cinco años, a los de abajo es decir a los esclavos asalariados  le correspondía elegir a aquellos representantes que posteriormente serían sus propios verdugos. No obstante, en lo que llevamos de democracia participativa, acá en Venezuela, a los esclavos del capital, ni siquiera se nos reconoce el derecho a elegir a nuestros verdugos, resulta que ahora, se nos imponen desde arriba mediante el método de la cooptación, que en términos vulgares equivale a las imposiciones a dedos. Como  resultado de todo esto, queremos poner en evidencia que tanto la democracia representativa como la democracia participativa son hijos de una sola madre: la sociedad burguesa. Hoy tenemos por representantes en el parlamento, a corredores de bolsa, a contratistas del estado, a empresarios y políticos corruptos. En una palabra a una nueva burguesía burocrática desdoblada en representantes populares.

¿Qué nos corresponde hacer a los luchadores populares consecuentes? Somos de la idea de que debemos impulsar todo un proceso de acumulación de fuerzas, esto parece sencillo decirlo, pero comporta todo un gigantesco esfuerzo. Como exponentes de una corriente histórica marxista nos corresponde la inmensa tarea de contribuir a que el movimiento popular revierta toda la orientación burguesa que desde Miraflores se le ha impuesto al actual proceso político. Ha llegado la hora de pasar factura al liderazgo que a partir de 1999, asumió la dirección política del país. Quienes ofrendaron sus vidas en las trincheras guerrilleras de 1960 - 1970 no lo hicieron en interés de un modelo democrático - burgués lo suficientemente cuestionado por los hechos históricos. Quien quiera plegarse de manera personal en defensa del modelo político actual está en su derecho. Tiene derecho a cansarse, a deponer su espíritu combativo, a sumergirse en el lodo de un cargo burocrático; pero por favor que no nos prohíba luchar a quienes queremos continuar haciéndolo; más aún, cuando alcanzamos a comprender los graves riesgos que nos amenazan. En Europa, como en América latina, se producen interesantes movilizaciones populares en contra de los desmanes y actitudes agresivas y recurrentes del capitalismo. Pero recordemos que Europa desde hace mucho tiempo que ha envejecido y no está en capacidad de darnos lecciones políticas de tipo alguno. La burguesía europea continúa su vieja conducta de explotación sobre su clase trabajadora, y actúa en calidad de vieja prostituta quien alcahuetea los desmanes del imperialismo norteamericano y del fascismo israelita. Las luchas de masas en Europa tienen el sello de la mediocridad, del conformismo y de la sumisión. Las masas populares están indignadas ante las actuaciones explotadoras de sus burguesías correspondientes; blasfeman, maldicen, pero nada más no son capaces de atreverse a intentar a tomar el cielo por asalto. En América latina, quizás con sus matices, el movimiento de masas viene siendo influenciado por las burguesías emergentes de Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela por sólo citar algunos ejemplos. En Colombia la lucha guerrillera, la heroica resistencia armada, igualmente no encuentra salida revolucionaria al antagonismo que mantiene con respecto a la oligarquía de ese país. La clave de todo consiste en el hecho de que está demostrado hasta la saciedad, que un aparato armado puede dar inicio a un proceso insurreccional, pero si ese aparato sustituye a las masas, si no es capaz de galvanizarlas y conducirlas correctamente hacia la insurrección popular definitiva, la lucha inexorablemente degenerará en una confrontación armada entre aparatos políticos - militares que sin duda terminará en un círculo vicioso de nunca acabar.

Nuestro programa, debe incluir en sus banderas de luchas como primera consigna: La conquista de la república comunera?.. Ésta no será un nuevo tipo de Estado. Su primera reivindicación  será colocar en primera fila el trabajo creador y productivo. Partimos del punto de vista de que quien no trabaja no come, salvo los ancianos, las mujeres embarazadas, los niños y los enfermos. Aún así, estos sectores (salvo los niños) deberán participar en ciertas actividades  en correspondencia con sus capacidades físicas e intelectuales. Durante la etapa de construcción del socialismo, que es la etapa de entrada a la construcción del comunismo, habrán de aplicarse de manera provisional medidas democráticas. Ejemplo, todo inquilino que requiera del alquiler de una vivienda no deberá pagar mensualmente sino el 10% del salario devengado. La banca privada, que se ha enriquecido a expensas del ahorro de los ciudadanos será socializada. A los grandes terratenientes se les expropiará la tierra ociosa sin indemnización alguna. Para ser diputado se requerirá el consentimiento de la comunidad que lo elige, se les obligará a tener que rendir cuentas periódicamente de su gestión, podrán ser criticados y sancionados sin necesidad de apelar a procedimientos engorrosos de tipo burocrático, su salario no deberá ser mayor que el devengado por un obrero calificado. No gozarán del privilegio de la inmunidad parlamentaria. Los actuales tribunales de justicia desaparecerán. El pueblo organizado y políticamente consciente administrará la justicia, la cual, deberá ser gratuita. La educación será cambiada de raíz, no se permitirá el ejercicio de la educación para élites. La educación deberá estar integrada a las necesidades de construir el socialismo científico. El ciudadano será reconocido en virtud de sus méritos, de su conducta solidaria, por su vocación de servicios, por su capacidad técnica y profesional al servicio del colectivo social. El conocimiento y la práctica social estarían por encima de los títulos académicos. La medicina será socializada .. La sociedad misma se encargará de atender a la buena salud de sus ciudadanos. La milicia popular será la forma más elevada de organización del pueblo, tanto como para garantizar la soberanía del país, la seguridad ciudadana, como la profundidad de las transformaciones socialistas. La milicia es el pueblo en armas y no será necesaria la existencia de  cientos de aparatos policiales que por lo general actúan en correspondencia con las mafias del delito. La forma de organización política prevaleciente deberá ser la Asamblea Popular  Permanente, ella cumplirá simultáneamente las funciones de legislar, ejecutar y hacerle control y seguimiento a sus propias decisiones?

¡Todo el poder para el pueblo trabajador...!

¡Prohibido Prohibir!

¡No al Capitalismo de Estado!

¡Sí al Socialismo Científico!

Por "Los Comuneros, Corriente Autogestionaria de Venezuela"

Carlos Betancourt

(Comandante Jerónimo)

Venezuela Diciembre del 2012

efraín891937@gmail.com

 



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