La hallaca de la oposición

La hallaca de la oposición esta piche, amarga, hinchada y con el sabor rancio de la descomposición. La carne de cerdo no existe, pues esos cerdos se encuentran fuera del país. Esas hallacas tiene el síndrome de Juan Pablo Castel, un túnel. El tomate que usan en la cocción viene del norte, en sus latas contaminadas de miles de agentes cancerigenos, con esos colores, dique; yellow 5 y 6, suena a hipódromo; red 40, como los años que gobernaron derramando dolor y sangre de un pueblo noble y trabajador, oprimido y estafado; azul 7 porque no podía ser 8, sino 12, 14 o quizás mas, algo así como 21, que es nuestro preservativo mas común y popular.

Nadie las puede comer, porque te dan diarrea, vómito y dolor de cabeza. Diarrea como la que tiene el golpista Capriles (que debería llamarse Carriles) y Radamez Muñoz, que no esperaron el tres y salieron con el trasero lleno de caca huyendo a su paraíso gusanero. Vómito, como la úlcera verde añil que tanto Marcel y su Marcelito vomitan con sus programas de televisión. ¡Ah! El matacura, el barbita Guisti y Federico el loco, que lanzan desde su baba visión, enferma y podrida toda peste, como la que apoya. Dolor de cabeza, como el que sufre Teodoro y el mismo Manolito, coño que dolor da inventar estupidez en contra de Chávez, y ver la marea roja de mas de 7 millones de votos, ni con aspirina ni con su tylenol se les quita. Las hojas no se las pudo mandar el jorobado violador Noboa del Ecuador, ni los rezos anticomunistas ni antichavista le ayudaros a seleccionar las hojas mas apropiadas para la hallaca, pero si le salio una Correa de amansa guapo. La cabuya, no llego desde su Miami, ni en forma de billete verdes tan apreciados para la patulequera de oligárquicos. Esos hilos salvavidas, de NED, la CIA, que convierte el guiso es una vaina mal oliente, que apestan a mierda. ¿Querrá el diminuto rata blanca embajador probar una?

La guachafita hay que mantenerla hasta tanto los carajos dejen de fastidiar. Es más, el relajo es bueno, hay que tumbar el estrés de esos días, porque hay que joderlos un poco. Hasta las gaitas de moda son un relajo, un bálsamo post electoral, necesitábamos escuchar nuestra música de protesta, de conciencia a ritmo de gaitaaaa!

¡Las mejores hallacas son las de mi mamá! ¿Las de tu mamá? Y tú tienes madre. Porque te gusta el zaperoco y te la das de loco del Este. ¿No será que el diablo te ha poseído o te has entregado él? ¡Ay mamá!

¡Coño! se robó el pan de jamón y el panetón también. ¿Y así quieren diálogos amistoso? Yo te aviso chirulí.

Déjame instalar el pesebre, vale. ¡Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo Venezuela!

Patria o muerte ¡Venceremos!

miguel_agostini@msn.com


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Miguel Ángel Agostini


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