¡No a la pornografía periodística!

A su juicio de Louis Josserand, Jurista francés y destacado investigador en materia de Derecho civil, “ningún derecho es absoluto”. Por su parte Marcel Planiol, sostenía que “si hay abuso, no hay derecho” Lo que sustenta el viejo adagio que reza “Tu derecho termina donde comienzan los míos”

En días pasados el diario El Nacional publicó, en primara página, una foto donde se aprecian una serie de cadáveres sin ropa y apiñados en unas camillas que, según el diario, pertenecen a la morgue de Bello Monte.

Está gráfica, más que horrenda, es maquiavélica, pues no hay dudas que es parte de una operación para exacerbar la sensación de inseguridad, tema central de la campaña de desestabilización contra el gobierno legítimo de Hugo Chávez, por parte de la oposición apátrida con asesoría descarada del Departamento de Estado de EEUU, de cara a las elecciones parlamentarias del venidero 26 de septiembre.

El operador “intelectual” de esta patraña, el ciudadano Miguel Otero, tuvo el tupé de anunciar, días antes por la Red Social Twitter, el inicio de esta campaña, calificándola como “pornografía periodística”. Supongo que cuando dijo “pornografía” se refería a la desnudez y apiñamiento de los cadáveres que mostró en su gráfica.

Como era de esperar, múltiples sectores de la sociedad protestaron ante semejante atrevimiento por parte del Diario que en otrora se le conociera como el “periódico de los intelectuales”, hoy venido a poco menos que pasquín, que pretende reeditar a la extinta amarillista “Crónica policial”.

Tras las sanciones que lógicamente debían aplicarse, en una sociedad civilizada, contra el trasgresor de los derechos de los demás, consagrados especialmente en el artículo 60 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el delincuente pretende escudarse tras el “derecho a la libertad de expresión”, desconociendo los derechos del resto de los miembros de la sociedad venezolana.

No cabe la menor duda que este diario aumentó sus ventas ese día, cosa que le hacía falta, pues su tiraje se ha visto mermado por la migración de los anunciantes que no ven, en esa publicación, el mejor sitio para publicitar sus productos. Esta treta, tal vez, pudo estar enmarcada en la causa de las corporaciones extranjeras, por destruir el régimen socialista, a cambio de una “ayudita” económica ¿quién sabe?

Lo cierto, es que con esto se quitó la careta la, recién montada, directiva del CNP, quien sin consultar a los agremiados salió en defensa de un medio de comunicación que ha trasgredido abiertamente el Código de Ética del periodista en Venezuela.

Hago un llamado a la sociedad consciente, a los padres y madres, a los miles de periodistas que desean un país en paz y sin violencia, donde todos nos reconozcamos como iguales, a repudiar enérgicamente este tipo de campaña dirigida a provocar angustia y zozobra en la población con fines mercantilistas y electorales. Digámosle ¡No a la pornografía periodística!


frar2021@gmail.com


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Fernando R. Álvarez R.


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