Respuesta a Roy Chaderton

Leímos con atención el artículo publicado por el embajador Roy Chaderton ¿Hasta cuando el apartheid llanero o la jaladera cultural? Publicado en Aporrea https://www.aporrea.org/cultura/a233824.html

A partir de una breve reflexión que nos publicó TODASADENTRO el 6 de agosto de este año me permito intentar dar respuesta parcial a la pregunta central elaborada en el texto: ¿Por qué carrizo una efebocracia oficial en sus éxtasis de halagos, han tratado de imponerle tanto a Chávez como a Maduro y a toda Venezuela un solo tipo de música criolla, muy representativa pero no única, como condenando al apartheid cultural al resto de nuestra riquísima producción musical?

Es una respuesta inicial muy sintética y parcial que podría servir de contexto para un debate colectivo que genere respuestas más extendidas y desarrolladas. Lanzamos esta idea y preguntas para el debate y para acompañar a las voces que como uno, aman esta patria y entienden a la Revolución Bolivariana como la gran oportunidad de descolonizarnos definitivamente.

Joropo, diversidad y descolonización

La producción cultural de nuestro pueblo ha sido sistemáticamente atacada por los mecanismos de interferencia cultural de la modernidad
 colonial y su aparato capitalista imperial desde hace más de 500 años.
 La doctrina imperialista para las nacientes repúblicas americanas del
 siglo XIX desarticuló el cuerpo político ideado por Miranda y Bolívar,
imponiendo la relación de dependencia con cada una de las pequeñas
 naciones incapaces de hacer frente a la creciente hegemonía económica
 y militar estadounidense.

En el siglo XX, desarticulada política y territorialmente Nuestramérica, el imperialismo avanza con el propósito de eliminar las
"fobias estructurales" latentes en los "códigos culturales
profundamente arraigados". En otras palabras, acabar con las
 identidades culturales tradicionales de los pueblos nuestroamericanos. 
A tales fines se estimula un "nacionalismo" que ejecutado por 
regímenes de derecha no genera otra cosa que la negación de lo propio.

La operación fue ejecutada de México a la Patagonia. En nuestro caso,
el joropo llanero fue el seleccionado para convertirse en la "cultura
 nacional", es decir para eliminar la diversidad y avanzar en el
 proceso de colonialidad. La política cultural del Estado-Nación
 burgués -iniciando la segunda mitad del siglo XX- descontextualizó y 
fetichizó al joropo llanero para vaciarlo del contenido simbólico
 asignado por la cultura campesina que lo produjo y de esta manera 
alterar definitivamente su función social, convirtiéndolo en
 mercancía.

Tan eficiente han sido los mecanismos de interferencia cultural, que en el
 mayor de los casos cuando hablamos de "música venezolana" no
 imaginamos otra cosa que joropo llanero, ignorando la variedad de
 joropos distintos presente en Oriente, Centro Norte-Costera, Occidente
 y los Andes; así como las gaitas, calipsos, merengues, danzas, valses,
 golpes y sones, para nombrar una pequeñísima parte de nuestros géneros
 bailables presentes en todo el territorio.

El proceso de descolonización pasa por entender los mecanismos por los
 cuales nos dominan para no convertirnos en copistas, reproductores y
 legitimadores de la opresión.

Hasta aquí el texto publicado en TODASADENTRO y que puede ser revisado en www.descolonializa.wordpress.com.

A modo de cierre, reafirmar que la revolución es cultural o no lo es, tal y como nos lo enseñó el Comandante Chávez. En nuestro país, el Estado -que transita del burgués al revolucionario- es un gran modelador cultural pues decide a dónde va la inversión en el sector. La política cultural privilegiada por la revolución define el paradigma, visibiliza y caracteriza al sujeto de la política.

Este parece un tema marginal en la coyuntura de guerra no convencional en la que nos encontramos. Pero ya lo dijo el maestro Luis Britto García que cuando Clausewitz postulaba que la guerra es la continuación de la política por otros medios, omitía que la política es la continuación de la cultura, por otras vías.

Tendríamos que preguntarnos ¿qué queremos formar/estimular en el ámbito de las culturas y la creación estética? ¿Artistas-audiencias burguesas/es, descontextualizadas/os y/o desarraigadas/os, dependientes, faranduleras/os, reproductoras/es y consumidoras/es de la lógica del capital? ¿O creadoras/es-audiencias capaces de enorgullecerse de su identidad y sensibilidades, defensoras/es de su memoria y su diversidad, conscientes de su interculturalidad y productoras/es de conocimientos y estéticas emancipadoras?

Si bien Aquiles Nazoa nos enseñó a creer en los Poderes Creadores del Pueblo, también nos alertó sobre los llaneros del petróleo... "...Y hay que afinar el tino, es decir la puntería..." como nos sigue cantando Alí Primera.

fidelbarbarito@gmail.com



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