La oposición venezolana profundizó el martes sus divisiones tras las elecciones regionales: pese a que desconoció los resultados que dan victorioso al oficialismo, algunos de sus dirigentes comenzaron a reconocer la derrota y a hacer autocrítica.
Dos días después de los comicios, la opositora y fragmentada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que figuraba favorita en todos los sondeos de encuestadoras que han sido cuestionadas después de los resultados, digiere a lo interno los resultados que dieron al oficialismo 17 (está en disputa el estado Bolívar) de 23 gobernaciones.
Uno de los principales dirigentes de la MUD, Henry Ramos, a cuyo partido Acción Democrática pertenecen cuatro de los cinco gobernadores electos por la coalición opositora, admitió que "nos afectó terriblemente la abstención".
El gobernador saliente del estado Lara, Henri Falcón, de uno de los partidos de la MUD, reconoció que perdió en su disputa por la reelección: "Nosotros perdimos, así de sencillo, y eso hay que aceptarlo porque también hay que tener gallardía", manifestó.
Por su parte, el gobernador saliente de Amazonas, Liborio Guarulla, responsabilizó a la dirigencia de la MUD de que la oposición haya perdido ese estado "imponiendo candidato por sus intereses".
Muchos otros no votaron decepcionados por "no lograr sacar" a Maduro del poder tras cuatro meses de protestas y violencia sin límite que dejaron 125 muertos entre abril y julio y de la que parecen no arrepentirse.
El analista Luis Vicente León dijo a AFP que el oficialismo ganó porque se unificaron mientras la MUD estaba "fracturada y desanimada".
Maduro, quien tiene, según las encuestadoras que daban perdedor al oficialismo, un 80% de impopularidad por la crisis económica, dijo estar seguro que ganarán el 90% de las alcaldías en los próximos comicios municipales. A nivel nacional, el chavismo obtuvo 54% de votos, destacó, pensando ya también en las elecciones presidenciales de fines de 2018.
"Vamos a hacer las elecciones con o sin oposición", advirtió.
