¿Esa es democracia?

NOTA

En la conclusión de este artículo, uso a Carmen Meléndez (nueva alcaldesa de Caracas) como ejemplo, pero quiero que sepan que la uso como ejemplo solamente, nada más. No la conozco, ni tampoco vivo en Caracas, ni tengo ningún interés particular relacionado a Caracas en este momento. Podría haber sido cualquier otra persona en la lista que se encuentra en la noticia citada en la conclusión de este artículo, pero la escogí a ella porque era la primera en la lista, nada más. Otra cosa, este artículo tiene que ver con las elecciones de ayer, el 21 de noviembre del 2021, pero no tiene que ver con la política como tal, sino que tiene que ver con mi percepción del sistema político venezolano desde el punto de vista de un anti-político (yo) y su interpretación (la mía) matemática-práctica del asunto. Espero que les sea útil e interesante. Gracias.

ARTÍCULO

Como saben, no me interesa la política, pero sí me interesa mucho las matemáticas, especialmente ya que las matemáticas tienen sus aplicaciones prácticas y muy reales (y fáciles de entender cuado son bien presentadas) para ayudarnos a entender las cosas (la vida) más claramente.

Este es un ejemplo.

Cuando ocurren elecciones como las de ayer en Venezuela, y ganan los ganadores, a veces uno se pregunta, por ejemplo:

¿Cómo puede ser que esa persona quien ganó, ganó, cuando solamente 1 de cada 5 personas con quienes hablo en la calle (20%) demuestra apoyo para esa persona mientras que las otras 4 personas (80%) demuestran disgusto o indiferencia al respecto?

Entonces uno se pregunta:

¿Qué es lo que ocurre dentro de las entrañas del sistema electoral supuestamente democrático que tenemos para que esa persona --- en este caso --- sea electa, cuando la muy verdadera realidad es que 4 de cada 5 ciudadanos no votarían por esa persona ni tampoco quisieran jamás verla en el poder?

¿Cómo puede una persona ser electa a un puesto de gobernante --- plenipotenciario --- si solo 20% de la ciudadanía lo apoya?

Hmmm …

Esta es una de las razones principales por lo que yo no voto, porque este sistema de votación que usamos en Venezuela es severamente defectuoso en comparación con mi visión de la gobernanza, la cual se basa en el consenso, y no en el voto. Existen varias sociedades y comunidades a través del mundo que basan su gobernanza en el consenso, como por ejemplo los Territorios del Noreste y Nunavut en Canadá, y las comunidades (comunas) de los Quakers, etc.

Bueno …

Aunque el asunto es mucho más complicado que esto, este es básicamente el argumento: ¿Cómo puede una persona ser electa a un puesto de gobernante --- plenipotenciario --- si solo 20% de la ciudadanía lo apoya?

Respuesta:

Que yo vea, existen tres factores fundamentales que contribuyen a este extraño fenómeno:

1- el porcentaje (%) de la población que tiene el derecho de votar

2- el porcentaje (%) de esa población (1) que efectúa su voto, y

3- el porcentaje (%) de esos votos (2) que el ganador obtiene en comparación con los demás candidatos.

Por ejemplo:

1- si hay 100 personas que tienen el derecho de votar, pero solo 40 van a votar, eso representaría 40% de asistencia al voto, y

2- si en esa votación el ganador ganaría con 21 de esos 40 votos, eso significaría que el ganador habría ganado con 53% de los votos, o sea, una mayoría, pero

3- en base al numero total de las personas que tuvieron desde el comienzo el derecho de votar (100 personas), el ganador solo obtuvo 21% de los votos, no 53%, o sea, solo ganó 21 votos de un posible 100 votos. Este sería el porcentaje (21%) más cercano a la realidad con respecto al verdadero apoyo a la gobernanza que la persona que habría ganado esas elecciones tendría, por lo menos en el comienzo de su ejercicio de gobernanza (el apoyo inicial podría aumentar o bajar dependiendo de sus acciones y las correspondientes percepciones de la ciudadanía durante el periodo de gobernanza).

Así lo veo.

Entre estos tres factores se encuentra la verdad (aproximativa).

Así funciona este fenómeno, digo yo.

EL FENÓMENO

Entonces, aquí les presento una muestra de este fenómeno en diferentes elecciones y en diferentes lugares y tiempos. Las cifras son aproximativas (y espero no haberme equivocado en mis cálculos) y representan el verdadero apoyo que la persona electa tendría (por parte de la ciudadanía) justo después de las elecciones cuando se sabría qué porcentaje de la ciudadanía que tuvo el derecho de votar, votó. Las cifras son calculadas de la siguiente manera:

(% de votos obtenidos) x (% de votantes que votaron) = (verdadero % de votos obtenidos, o sea, el apoyo ciudadano real)

Por ejemplo, cuando Angela Merkel ganó el cargo de Canciller (presidente) de Alemania en el 2017, ella ganó con 32.9% de los votos, pero solo 76.2% de la población que tenía el derecho de votar, votó, entonces, el verdadero apoyo que ella tuvo de la ciudadanía era de 25% (1/4 ciudadanos):

32,9 x 76.2% = 25% (apoyo real)

Ejemplos:

Canadá, primer ministro, 2021 = 20% (apoyo real) = 2/10 ciudadanos

Reino Unido, Primer ministro, 2019 = 29% (apoyo real) = 3/10 ciudadanos

EEUU, presidencia 2020 = 34% (apoyo real) = 3/10 ciudadanos

____________

Venezuela, presidencia 1998 = 37% (apoyo real) = casi 4/10 ciudadanos

Venezuela, presidencia 2000 = 34 % (apoyo real) = 3/10 ciudadanos

Venezuela, presidencia 2006 = 47% (apoyo real) = casi 5/10 ciudadanos

Venezuela, presidencia 2012 = 44% (apoyo real) = 4/10 ciudadanos

Venezuela, presidencia 2013 = 40% (apoyo real) = 4/10 ciudadanos

Venezuela, gobernadores 2017 = 32% (apoyo real) = 3/10 ciudadanos

Venezuela, presidencia, 2018 = 31% (apoyo real) = 3/10 ciudadanos

Venezuela, asamblea nacional, 2020 = 20% (apoyo real) = 2/10 ciudadanos

Venezuela, mega elecciones 2021 = 20% (apoyo real) = 2/10 ciudadanos

OBSERVACIONES (en base a los datos arriba)

1- Básicamente, como jefe de Estado, Chávez fue más popular entre la ciudadanía venezolana que los jefes de Estado electos de EEUU, Canadá, y el Reino Unido habrían sido entre sus propios ciudadanos. Es más, si uno investiga más allá todavía, Chávez habría sido uno de los jefes de Estado del mundo más apoyados por su propia ciudadanía durante toda la reciente historia de la democracia occidental, la cual no es realmente una democracia completa (ver más abajo), sino solo una fachada llamada democracia que vacila entre los conceptos de democracia pura (la gobernanza en base al poder ciudadano) y el autoritarismo de las clases dominantes, o sea, la dictadura, o sea, la gobernanza basada en el poder político y económico dominante en vez de basarse en el poder de la ciudadanía.

2- El actual jefe de Estado venezolano solo fue popular con un apoyo de 4/10 (40%) en el 2013, y a partir de entonces su popularidad y apoyo se ha venido reduciendo continuadamente hasta llegar a 3/10 (30%) en el 2018, lo cual indicaría --- en conjunto con el resto de los datos arriba ---, que su popularidad hoy debe probablemente rodear el 2/10 (20%).

3- El apoyo por parte de la ciudadanía a los colaboradores ganadores del actual jefe de Estado venezolano para los puestos de gobernanza del país (gobernadores, alcaldes, diputados, etc.) se ha venido reduciendo de manera constante y significativa desde por lo menos el 2017 (3/10), hasta hoy cuando, por ejemplo, el apoyo a los gobernantes electos (2021) se encuentra en solo 2/10, o sea, los colaboradores del actual jefe de Estado venezolano se encontrarían, igual a él, con una apoyo ciudadano de solo alrededor del 20%. Es más, se nota que la tendencia sigue a la baja ya que, aun habiendo tenido todas las oportunidades del mundo para gobernar como debe ser (correctamente y responsablemente), en el caso de ellos, cada elección les ha generado un apoyo real menor.

CONCLUSIÓN (en base a los datos arriba)

Creo que se podría concluir que:

Aunque tal vez pensemos que estamos viviendo en una democracia, la verdad sería que no estamos viviendo en ninguna democracia pura o verdadera, no señor, sino que estamos viviendo en alguna forma mutada, adulterada, o contaminada de la democracia donde --- contrario a todos los fundamentos de la democracia --- se permite gobernar de manera plenipotenciaria con solo un 20% de apoyo de la ciudadanía.

(Una persona que es electa con digamos 30% de los votos y con solo 20% de apoyo real es --- increíblemente --- permitida ejercer el mismo poder plenipotenciario que ejercería una persona que habría ganado las mismas elecciones con 100% de los votos y 100% de apoyo real. Eso es muy extraño y en mis ojos no concuerda con los conceptos fundamentales de la democracia, no señor.)

Esto se ha demostrado claramente arriba.

O sea, aunque tal vez pensaríamos que estaríamos siendo gobernados en base a las intenciones y los intereses de las mayorías, la verdad es que no lo estamos.

De hecho, estamos bastante lejos de eso.

En muchos casos estamos siendo gobernados por las intenciones y los intereses de solo un 20% de la población, ese 20% de la población que está de acuerdo con que quienes fueron electos sean quienes deberían estar gobernando --- plenipotenciariamente además --- y por eso están allí, una minoría gobernando a las mayorías aunque las mayorías no los quisieran. Ese es el torcido mecanismo que sigue permitiendo que las clases dominantes nos sigan dominando.

Así se ha manipulado el concepto de la democracia.

Y esto no ocurre por casualidad.

Ni tampoco ocurre solo aquí en Venezuela, sino en todos los países que se basan en el sistema político occidental. Venezuela es solamente un ejemplo, y tal vez uno de los más marcados (y dañados) por este fenómeno.

¿Ven ahora por qué soy anti-político, pero específicamente en contra de la política occidental?

Ahora, para volver al caso de Venezuela …

¿Cómo podemos jactarnos de que vivimos en una democracia cuando solo 2 de cada 10 ciudadanos están de acuerdo con que los gobernantes que gobiernan, gobiernen?

¿Tiene sentido para ustedes que nuestro país sea gobernado de esta manera?

¿Eso es democracia?

Para mí, no lo es. Por eso yo no voto ni apoyo a ningún partido político occidental, y jamás lo haré.

Pero, por lo menos, cuando Chávez vivía, estábamos en una realidad donde casi 5 de cada 10 ciudadanos lo apoyaban (ver arriba en el año 2006), pero desde entonces, pero particularmente después de su muerte en el 2013 (asesinato en mi estimación), hemos caído, como Nación, en un profundo hueco donde la inmensa mayoría de la población (hasta el 80%) no está conforme con la gobernanza.

Esto significaría, en mi libro, y basándome en las cifras de arriba, que aquí en Venezuela (y en otros países por supuesto):

- no existe la democracia participativa, debido principalmente a la muy baja participación electoral, y

- no existe la democracia representativa, debido principalmente a que un 20% de apoyo a la gobernanza no constituye una condición que representaría las intenciones y los intereses de las mayorías, la noción fundamental de cualquier democracia representativa.

El día que eso ocurra, digamos el día cuando más de 5/10 ciudadanos (50% + 1) apoyarían a quienes fueran electos (Chávez casi lo logró), bueno, ese día sería el día que empezaremos a encaminar nuestra Nación hacia una verdadera democracia, primero, representativa, y enseguida, participativa, ya que, si 5 o 6 o 7 de cada 10 ciudadanos apoyan a los gobernantes, bueno, entonces eso significaría que la mayor parte de la voluntad de la ciudadanía estaría siendo honrada, y por ende, las minorías (2, 3, 4 de cada 10 cuidadnos) tendrían que empezar a preguntarse, "Bueno, ya que la mayoría piense que eso debería ser así, tal vez que ellos tengan razón, hmmm, tal vez deberíamos escucharlos, o unirnos a ellos," y cosas así.

¿Verdad?

Voy a terminar esta conclusión con un ejemplo concreto.

Ayer, el 21 de noviembre del 2021, Carmen Meléndez ganó la alcaldía de Caracas con 58.93% de los votos efectuados, lo que aquí en Venezuela básicamente significaría que, porque ella ganó con una mayoría de los votos, entonces, ella será la persona quien básicamente decidirá todo con respecto a la gobernanza de Caracas, ella será como la mini diosa de Caracas, la reina del Valle, la jefe todopoderosa, porque así es como funcionan las cosas aquí en Venezuela, o por le menos así pareciera ser. Básicamente, el que gana, se gana todo, y el que pierde, se pierde todo, y punto, y ella probablemente tomará todas sus decisiones sin necesariamente consultar a sus oponentes quienes no ganaron pero quienes aunque no habrían ganado hubieran tal vez obtenido un número significativo de votos y que por eso tal vez deberían ser considerados, bueno, en una verdadera democracia.

¿Verdad?

Pero --- y esta es la parte muy triste de la mentalidad colonial y prepotente todopoderosa y plenipotenciaria de Venezuela --- la verdad es que Carmen Meléndez, la ganadora del cargo de alcaldesa de Caracas, quien obtuvo 58.93% de los votos con una participación de 41.8%, probablemente será otorgada TODO el poder, o sea, todo el poder omnipotente y plenipotenciario sobre todos los asuntos de Caracas, aunque solo detiene 25% (1/4) de apoyo real de la ciudadanía.

58.93 x 41.8% = 25% (apoyo real)

Ver: "Resultados de las Mega-Elecciones --- (VIDEO) Primer boletín del CNE coloca al PSUV ganador en 20 gobernaciones y en 3 a la oposición"

https://www.aporrea.org/actualidad/n369458.html

Voy a repetir, Carmen Meléndez tendría ahora en sus manos 100% del poder sobre Caracas con un apoyo de solo 25% de la ciudadanía (1/4 ciudadanos).

¿Cómo puede alguien obtener 100% de algo con solo 25% de lo que se requeriría para obtener el 100%?

¿Esa es democracia?

NOTA: El promedio del apoyo real a los electos ayer el 21 de noviembre del 2021 para las gobernaciones, es de 20%, o sea, 1/5.

oscar@oscarheck.com



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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