Ella quería lingotico, pero...

La perseverancia de mi vecina, como dicen los mexicanos, "es a todo dar". Me consta su interés en adquirir un lingotico o un décimo del mismo, desde el momento en que apareció el presidente ofreciéndolo en venta como parte del ahorro del venezolano. Siempre se decía: "En esta semana debo comprarlo", Pero como cosas del destino, siempre cuando se disponía a llenar el certificado de ahorro, alguien tocaba a la puerta de su casa y gritaba¨: "Vecina, están vendiendo harina Pan en Makro". Entonces, ni corta ni perezosa dejaba a un lado lo que pretendía hacer y consideraba más importante comprar la harina. Se supone que decía: ¡Que voy a hacer yo, con real guardado y no tengo con qué comer!

Pero, mi vecina es porfiada, lo que se propone lo logra. De hecho, se había fijado como meta comprar su lingotico en cualquier viernes de pago semanal, pero cuando ponía la mano a su semana de pago, en su mente las ideas se anarquizaban y entonces como el que sueña contando ovejitas para conciliar el sueño, ella se imaginaba como pasaban los huevos, la carne, la pasta, el arroz, etc., saltando la cuerdita y decía mientras pasaba cada producto y manoseando el pago de la semana: No me alcanza, no me alcanza, no me alcanza. (Para comprar el producto) Y así era. Mi vecina pensaba con el estómago, enfocado en el corto plazo. Pero, su lucha era grande. ¡Quién puede contra los comerciantes, bachaqueros y afines que ya le habían invadido su pago!

Sin embargo, ha renovado sus esperanzas de acuerdo con el entusiasmo con qué habla el presidente cuando se refiere a la cancelación de los aguinaldos anclados en el petro, y lo que más le entusiasma es si ese anclaje en el petro determina alguna buena cantidad a recibir que le permita pagar todo lo que debe y todo lo que venga para las fechas decembrinas; porque ella cuando oye "anclado en el petro" piensa que será la solución a todos sus problemas económicos, inclusive los que viene arrastrando desde que quedó anclada a la guerra económica.

Igualmente, la vecina tiene algunas dudas desde que oyó que los aguinaldos se pagaran de acuerdo a las tablas salariales, porque si son las mismas con las cuales se paga el salario actual cada semana, entonces, no cree que esté en posibilidad de comprar un lingotico o una parte, porque ella viene arrastrando una deuda interna y externa que hace imposible realizar alguna inversión cuando las necesidades han estado a la orden del día, desde hace varios años. ¿Dónde están esas tablas? ¿En qué carpintería están? Se pregunta. ¡Ojalá no nos caigan en la cabeza!, debió pensar.

 



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Jesús Rafael Barreto


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