Comandante, sólo buenas noticias espera uno recibir cuando llega el día del cumpleaños y hoy, en el tuyo –menos que menos- no debería ser diferente. Y aunque cierto es que Magallanes ganó dos títulos seguidos, que Venezuela fue campeón en los Juegos Suramericanos de Playa, que arrasamos en las elecciones de alcaldes, que el pueblo aumenta sus niveles de conciencia, que la pobreza crítica ya está a punta de matarile, que la Misión Vivienda ya pasó de las 600 mil casas entregadas, que la Odalisca con pantalón rojo regresó al país y que la piedra Kueka está a punto de caramelo, que la Unesco declaró la Parranda de San Pedro Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, que las guarimbas fueron aplastadas y que cada día huele menos a azufre, algunos tiene su deuda contigo: me refiero a la oposición, sobre todo a la oposición inoculada de ácido clasista, racista, petrimetre y lechuguina.
Comandante, esa oposición aún no sabe comportarse como tal. No es como la oposición que una vez dijiste querer y como verdaderamente amerita una nación en construcción como la nuestra. Mira, la última ridiculez, porque no puede llamarse de otra manera, fue comprar los cohetones para celebrar la detención de nuestro cónsul en Aruba. Juraba que Hugo Carvajal, a quien pusiste al frente de la DIM durante siete años, pasaría el resto de su vida tras los barrotes de la nación que más viola los DDHH en el planeta.
Comandante, este domingo se volvieron a estrellar de nalgas: el gobierno de Holanda reconoció el error y liberó al hombre. En el camino de las especulaciones y la irresponsabilidad quedó –de nuevo- su pitiyanquismo adulante y traidor.
El hecho, Comandante, es tan sólo una muestra de lo lerda que sigue siendo esa derecha enfermiza que no merece ni el mismo pueblo que ingenuamente la sigue.
Por ahora, recibe un ¡feliz cumpleaños! y nuestra consigna de cada semana:
¡Chávez vive…la lucha sigue!
