LA DOBLE MORAL

La liberación del ciudadano Richard Boulton, luego de dos años en cautiverio, puso a flote también una profunda simpatía que muchos representantes de medios de difusión --y los "periodistas" que bajo su dirección política militan-- muestran hoy por el jefe del grupo secuestrador, Carlos Castaño, de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), allá conocidas como "el brazo armado del ejército". A esos difusores y a su cauda de "periodistas" puede aplicárseles la crítica que Galbraith endilgó al academismo económico y a la teoría política con esa materia relacionada: "no sólo fallan en su interpretación de la realidad sino que, al acentuar el contraste entre lo que se enseña y lo que existe, se ponen al servicio no de la incomprensión de la realidad, sino de un útil mito conservador que oculta la realidad. Y como de hecho ésta no puede ocultarse, aumentan la confusión y el conflicto".

Y es que desde el momento mismo en que el señor Boulton fue secuestrado muchos representantes de medios devenidos en conspiradores trataron --a través de sus cómplices "periodistas"-- de imponer el para ellos útil mito de que el secuestro había sido efectuado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por indicación u orden del presidente Chávez. Fueron dos años de manipulación, mentiras y opiniones disfrazadas de noticias que incluso ponían en riesgo la vida del secuestrado hasta que la propia víctima del hecho declara en rueda de prensa que siempre estuvo en poder de las AUC y para colmo algunos de sus familiares agradecen al presidente y a funcionarios de su gobierno por las diligencias en pro del rescate. El jefe de la banda de secuestradores, célebre por las matanzas de campesinos que ha planificado y ejecutado, se convirtió entonces, en virtud de la magia terrorista mediática, en héroe tan justiciero que ríase usted de "El Zorro".

Pero esa cálida simpatía de los "periodistas" que aquí desconocen el Código de Ética y cualquier sentimiento parecido a la vergüenza es plenamente compartida por sus pares de Colombia y también por muchos funcionarios gubernamentales y efectivos militares tanto de ese país como de los Estados Unidos, cuya poliCIA de espionaje internacional ha dado entrenamiento desde que Carlos y Fidel Castaño (a) "Rambo" formaban parte de los "PEPES" [PErseguidos por Pablo EScobar], de quien fueron muy cercanos hasta tener desavenencias que entre ellos --como corresponde a todo gangster que se respete-- son resueltas con el exterminio.

Ello explica por qué Carlos Castaño participa en el equipo que bajo dirección del embajador estadounidense en Colombia --Morris Busby-- y del jefe de la Estación CIA en Bogotá --William Wagner-- desarrolla la operación que bajo código "Heavy Shadow" llevó a la ejecución de Pablo Escobar Gaviria. El componente colombiano más importante de ese equipo era el Bloque de Búsqueda, dirigido por el general Hugo Márquez, quien fue señalado en su momento de haber delegado funciones en Carlos Castaño. El entonces Fiscal General de Colombia --Gustavo De Greiff-- informó en 1993 que su despacho tenía incontrovertibles pruebas de la vinculación entre el Bloque de Búsqueda y la organización dirigida por los hermanos Castaño, uno de los cuales moriría en 1994 en un enfrentamiento con la guerrilla.

Es evidente la doble moral practicada entre otros por algunos "objetivos" medios de difusión y sus fieles "periodistas" servidores. Hay terroristas buenos y malos; hay narcotraficantes buenos y malos; hay secuestradores buenos y malos, cuyo rasero está seguramente determinado por la cercanía o no del practicante con la respectiva embajada de Ustedes $aben dónde, y como ejemplo recordamos un acto terrorista ejecutado en Santiago de Chile el 22 de octubre de 1970.

Estimados de Inteligencia de la embajada estadounidense y de la empresa ITT en esa ciudad concluían que para impedir el nombramiento de Allende por el Congreso debían pasar a las acciones violentas, a cuyo fin la CIA estableció contactos con tres grupos, uno de ellos encabezado por el general golpista Roberto Viaux Marambio (a) "Desiderio". Y entre las conclusiones había una que indicaba el fracaso en cuanto a obtener apoyo de parte del Comandante en Jefe del Ejército, general René Schneider Chereau, quien se manifestó leal a la Constitución.

La CIA ordena entonces a Viaux que secuestre al general Schneider y a tal fin le proporciona metralletas, proyectiles y granadas de gas lacrimógeno. Otros de los partícipes en el plan eran los generales Camilo Valenzuela Godoy, Comandante de la Guarnición de Santiago y Vicente Huerta, Director de Carabineros y el objetivo era que mientras Viaux controlaba un cuartel militar, los Carabineros realizarían allanamientos masivos en sectores populares para promover confrontaciones y causar muertes en la población civil, lo cual obligaría intervenir a las Fuerzas Armadas impidiendo así el ascenso de Allende a la presidencia.

Ya los medios de difusión masiva (especialmente "El Mercurio", "Las Últimas Noticias" y "La Segunda") tenían parte de la tarea adelantada pues todos los actos terroristas efectuados por "Patria y Libertad" y otros grupos sediciosos eran atribuidos al MIR y a unas inexistentes Brigadas Obrero Campesinas (BOC), quienes serían señalados como grupos armados enfrentados a las autoridades. Se da inicio así al "Plan Alfa" y el 22 de octubre a eso de las 07:00 horas un grupo embosca al general Schneider en el cruce de "Martín de Zamora" con "Américo Vespucio" pero no lo secuestran sino que lo asesinan a balazos.

Es historia conocida que el Departamento de Estado, su embajada en Chile, su Estación CIA en la capital de ese país y todos sus cómplices continuaron desarrollando sus planes terroristas contra la decisión popular mayoritaria del pueblo sureño. Y sucedieron otros secuestros como el del Estadio Nacional. Y otros crímenes como el de nuestro paisano Enrique Maza Carvajal; y el del general Carlos Pratt, quien junto a su esposa fue víctima de una bomba en Buenos Aires; y los de los torturados y asesinados en el cuartel "Terranova" (Villa Grimaldi), en las bases de los organismos militares y, en fin, en ese inmenso Campo de Exterminio en que fue convertido Chile por terratenientes, empresarios, curas, militares, poliCIAs, partidos y grupos políticos apoyados en un poder mediático desenfrenado.



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