NOVIEMBRE 24 DE 2004

CARACAS.— Ni los 3 grados centígrados que congelan por este mes las noches de Madrid, pudieron evitar que el presidente Hugo Chávez "calentara", durante tres días el ambiente en la capital española, que lo acogió con muestras de infinito cariño y solidaridad, sobre todo en los predios de la Universidad Complutense, desde donde respondió, sin cortapisas, al reciente editorial del diario norteamericano The Washington Post.

También en las calles de Caracas, y en muchos medios de prensa venezolanos y del mundo, se comentan las valientes intervenciones del presidente Chávez, que ha iniciado su gira euro-asiática, aclarando al Post y a Condoleezza Rice, designada para Secretaria de Estado, que no es un "ex rebelde", como ellos lo califican, equivocadamente, sino un rebelde que no se deja intimidar por amenazas imperiales. Las ovaciones recibidas de cientos de jóvenes universitarios y obreros españoles, dicen por sí solas que el líder venezolano no está tan solo como piensan algunos por el Norte.

En su contundente respuesta al diario norteamericano, Chávez ha llamado a la formación de un pensamiento liberador para el momento histórico que se ha comenzado a vivir en América Latina y el mundo. Y añadió que los verdaderos males los provoca el capitalismo sin límites y el neoliberalismo que amenazan al planeta, sobre todo en esta etapa de retorno al viejo imperialismo, sin careta, sin discurso y con garras sangrientas.

Ante esa corriente fascista, el líder venezolano advirtió del regreso del viejo humanismo, la vieja esperanza de la libertad y el viejo sueño de que todos podemos vivir en paz: "Desde Venezuela, sentenció Chávez, pudiéramos hacer algún pequeño aporte a ese pensamiento, que debe convertirse en vocación transformadora para ir a una batalla de ideas, de reflexión activa y de acción reflexiva".

Con este viaje del líder venezolano a Madrid, también regresó el Libertador al Viejo Mundo. Tenemos que traerlo, sugirió el Presidente, y ponerlo al frente de esa batalla: "Ahora es cuando estamos descubriendo a Bolívar, porque lo tenían sepultado, no solo física sino ideológicamente. En 1828 dijo: Los Estados Unidos parecen predestinados para plagar la América de miseria en nombre de la libertadÁ, parece que a esa miseria es a la que se refiere Condoleezza Rice", ironizó Chávez en medio de un aplauso ensordecedor.

Luego de visitar este martes la Cámara del Senado y de reunirse con su Presidente, Javier Rojo, Chávez fue abordado por los periodistas y respondió sus preguntas respecto a las declaraciones del canciller español, Miguel Ángel Moratinos, que ha denunciado el apoyo del ex presidente José María Aznar al golpe de Estado del 11 de abril del 2002 en Venezuela. Chávez les afirmó que "no tiene ninguna duda" de que el anterior Gobierno español apoyó ese golpe, lo que calificó de gravísimo error, porque el pueblo español, las instituciones democráticas y el Rey, son buenos amigos de Venezuela.

Más adelante, reveló que el entonces embajador de España, por orden del presidente Aznar, acudió "raudo y veloz" a saludar al presidente interino golpista, Pedro Carmona, lo cual hizo, además, junto al embajador estadounidense: "¡Qué raro!", ironizó Chávez, para acto seguido restarle importancia al tema, y señalar que se trata de algo del pasado, porque ahora se ha "dado la vuelta a la página y estamos en un nuevo momento de amistad y cooperación en el presente y vamos a un futuro de integración muy promisorio".

Mientras el Gobierno norteamericano, por intermedio de su gran prensa y de la Secretaria de Estado, critican "la alianza de Chávez con el líder cubano Fidel Castro", y lo consideran un "foco de perturbación probable" en América Latina, el líder bolivariano, agradecido y seguro de que la integración entre los pueblos de Cuba y Venezuela se convertirá en ejemplo para muchos pueblos del mundo, hizo un alto en su conferencia magistral en la Universidad Complutense y, motivado por la presencia de una bandera cubana, tuvo hermosas palabras de reconocimiento a Fidel y a su pueblo. Sin duda, otro acto de rebeldía