¿Luto? despierten, aquí alegría y mayoría

Los escuálidos quieren respeto por su luto

El escualido se despertó a las 9 de la mañana del 8-0 con ojos hinchados de desconsuelo, los cohetes le habian quitado parte del sueño antes de que cesaran a las 3 de la madrugada. Se paró y vio con desolaciòn por la ventana, ¿y ahora?, se dijo, suspirando e imaginando el chalequeo secreto que le tendrian los trabajadores chavistas de la institución estatal donde trabajaba como gerente. Recordó como, el anterior viernes 5 de octubre, envalentonado por la seguridad de la victoria de Capriles, antes de salir de la oficina les dijo en voz alta a sus empleados, bueno, llegò el momento de quitarnos la careta, hasta aqui toleramos a esa escoria de chavistas, el lunes hay un camino, y dirigiendo una mirada de odio a dos analistas que habian ido a la marcha roja del jueves, salió raudo por la puerta.

Mirò los zapatos de goma con los que planeaba la noche del 7-0 ir a celebrar el triunfo en la Alfredo Sadel de Las Mercedes, estaban volcados junto a la cama. Y en el espejo, podia apreciar su triste figura humana luciendo las bermudas amarillas y la franela de Capriles, en la mesita de noche estaba tumbada la trompetica que nunca usó. Decidió no ir a la oficina, apagó el celular, no quiso comer ni conversar con nadie en todo el dia. Despues de borrar del Facebook todo aquel que vió sospechoso de chavista, se acostó temprano repitiendo maldiciones sobre la ignorancia del pueblo y que se habian dejado comprar por unas bolsas de harina pan.

La mañana del martes salió para la oficina, en el carro puso la emisora Exitos, comenzó a recobrar el ánimo cuando un numerólogo explicaba que 6 millones son casi 8 millones, luego, otro señor muy serio explicó en la radio que se habia impuesto el voto del miedo, pero lo más chevere fue escuchar que jovenes indignados estaban protestando en la Plaza Altamira regando la basura e incendiando cauchos pidiendo que se repitieran las elecciones. Llegó al trabajo, rezongó buenos dias y paso directo a encerrarse en su oficina, puso Globovision en su lap top y vió a dos de los entrevistados decir no hubo fraude, pero hay algo raro, la tension le volvió al rostro, la cosa está fea, esto se viene abajo, salio hacia el cafetín, les pasó por un lado a sus empleados chavistas, puso para ellos una actitud de que ni se crean que las cosas van a cambiar, aqui los únicos dignos somos nosotros, solo saludó a otros dos empleados tambien escualidos y les pidió que lo acompañaran a desayunar.

En el pasillo hablaron con otros escuálidos, la gente está arrecha fue la conclusion de todo lo que oyeron, esto no se sostiene les dijo a su par de empleados favoritos, ellos le dieron la razón y le enseñaron pines de gente diciendo que habia 2 millones de votos perdidos, y que Capriles habia renunciado momentaneamente a asumir la presidencia para evitar un derramamiento de sangre pero que ahora se iban a arreglar las cosas por las buenas o por las malas, otro pin llegó diciendo no le des propina a los mesoneros porque son chavistas y nos traicionaron, otro mas decía no han contado los votos del exterior ni los del Estado Cojedes, se atrevió a decir ¿no se han fijado que los chaburros estan callados y asustados?

Con el alma vuelta al cuerpo, vió con sorpresa primero e indignación despues como dos chavistas vestidos de rojo llegaban al cafetín en medio de la mirada feroz de todos los escualidos allí presentes, y fue insoportable cuando le siguieron otros tres, luego vinieron siete, alguien se paró indignado y se fue. Uno de los empleados le dijo, mire, la chusma esa ya llegó aqui, ¿como se atreven?. Un rio de personas alegres, riendo siguió llegando, un equipo de sonido comenzó a tocar Adelante Comandante, los escuálidos salieron callados, no sería seguro meterse con tanta gente.

De regreso encontraron cientos de trabajadores felicitandose y dando vivas a la Revolución. La cara de indignación pasó a la de un rostro neutro, aquella masa feliz apabuyaba. La genuina celebración que se traducia en saltos, vivas y abrazos le dejó ver al escualido que habia vivido en una capsula de cristal donde solo hablaba e intercambiaba con otros escualidos, el mundo real era diferente. Vió pasar a los trabajadores de su oficina que hasta le sonrieron y lo saludaron, caminó mas rápido, se refugió en la oficina desde donde oía los sonidos de la masa y el ¡UH! ¡AH!

Cuando entró la señora que le servía el cafe, le dijo a esta y Usted, ¿va a celebrar? a lo que le contesto ella: claro que sí jefe, aquí todos estamos felices, el insistió: ¿usted no sabe lo que esta pasando en la Plaza Altamira?, y ella le dijo: si, los hijitos de papá estan regando la basura y molestando a su comunidad, pero nosotros no les vamos ni a recoger la basura regada ni a desbloquearle la calle que perjudica a su misma gente, ademas jefe, yo misma, que ahora es que estoy estudiando, se bien que nunca 6 millones son iguales a ocho millones, ahí en la televisión salió un señor diciendo que los 6 millones merecen respeto, y yo digo: ¡pero los 8 millones merecemos mas respeto todavia! . El escualido la miro con tristeza y dijo eso es lo malo de politizar la gente, mire, hasta usted cree que sabe de politica, no deberian celebrar aqui, por lo menos ¡respeten nuestro luto!

Sobre el duelo: toda pérdida es asimilada por el ser humano a través de un proceso que tiene 3 etapas, la primera es la negación, la segunda el intenso dolor y finalmente la elaboración. El duelo pasa a ser patológico cuando se detiene en alguna de esas etapas mas allà de lo que se espera. Llama la atención como la etapa de negación se ha extendido en la masa opositora, y ello puede atribuirse a muchos mensajes dirigidos a mantener esa peligrosa situación. Los suicidios que ocurrieron despues del Maracanazo (cuando Brasil perdió la Copa del Mundo ante Uruguay en Rio de Janeiro, 1950) fueron consecuencia de que la gente se negaba a abandonar el estadio ya finalizado el juego, corriendose el rumor de que el partido continuaría para que el campeon fuera Brasil y no Uruguay, incluso Julius Rimet no entregó la copa a los uruguayos para evitar la reacción, pero el remedio fue peor que la enfermedad. A medida que la frustración creció, debido a que aquel rumor carecía de todo fundamento, la gente mas vulnerable comenzó a lanzarse al vacio. En este sentido, sépase que la celebración del ganador es terapeutico para el otro partido, es un indicador de realidad, es lo que no pudieron ver las victimas del Maracanazo, por haberse jugado el partido en Brasil y no en Uruguay. Sencillamente en el Maracaná no hubo quien celebrara y les transmitiera a la masa lo que verdaderamente habia ocurrido, con lo que se extendió una etapa de negación que normalmente dura segundos, a horas. Cero negación e incertidumbre, aceptenlo, somos alegria, somos mayoría.

* Psicólogo


miguelvillegasfebres@gmail.com



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