Una bandera blanca manchada de sangre

El diputado por el PSUV a la Asamblea Nacional Yul Jabour ha metido el dedo en la llaga, en esa herida abierta que tienen cientos de venezolanos víctimas de eventos que se quisieran olvidar pero que siguen ahí como la gota que taladra la roca. Siempre he sospechado que la conformación de la MUD tiene como propósito fundamental servir de falange de la oligarquía venezolana, aclarándole a mis queridos lectores que la palabra falange describe una estrategia militar creada por los antiguos griegos y perfeccionada por el conquistador Alejandro el Grande y que consistía en formar en línea o “cuña” de forma monolítica a los soldados de infantería para romper líneas enemigas o repeler ataques, de la falange española y su parecido con los integrantes de la MUD y sus acciones podríamos hablar en otro momento.

Dice el diputado Jabour acertadamente, que sin arrepentimiento no puede haber perdón, y la bandera de la MUD para “dialogar” con el gobierno es nada menos que la libertad de unos criminales de lesa humanidad y de unos sujetos que perdieron su condición de funcionarios electos electoralmente y de estudiantes al asumir posiciones violentas que han vulnerado la paz ciudadana causando muerte y destrucción como si eso no fuera gran cosa. En este país hace tiempo no existen presos políticos, sí existen políticos presos y eso viene dado porque la política no se puede vincular con la criminalidad ni el desconocimiento de las leyes y el estado de derecho. Cuando Simonovis, Ceballos, Scarano, López y los supuestos estudiantes presos se arrepientan de sus crímenes cometidos y les pidan perdón a los deudos de las víctimas y al pueblo soberano, entonces comenzaremos a considerar la posibilidad de que les sea otorgada alguna medida de amnistía. Estoy convencido que eso no va a suceder, no por falta de voluntad del gobierno, sino porque los imputados y convictos no aceptan que han cometido delitos y crímenes y por lo tanto no consideran que se tienen que arrepentir de nada y mucho menos pedir perdón.

No habrá matriz de información o de opinión que haga desaparecer de la psique del venezolano los eventos trágicos del abril de 2002 ni los de febrero, marzo y abril del 2014, darle amnistía a esta gente sin que pidan perdón sería como abrirles las heridas que aún no sanan a miles de venezolanos que lo único que piden es justicia terrenal, eso sí sería un acto criminal. La paz política comienza por el respeto del otro y en eso el currículo de los integrantes de la MUD es nefasto, empezando porque como bloque político no ha reconocido que Nicolás Maduro Moros es el presidente de todos los venezolanos, sólo tienen que recordar lo que dijo el falta de respeto de Capriles en sus 5 minutos de fama sentado en la mesa de diálogo, lloriqueando como niño mocoso porque se cree presidente de no se qué y terminando porque asumen la bandera de defender a unos criminales que en cualquier país civilizado estarían condenados a cadena perpetua. Nicolás: ¡No cedas carajo!!!!

CHÁVEZ VIVE Y LA LUCHA SIGUE...!


galrodriguez55@gmail.com


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Gualberto A. Rodríguez


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