Olimpismo e Imperio

Aseguraba Aristóteles que todo conocimiento nacía de la ociosidad, es decir, de no tener que ganarse el pan con el sudor de la frente. Si nuestras necesidades básicas no están cubiertas no hay tiempo para ir al cine, leer novelas, aprender idiomas o practicar water polo. El medallero olímpico de Londres 2012, una vez más, nos señala quien manda en el mundo, quien tiene más armas, más recursos económicos, más tiempo ocioso.

Con la honrosa excepción que cumple la regla del socialismo de Cuba, todos los otros países pertenecen a ese primer mundo en el que todo es más fácil. Es tanto su peso que incluso pequeños países que consiguieron medalla tienen a sus atletas en universidades de Estados Unidos o en Europa, y cuando un Estado de los que no pertenece al imperio gana, por ejemplo, Corea del Norte o Cuba, enseguida el dedo acusador del negocio deportivo califica sus logros como «propaganda del régimen».

Vemos a atletas de países en los que es muy dificil la vida diaria compitiendo por Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Alemania, Italia, España... para cuándo atletas de ese acomodado «primer mundo» compitiendo por Somalia, Uganda, Guatemala, Nicaragua....?

En distintas selecciones de disciplinas olímpicas del Estado español hay una gran cantidad de cubanos: ¿es sólo el dinero el que mueve piernas, brazos y corazones en el deporte olímpico? A los hechos me remito.


xurxom@kaixo.com


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Xurxo Martiz Crespo

Vivió 30 años en América Latina. Académico del exilio económico y político gallego

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