Oro venezolano en Londres

Ya no seremos extranjeros

en nuestro propio país.

Tendremos una patria que aprecie

y recompense nuestros servicios.

¡Una Patria! ¡Ah! Esta voz no será más

una voz sin significado en nuestra lengua.  

Francisco de Miranda.

1ero. de agosto de 2012. Pocas veces ocurre algo así. Casi todo el país presencia o escucha el combate de Rubén Limardo por la medalla de oro. Son momentos de angustia y emoción indescriptibles. Con el último toque, nuestro héroe asciende al Olimpo del esgrima y lo vemos correr con la bandera tricolor. Minutos después recibe su medalla dorada y el mundo escucha nuestro Himno Nacional en Londres. Emoción y orgullos embargan a toda Venezuela. La emoción de tener Patria y verla brillar en lo más alto. El orgullo de que la victoria lleve el nombre de Venezuela. La emoción de ser Nación.

202 años antes, en la misma ciudad de Londres, tres jóvenes hablan sobre un sueño de libertad con un veterano general de la Revolución Francesa. Están llenos de incertidumbres: ¿Cuántas espadas harán falta para romper un yugo de 300 años? ¿Serán suficientes las nuestras para hacernos independientes? ¿Cómo arrebatarle al Imperio español un continente?

3 de agosto de 2012. Se cumplen 206 años del desembarco de Francisco de Miranda en la Vela de Coro. Hazaña que nos dejó el primer símbolo patrio de Nuestra América. Mientras en Venezuela celebramos el Día de la Bandera, Limardo celebra su cumpleaños 27. La medalla de oro fue el regalo que se dio el campeón venezolano. Ver ondear la bandera de Miranda en Londres el regalo que nos dio a todos los venezolanos.

Julio 1810. Los tres jóvenes reunidos con Miranda en la casa Nro. 27 de Grafton Street, son Simón Bolívar, Andrés Bello y Luis López Méndez. Habían viajado desde Venezuela buscando apoyo y reconocimiento de Inglaterra al gobierno constituido en Caracas el pasado 19 de abril. Con este viaje buscan evitar una guerra y a la vez prepararse para la guerra. Más útil que todos los contactos diplomáticos resultó el encuentro con esa leyenda viviente de 60 años que hace apenas cuatro se había rebelado contra el Rey Fernando VII y contra la Monarquía en América.

Un día antes de la victoria de Limardo, Venezuela logra otra victoria sin precedentes: Su ingreso al Mercado Común del Sur. Con este histórico triunfo político, diplomático y económico, de repente sentimos que ahora el Sur queda más cerca. No cabe duda de que unidos somos más fuertes.

Los tres jóvenes le cuentan a Miranda los pormenores de los sucesos del 19 de abril y el viejo General se conmueve hasta las lágrimas. Siente que sus esfuerzos de tres décadas no han sido en vano, sus compatriotas por fin han comenzado a tomar las riendas de su destino, dando ejemplo al resto del continente. Las cosas han cambiado tanto en Venezuela en los últimos meses que le aseguran que su cabeza ya no corre peligro y le invitan a regresar a la Patria para ponerse al frente de las batallas políticas y militares por venir. Su experiencia, su cultura política, sus relaciones internacionales son invalorables para la naciente revolución.

Las mayores alegrías que los venezolanos patriotas recibimos en estos maravillosos días están cosidas, con un hilo de Ariadna, a la gloriosa historia de la lucha por nuestra Independencia y especialmente a dos héroes que nunca dejarán de serlo: Simón Bolívar y Francisco Miranda. Nos hacen recordar las cosas más valiosas que tenemos: una Bandera que ondear, un Himno que cantar, una Patria que defender y amar.

Cuando Andrés Bello conoce la biblioteca de Miranda en Londres queda deslumbrado con semejante tesoro de la cultura universal. No se irá de Grafton Street hasta ser capaz de leer, en su idioma original, los clásicos griegos que Miranda atesoraba como preseas doradas. ¿Qué habrían sentido aquellos patriotas si, adelantándose doscientos años en el futuro, hubieran podido ver la espada de Limardo venciendo en tiempos de paz? ¿Oír el “Gloria al Bravo Pueblo”, sentir la bandera tricolor ondeando en Londres?

Los jóvenes de la delegación que representó a la República Bolivariana de Venezuela regresan cargados de experiencia, diplomas olímpicos y nuevos récords nacionales. Limardo es declarado Héroe Nacional, condecorado por el Presidente Hugo Chávez con la Orden Libertador y recibe una réplica de la espada de Bolívar. ¿Quién mejor que él para valorar este regalo?  Sin embargo, anuncia que la donará a su pueblo del estado Bolívar. Los demás son condecorados, con toda justicia, con la Orden Francisco de Miranda en su Primera Clase. Presente y pasado se confunden, se cruzan, se encuentran. Bolívar y Miranda reaparecen por todos lados… Una cosa está clara: Somos la misma historia.

bazomanuel@gmail.com



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