No hace mucho el internacionalista Demetrio Boersner, profesor jubilado de la UCV y la Ucab, hombre muy poco sospechoso de simpatías para con el actual gobierno, escribía en una revista católica (intachablemente antichavista) un artículo sorprendente y estimulante.
Su tesis sería la siguiente.
Tanto los comunistas como los conservadores o neoliberales coinciden en el empeño de presentar a Carlos Marx como presunto padre ideológico del colectivismo dictatorial creado por Lenin en la revolución rusa de 1917. "La verdad, clara para quien haya leído con detenimiento las Obras Completas de Marx y Engels, sería muy distinta.
Lejos de haber sido unos fanáticos o tiranos, fueron espíritus libres, esencialmente humanistas, que rechazaban el dogmatismo absolutista y defendían la democracia y la libertad de pensamiento y expresión. A lo largo de sus vidas, siempre condenaron con energía cualquier intento de subordinar la lucha social al despotismo de una vanguardia elitesca o de restringir el libre juego de las ideas. Asimismo, Marx es acusado falsamente de haber propiciado la dictadura del partido comunista con sus órganos de represión y de terror. Su concepto de "dictadura" (de la clase obrera) significaría, en realidad, hegemonía o predominio.
"En lo concerniente al rechazo a toda forma de autoritarismo o caudillismo, Marx y Engels son totalmente claros y consecuentes".
En consecuencia, "se deduce que las verdaderas enseñanzas de Marx coinciden plenamente con el contenido antitiránico del cristianismo. Cristianos y marxistas auténticos, fieles al verdadero pensamiento de (Marx y de Jesucristo), se unen en la idea de que la libertad política es la precondición imprescindible para que la solidaridad o el amor fraterno puedan dar frutos efectivos y abundantes".
No pretendemos hacer de Carlos Marx un "cristiano anónimo", como decía un gran teólogo del siglo pasado.
Pero reconozcamos que el tiempo habría venido de volver a leer sin hostilidad ni pasión exagerada a este gran humanista, Carlos Marx, que posiblemente estaría más cerca del Cristo de los evangelios que muchos intelectuales cristianos, más estimables por su buena voluntad que por su perspicacia.
Sacerdote de Petare
