PSUV, Gobierno, aliados y la canalla

Sin Bolas No Hay Socialismo

Vivimos tiempos de discusión, polémicas, propuestas, esperanzas de cambio, desarrollo humano, solidaridad, libertad, verdadera democracia, encuentros y desencuentros, pero además estamos atrapados en época de indefiniciones.

Día tras día debemos afrontar y enfrentar la desidia, el sabotaje, la conspiración, la incoherencia, los pretextos, las mentiras, la cobardía y, por supuesto, la falta de definiciones.

Enfrentamos a diario a personajes como Marcel Granier, que no tiene bolas para reconocer su presencia en Miraflores aquel sombrío 12 de abril. Quien tiene el tupé de declarar al bodrio de televisión que administra como "patrimonio nacional". Como si la cultura y la historia en Venezuela se resumieran en prostitución, vivapepinismo, chabacanería, corrupción, violencia, embarazo precoz, trato de blanca, consumo de drogas, racismo, sexismo y falsa consciencia. Valores que esos medios inculcan las 24 horas del día y que, entrada la medianoche, presentan escandalizados en sus noticiarios estelares como reseña de la descomposición social a la que "nos lleva este régimen".

Escuchamos descaradas afirmaciones, valgan las del ex diputado Pedro Pablo Alcántara, quien pretende con su estruendosa voz hacernos olvidar que fue censor en el diario El Nacional durante las horas que precedieron al 4-F. De aquellos días, Jesús Romero Anselmi, Argelida Gómez, Elías García Navas, Kico Bautista, Ernesto Morgado, Eloisa Lagonel y quien suscribe, entre otros muchos periodistas y trabajadores gráficos (incluyendo a Peña y Miguel Henrique), somos testigos de la fuerte censura que Alcántara aplicó a las páginas de El Nacional durante esos decisivos momentos; y de cómo el solo hecho de burlar el cerco comunicacional implicó el allanamiento a los talleres y la confiscación de los diarios por parte de la Disip de CAP. !Que Miguel Henrique y tantos otros callen al respecto y hasta lo hayan excusado, no reivindica el accionar anti-democrático de Alcántara!

Pero de este lado también padecemos de guabineo. Encontramos instituciones y entes gubernamentales que no terminan de madurar: Una Sudeban que aplaude las grandes ganancias de la banca sin desarmar las trampas que someten a medianos y pequeños ahorristas; o simplemente a aquellos obligados a "banncarizarse" porque sus salarios se los depositan en cuentas corriente o de ahorro, cuya acción los desfalca en cada operación de retiro o uso de la llamada tarjetita de débitos. Un Conatel (ahora ministerio), que en tiempos de Chacón y Cabello, elaboró y aprobó una ley que resultó ser un regalo para las trasnacionales de las telecomunicaciones. Incluso, la canalla la aplaudió a rabiar. Durante cinco años hemos sufrido los abusos de la telefonía celular. Los venezolanos pagamos el minuto celular más caro del mundo. Además, el sistema pre-pago nos impide conservar un saldo menor a 100 mil bolívares durante más de 30 días, o se consume o vence. No olvidemos tampoco el cuarto poder que ejerce la Monarquía Hertziana y la carencia de una verdadera política de Estado al respecto. Y ni hablar de las indefiniciones aún latentes en relación con la nacionalizaciones de CANTV, Elecar, ¿y por que no Sidor?, entre otras. Por otras parte, repetir las traiciones al pueblo y burocracia de Indecu, alcaldías, gobernaciones y ministerios, en la mayoría de los casos, es llover sobre mojado.

Y para rebosar el vaso de las inconsistencias encontramos a José Albornoz, confundiendo y tratando de poner el caldo morado en cuanto a la creación de Partido Socialista Unido de Venezuela. Según su decir, el PPT no puede desmembrarse como organización política, porque ellos son muchos, como si se tratara de una membresía con carácter de exclusividad o de un club para caballeros. Por su parte, Podemos, en voz de Ismael García, ya está casi listo para formar parte del PSUV, como si eso fuera decisión del cogollo dirigente. Ni hablar del MEP, cuyo vocero principal Eustoquio Contreras acaba de ser desautorizado o desmentido en sus "intensiones unitarias" por dirigentes regionales. Y si del MVR se trata, hallamos que su maquinaria continúa engrasada e intacta. Solo el PCV ha manifestado su interés por la propuesta presidencial. ¿Poco que perder?, ¿mucho que ganar?

Lo cierto es que las indefiniciones nos están comiendo. Venezuela no puede darse el lujo de perder tiempo ante las amenazas cada vez mas abiertas de nuestros enemigos. El país requiere respuestas coherentes y definidas de quienes acompañamos el proceso de cambios revolucionarios. Debemos ser críticos pero coherentes, humildes pero decididos, revolucionarios pero no fanáticos. Es urgente desarrollar el mayor coraje y valentía a la hora de exigir definiciones. Nuestra propuesta consiste en llamar a las cosas y a los hombres por sus nombres con miras a la nueva sociedad y a encontrar los conceptos del Socialismo del siglo XXI. Parafraseando la teleculebra colombiana de moda, compatriotas: "Sin Bolas no Hay Paraíso".

economiaensencillo@gmail.com


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José Luis Díaz A.


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