Maestros y Maestras en conflicto ético: Reflexión y Responsabilidad (I)

"Es entonces en la reflexión crítica donde se producen los cambios y donde precisamente surge el perfeccionamiento del quehacer educativo, reflexionar es pensar, es consolidar procesos deliberativos, por parte de los educadores frente a su actuar educativo"

Fernando Bárcena Orbe

"Si lo que eres no te hace dudar, Si lo que lees no consigue interpelarte, Si lo que meditas no te mueve a cuestionar, Si lo que buscas no logra desafiarte, Si lo que realizas no te llega a apasionar, Ha llegado el momento de reinventarte."

Leonardo Viniegra-Velázquez

"La vocación es ante todo un llamado, pero como todo llamado, requiere de una respuesta. Esto indica que la vocación implica una actitud interior de escucha para poder oír ese llamado, además de discernimiento para descifrar su mensaje. Luego sería una respuesta que se confirma a cada paso, un seguir el llamado confiando firmemente en su mensaje, como respuesta responsable de quien escucha."

Darío Gómez Zuluaga

Desde la "vía media" de Gautama el Buda y la "armonía" de Confucio hasta la hermenéutica de la sabiduría práctica en la "ética posterior" de Ricoeur, pasando por la lectura que hace Tomás de Aquino en su "prudentia" y su "ratio practica" de la "phronesis" aristotélica, siempre ha habido necesidad de acentuar la dimensión sapiencial de las decisiones éticas. Por contraste, está bastante extendida la creencia que confunde la decisión responsable con la "única solución verdadera" de un conflicto ético.

George Steiner nos recuerda que hay diferentes clases de maestros. En su análisis, coloca como extremos al pedagogo destructor de almas y al maestro carismático. El primero es aquel que, aprovechándose de su poder, ha quebrado el espíritu del alumno y, en lugar de ayudarlo a crecer y a saber, "ha consumido sus esperanzas". Por el contrario, el segundo sabe establecer canales de diálogo, suscita confianza y demuestra amor hacia el discípulo. Como toda clasificación, la de Steiner quiere describir tipos ideales para ayudarnos a reflexionar sobre la tarea docente. Si apelamos a nuestra experiencia personal, cada uno podrá vincular algún maestro o profesora que haya tenido con el "destructor" o con el "carismático". En nuestra memoria, al primero lo aborrecemos, mientras que al segundo lo idealizamos.

Más que docentes totalmente despreciables o absolutamente idolatrados, en la mayoría de los casos hemos entablado relación con educadores que en algunos momentos y con algunas decisiones nos han perjudicado o desilusionado, y que en otras circunstancias cumplieron acabadamente con su misión formativa. En la labor educativa, una actividad que trabaja sobre lo inmediato de todos los días, el equilibrio siempre es inestable.

En cualquier caso, todo educador deber ser consciente de su responsabilidad ética y profesional frente a sus alumnos, los representantes de los alumnos y la sociedad que los habilita para ejercer su profesión. Una de las cuestiones más interesantes a las que se enfrenta el docente es llegar a dar una respuesta, y además buena respuesta, a la pregunta que: ¿por qué debo obrar reflexivamente y responsablemente (moralmente).

Responsabilidad significa dar respuesta y dar cuenta de nuestros actos. Lo que hacemos desde ser evaluado y nuestras acciones pueden satisfacer o indisponer a quienes debemos responder. Nada de lo que hacemos es neutral, nada cae en saco roto, todo influye en mayor o en menor medida. El educador no es un profesional aséptico e inmune al juicio de los demás. Pero el mejor ejercicio de la responsabilidad es ser evaluado, constantemente, por la propia conciencia, desde donde surgirá con bríos y naturalidad el deseo de responder satisfactoriamente a la confianza depositada en nosotros.

La responsabilidad docente es profesional, porque tenemos que dar respuesta a las demandas de humanización, fortalecimiento personal, conocimientos, elaboración de un proyecto de vida. Esto implica una buena capacitación inicial y una actualización seria y continua mientras ejercemos esta tarea. Pero la responsabilidad del educador tiene también una dimensión ética, porque para el ejercicio de la docencia contamos con mayores recursos que los alumnos. Los expertos definen esta constatación como "situación de asimetría": aunque iguales ontológicamente, el docente y los alumnos no lo son operativamente, ya que el educador tiene mayor responsabilidad frente a lo que sucede en un aula y en una institución escolar. Ser consciente y tener presente esta responsabilidad ética constituye el cimiento para cada una de nuestras respuestas y comportamientos como educadores (padres, madres, profesores, profesoras, docentes).

 



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Luis Antonio Azócar Bates

Matemático y filósofo

 medida713@gmail.com

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