Contratiempo 19 de Septiembre

La universidad. ¿Bastión rentista en la Venezuela post petrolera?

 

La universidad no está para guiar a la sociedad

sino para ser compañero inteligente

en su camino

 

Resulta contradictorio que en medio de tantas noticias que nos bombardean e inquietan en estos tiempos donde las fronteras parecen desdibujarse por la presión de los pueblos y las agendas políticas que se contradicen justamente allí donde los bordes y los actores se hacen particularmente complejos para descifrar sus intenciones y comprender sus acciones, que dediquemos este contratiempo a un tema que parece no mover al debate ni constituir un objeto de polémica. Pero justamente eso es lo que lo hace motivo de interés. Pero, pongamos la pregunta que nos mueve en cuestión: ¿Qué pasa cuando la universidad no da que pensar en el presente?

Así es, la pregunta no es la que ha tenido en vilo a los asalariados de las universidades públicas venezolanas en las últimas semanas. No nos interesa ahora poner el acento en el tema salarial porque siendo importante para la subsistencia y el desarrollo de la institución universitaria, es un tema accesorio y sujeto a una discusión que en Venezuela parece haber quedado diferida por demasiado tiempo como para que no sea motivo de sospecha o de asombro. ¿Por qué no se debate políticamente sobre la universidad? En lo que sigue abordaremos una respuesta desde una perspectiva que resulta atractiva para el análisis. Veamos la perspectiva y lo que ella comporta para la universidad venezolana.

Supongamos que el modelo rentista en Venezuela se ha agotado no porque se hace ilegítimo sino porque ha llegado al extremo al cual debía llegar en un momento de su historia: La renta es insuficiente y es necesario proceder a una revisión de la estructura de reparto de la renta. La revisión de esa estructura está centrada no en problemas asociados a la caída de los precios del petróleo (que es real y de alto impacto), ni a procesos externos a la sociedad venezolana sino que se debe a un cambio cualitativo de la estructura de la renta. Con los altibajos propios de una riqueza precariamente administrada desde siempre y con la discrecionalidad propia de un aparato estatal que se construyó para administrar la renta para pocos, la renta petrolera ha ampliado el espectro de beneficiarios para incluir a toda la población venezolana. No estamos hablando del reparto de la renta. Nos estamos refiriendo a que existen ahora en Venezuela, razones y razonamientos políticos que preguntan por los méritos, conveniencia y atractivos que pudiera tener el otorgar determinado porcentaje de la renta a determinado sectores de la sociedad. El acceso a la renta se masificó. La racionalidad del reparto entonces ha quedado fracturada. Hay un debate ineludible y que avanza a grandes pasos para ser resuelto por la reacción y no la reflexión. Levantamos la mirada para preguntarle a los centros del conocimiento y la reflexión y los encontramos sumidos en el mayor peligro que puede practicar el conocimiento: el autismo universitario.

La universidad no se está formulando las preguntas sobre el agotamiento del modelo rentístico porque no tiene los elementos necesarios para formularse la pregunta sin que ello suponga el cuestionamiento del entramado institucional administrativo que se ha construido en torno al papel que le fue asignado a la universidad en un modelo de consumo tecnológico, científico y cultural. La universidad venezolana tiene dificultades estructurales para preguntarse por un modo distinto de estar que no sea al servicio de un modelo rentista que ahora se agota. El drama no es sólo para los universitarios que nos percatamos de esta condición singular de dificultad para pensar la universidad en un contexto distinto al de la renta. Se trata que la sociedad venezolana al no encontrar respuestas a sus preguntas y ni siquiera una mejor estructuración de sus preguntas, optan por preservar las universidades ya no como patrimonio sino como un mal inevitable.

Seguramente saldrán aquellos que dicen defender una universidad autónoma y democrática sin percatarse que hace rato que la universidad extravió la autonomía y perdió su talante democrático. Necesitamos que la universidad se anime a debatir sobre su futuro sin que eso suponga no reconocer que en su pasado tenemos un hiato constituido por el servicio de la universidad no sólo a intereses foráneos sino lo que es peor, a un desarrollo institucional centrado en el consumo y no en la producción de conocimiento. Dedicados a la promoción individual y no a la construcción del hilo que juntaría generaciones en torno a la pregunta por el sentido de la nación venezolana.

En conclusión, el drama salarial de las universidades no es sino el síntoma de una enfermedad más grave: la crisis de una universidad que se le ha olvidado enseñar a preguntar y hacerlo en presencia del otro, con el otro y en ocasiones para el otro. Si pudiéramos irrumpir contra esta enfermedad, reconociendo los yerros y no vendiendo el saber que ya nadie parece querer comprar, quizás los laureles universitarios podrían reverdecer en las sienes ya no de quienes "venden" respuestas sino de aquellos que "regalan" preguntas. La universidad será libre cuando además de las ataduras que dice que le impone la escasez presupuestaria, pueda liberarse de las imposiciones de preguntas y respuestas que responden a un capitalismo cognitivo atroz.

A tiempo: Las elecciones legislativas están a la puerta y no parece existir en el escenario electoral el más mínimo atisbo por debatir la agenda legislativa para una sociedad que dice optar por la participación, la co-responsabilidad y la democracia como mecanismo de construcción de consensos. Parece que será tarea de todos asumir la agenda legislativa para los próximos años. Convencer es vencer dos veces.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 3018 veces.



Alejandro Elías Ochoa Arias


Visite el perfil de Alejandro Elías Ochoa Arias para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:


Notas relacionadas

Revise artículos similares en la sección:
Movimiento Estudiantil, Educación


Revise artículos similares en la sección:
Actualidad


Revise artículos similares en la sección:
Anticorrupción y Contraloría Social