Estimado comandante (sin jaladera de bola) ante usted me dirijo como venezolano que apoya la Revolución Bolivariana hasta la muerte si es posible. Soy un pure ya, empero poseo cavilaciones en el hipotálamo y en el cerebelo. Estuve esperando durante años por el GRAN SUEÑO REVOLUCIONARIO. (Le suplico que no crea que estoy en la antesala de un "martilleo para una casita", presi) Escribo de esta manera, aunque mi antigua compañera me decía que yo no era más que un talabartero literario. Tampoco soy un articulista como Ledezma, que comienza escribiendo una línea de política y concluye con un rip en reguettón. Escribo como me enseñó la calle, Los Caobos, la esquina de Dovilla y los ojos de mi pueblo. Sigo; en verdad, presi, soy un viejo revolucionario. Siempre soñé con la actualidad política que hoy vive Venezuela. Cuando usted dijo aquella palabras…"por ahora y luego se fue tras la invisibilidad", mis hijos y yo, dejamos caer unas lágrimas de arrechera: "Coño, todo se vino abajo". Pero el tiempo pasó como el viento entre las hojas. Y luchamos día a día en pro de su retorno, que se hizo realidad como PRESIDENTE DE VENEZUELA. El Balcón del Pueblo era un inmenso corazón. Allí palpitaba la sede del afecto con una fuerza inusual. La alegría nos carcomía el esternón y sentíamos que nos doblegábamos al suelo de la cálida arcilla a besarlo, por lo que nos había dado al fin; lo que habíamos esperado durante décadas. Estuvimos y estamos con usted en la buena y en la mala. Nada nos sacará de esta lucha incrustada en el núcleo central de la geografía nacional. El golpe de 2002 nos vio en la esquina de Carmelitas y en Llaguno, izando la bandera del pueblo. La madrugada del 12 de abril, nos dio a beber su luz en la puerta de Fuerte Tiuna. La multitud era el oxígeno que nos daba vida y luego, cuando usted llegó aquella mañana con el llanto o el canto del gallo, pensamos en Omar Khayyán y en la grandeza del amor de un pueblo que lucha y ama, crece y analiza. Vimos el polvo que dejaron los conspiradores al correr e intuimos que el Estado se fortalecía con vitamina PUEBLO, para más nunca caer. Usted puso un crucifijo en su frente y pidió unión, pero los golpistas se envalentonaron. Vomitaron su odio, defecaron sus ansias de poder aún cuesta de la sangre del pueblo y comenzaron a acelerar apoyados por el IMPERIO, la maquinación cruel y despiadada que sufrimos todos, en especial los niños, los más pobres, los desposeídos. Estatizaron el país. EL GRUPO POLAR fue uno de ellos y TELCEL (hoy MOVISTAR) también. Las empresas de gas. El Nacional, El Universal, Grupo de Armas, RCTV, VENEVISIÓN, Televen, Globovisión, la mayoría de las radios del país, auparon, gritaron contra LA DEMOCRACIA en la cual todos, o por lo menos la mayoría, creyó votando por usted. Presidente Chávez, ningún proceso crece cuando en sus entes, la corrupción crece como la agonía de los desvalidos. La Revolución Bolchevique se vino al suelo, por culpa de la CORRUPCIÓN. No puede un cuerpo tener salud, sin en su órgano interno se agiganta una llaga, a la cual no se ataca con remedios. LA DEMOCRACIA REVOLUCIONARIA, tiene en su núcleo, una llaga, la cual se nutre con la indiferencia del Estado. No es posible, señor Presidente, que los que alimentan esta llaga, se sientan DICTADORES, ante la UNIÓN que usted propaga, ¿no recuerda su regreso del infierno con el crucifijo? No es posible, señor Presidente que a esas radios, a esas televisoras, a esos periódicos que tanta se burlaron del pueblo, de las instituciones, del Primer Magistrado, del Estado, hoy se les esté surtiendo de PAUTAS PUBLICITARIAS. Eso entristece al pueblo, porque al pueblo le gusta CASTIGAR A SUS ENEMIGOS. En este caso, el castigo no es mortal, por supuesto, SINO EJEMPLAR. Al negársele una pauta publicitaria a esos medios MACABROS, se les está diciendo que NO PUEDEN JUGAR CON EL ESTADO Y SALIR INCÓLUME. Puede usted, señor Presidente, estar seguro que no me anima la perversión, la mala fe. Me anima sí, el deseo a que TODOS SIENTAN QUE DEBEN RESPETAR y que en Democracia, cada quien tiene su oportunidad, cuando se JUEGA LIMPIO. Es todo, disculpe usted, compatriota y amigo.
aenpelota@gmail.com
