Crónicas cotidianas

Cancerbero

Creo que por el año 2004, un gran amigo que sabía de mi pasión por la música de todo tipo, a quien la diabetes se lo tragó demasiado rápido, me llamó y me dijo que tenía que ver a un rapero que era una sensación. Ciertamente el rap nació en Bronx, en los barrios bajos de Estados Unidos, creo que, a finales de los ochenta, y era un género que nunca me llamó la atención, básicamente por eso. Aunque ciertamente Don Goyo Repollo, genial comediante, poeta y humorista venezolano, quien escribió la Cotorra Criolla, un rap genial que cuestionaba la situación de los venezolanos de los 80, con el que llegó a toda Latinoamérica. Las radios del continente se dieron banquete poniendo el rap del venezolano Perucho Conde. Era lo único que había escuchado en materia de rap, pero Efraín me insistió en que vería algo fuera de lo común. Y así fue. Me llevó a un lugar marginal de Maracay, donde se escuchaba música antisistema y había cantantes de todo tipo. Así vi a un carajito de unos 15 años, casi al frente de un grupo que se llamaba Basyko. No había escuchado composiciones tan buenas, y mucho menos a un chamo tan genial. "Que bueno ese tipo", le dije a Efraín, "cómo se llama": Canserbero, me dijo. Creo que se tiró una hora, pero lo disfruté demasiado. Y mientras lo escuchaba, me preguntaba si él era una versión, más bien una fusión mágico-filosófica de Alí Primera con Silvio Rodríguez.

Alguien que era como una especie de manager de él, era amigo de mi pana Efraín. Así que al terminar se acercó y saludó con abrazos y afecto, y me presentó. Él se acercó y su manager nos presentó. Así que casi de inmediato estábamos hablando y nos entendíamos como si hubiéramos hablado toda la vida. Me parecía un chamo lleno de muchas inquietudes, extremadamente inteligente y muy auscultador. Ya había leído a Sábato, ya había leído el Mahabharata, ya había leído a Lobsang Rampa, un inglés convencido de que era un santo o un guía espiritual. Era claro que estaba buscando respuesta sobre cosas que no entendía. Por eso ese seudónimo de Canserbero, le pregunté, que hacía alusión a Cerbero, un guardián de acuerdo a la mitología griega. Tirone José González Orama, que así se llamaba, me dio algunas explicaciones que no me convencieron mucho. "Aunque no lo creas, no soy ateo, he vivido cosas terribles. Leo mucho porque necesito encontrar respuestas, pero lo que he leído me hace pensar que Dios no existe, no sé si existe, aunque no es posible demostrar lo contrario".

Ese fue el principio de una relación de amigos que entendían muchas cosas, buscaban respuesta de otra. El sábado siguiente regresé. Ya era, yo diría que ampliamente reconocido en los círculos de Aragua, Carabobo, Lara y Caracas. Hasta de allá venían los amantes del rap a escuchar a "un chamo que hacía el mejor rap en español", decían. "Yo canto hip-hop y rap desde hace diez años, y nunca había escuchado un tipo así. Creo que puedo ser su papá. Pero es un tipo genial", me contó un hiposo como de 40 que parecía que enfrentaba la guerra de Vietnam.

El viernes siguiente me llamó por teléfono, porque se iba a presentar en Caracas, por Los Chaguaramos, y quería que yo como periodista lo acompañara. Una amiga de él manejaba. Terminó siendo una jodedera con un grupo de gente que fumaba marihuana dentro del carro; así que, por carambola, yo también fumé.

A intervalos y en el transcurso del día, íbamos hablando. Su papá venía de los hippies y era aficionado al rock, por lo que él escuchaba rock casi desde el vientre de su mamá. Hablamos de Black Sabbath, Frank Zappa, Grateful Dead, Los Ramones, Led Zeppelin, Pink Floyd, etc. Eso que se llamó el rock pesado. Y, aunque le gustaba esa música, también escuchaba Alí Primera y a la Trova Cubana. Con esa voz quebrada y arrastrada hacia adelante, a pesar de parecer hiperkinético, escribía con el pensamiento las palabras que iba a decir. "Soy curioso y soy objetivo. Algunas canciones las escribo después de leer un libro y otras después de haber visto un documental o una película. No solo cantó canciones con motivaciones sociales. Quienes escuchan mis canciones, son personas que deben analizar, porque no todas tienen un mensaje positivo. Algunas mandan al mundo para la mierda y te dicen que ya vale la pena vivir entre el estiércol y la basura".

En el 2008 cumplió 20 años, me llamó para que fuera a echarme los palos con sus amigos. No me fue posible ir, y lo lamenté. Creo que, en julio del 2009, nos encontramos, y regresaba de una gira por México, si no me equivoco. Hablamos un rato largo y agradable. Ya era un crítico duro de Chávez y la conversación quedó, no en buenos términos. Cuando quería, era muy obstinado. No me gustan las discusiones, pero sentí que él no le estaba dando a Chávez la oportunidad de cambiar la cultura y la forma de pensar, a un venezolano que había sido envenenado por 100 años. Después, cerca de mi cumpleaños, a principios del 2010, una amiga quiso que recordáramos los viejos tiempos de comer sándwich de pernil en La Encrucijada, como a las 8:30 de la noche, porque me quedaba en la casa de ella, en Turmero. Allí nos encontramos, nos abrazamos y hasta nos tomamos unas cervezas. Me dijo que estaba trabajando en un nuevo álbum. Ya era todo un adulto con razonamientos muy avanzados. Tenía una dura posición política, y en las dos horas que estuvimos allí, fue impresionante el desfile de gente. "Mira, es Canserbero", gritó una chica desde un carro. "Párate, vamos a saludarlo. Hola, somos tus fans, venimos desde Caracas a comer sandwichs de pernil y lo menos que esperamos es toparnos contigo". Pero la otra amiga, estaba llamando a amigas en Caracas. "A que no adivinan con quién está hablando Yenny, con Canserbero", la gritadera no fue normal. Ponlo al teléfono le pedían. "Somos tus admiradoras. Eres espectacular". Esas dos horas me indicaron que ya no era un desconocido. Y esa conversación, con muchas interrupciones, también me decían que su búsqueda estaba muy por encima del promedio. Que sus problemas iban más allá de Chávez.

Nos despedimos como buenos amigos, y ya, por una razón u otra, no nos volvimos a ver. Efraín murió en junio del 2014 de un infarto fulminante y no pude ir a su velorio. A Canserbero lo murieron en el 2015 y tampoco pude ir. Se quedaron en el aire, todas esas discusiones esotéricas, todo ese mundo cosmogónico, todo ese auscultar para ver qué había debajo del arco iris. Hoy tendría 35 años y quién sabe cuánto habría avanzado, o en qué se habría convertido. Alguien me dijo que sufría de esquizofrenia, pero yo no vi ningún indicio de eso. Solo vi un tipo demasiado inteligente para su momento, un crítico muy duro, de todo y de todos, hasta de sí mismo. Una de esas muertes que jamás deben ocurrir. Quién lo mató. Aún es una incógnita.

Aún recuerdo al puertorriqueño Residente que en el video "Rap Bruto" lleva puesta una franela con el rostro de Canserbero. También El rapero puertorriqueño Almighty, quien lanzó una canción titulada "La Muerte", en homenaje a Canserbero. "… Canserbero está en el cielo y yo lo voy a honrar/ Yo soy más flow que sentimiento, lo acepto/ Y no sé si es mi virtud o mi defecto, en esto les apuesto/ Que muchos me quieren ver muerto/ Porque la envidia es más grande que mis ganas de un planeta full de afecto…"

Este año 2023, la prestigiosa revista Rolling Stone, realizó una lista de los "50 raperos más grandes en la historia del rap en español", colocando a Canserbero en el puesto número uno.

Todos los venezolanos, sobretodo los chamos de ahora, deberían conocer a Canserbero. Sabrían que hay compositores y cantantes, con un mensaje real, con conceptos sobre la vida y el mundo. Qué hubiera dicho sobre esta barbarie que estamos viviendo. Sus canciones hoy, se escuchan como nunca, diríamos que en gran parte del mundo, y ya trascendió ese círculo del rap, a gente que lo escucha porque quiere entenderlo. Gente que quiere saber en dónde estará rapeando Tirone en este momento.



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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