Crónica de un Irreverente

Consulta sobre la devaluación por mi barrio

Para llegar al lugar donde habito hay que viajar en un “yip” (por aquí llamamos así a cualquier vaina que transporte pasajeros) El fulano transporte pasa por unos bloques antes de enfilar al barrio. En las ventanas de esos bloques antes del 7-10-12 vi muchas fotos de Radonski de gente que se la da de rica porque vive en un apartamento, pero lo hace por auto llamarse “sifrina”, es un pegoste que le pegó la OLIGARQUÍA a los pobres de baja capacidad mental.

El yip sube, hace giros de 90°, serpentea, se mete en huecos, pasa por un sector que huele a papa frita. El chofer coloca su eterno cd de vallenatos y pone cara de llorón como que si la novia lo hubiera largado a la mierda por galán. Al fin después de paseo por 3 bolívares, llegó a mi parada. Lo primero que veo es al mocho “Cara de espada”, Cuando llego a su lado, se escucha el eterno…”dame dos lucas ahí viejo”, se las doy. “Cara de espada” se la da de sabio, todos en el barrio lo admiran.

“¿Cara de espada, qué te parece la devaluación?”.Enciende un cigarrillo. Exhala. Envía algunos anillos de contaminación al espacio y contesta:

“Mira viejo, esta vaina-muestra su cigarrillo- Es el aumento de la devaluación; dos bolívares y que lo sepas este cigarro es de los malos, hay unos que cuestan más”

Me marcho, el sol es un budare de oro en el firmamento. La señora Laura a la que cariñosamente le dicen “La negra”, descansa en la escalera. “Hola la saludo”. Con ese rostro que se gasta en el cual se ven unos dientes que parecen nubes veraniegas, contesta:”Hola Ángel, ¿compraste el periódico?” Contesto afirmativamente y ella me pide que se lo preste un momento. En mis ojos hay una avaricia, un cosquilleo y ¿por qué no? Un chismoseo bárbaro. Espero con ansias que lea el titular donde habla de la devaluación.

Pero ella lo que hace es hojearlo mientras busca algo con evidente emoción. Le pregunto de repente: “Negra” ¿qué te parece la devaluación?”. Al parecer ni me escucha, pero luego se detiene a mirar una de las páginas: “¿Qué vaina es esa, a mí lo que me interesa es como va Chávez con su enfermedad” me despido no sin antes escucharla decir:”Más tarde mando a Yiyo para que me lo vuelvas a prestar que yo si no lo leo me vuelvo loca”.

Llego al callejón donde duermen algunos perros ¿para qué sirven los perros en los barrios si no es para dormir? Me pregunto. Detrás de una puerta que semeja una maraña de alambres antiguos y retorcidos veo al viejo Ramón. Está leyendo la Biblia. Es uno de los evangélicos más notable del barrio. “Hola Ramón”- lo saludo. El viejo Ramón es delgadito como una flauta de bambú desgastada. Es elegante y posee una larga barba. Alguna vez me contó que “hombre sin barba no es hombre y que él odia esa publicidad de hojas de afeitar donde salen unos sujetos con la cara como manjarete voltiao. En la antigüedad, Ángel los hombres les hacían honor a su estampa varonil”. No aguanto más y le hago la reiterada pregunta:

“ Viejo Ramón cómo le parece a usted la reciente devaluación?”. Levanta su mirada de la Biblia y coloca un tique del Metro en la página para marcarla:

“Mira Ángel yo te voy a decir lo siguiente, esa medida que acaba de tomar el gobierno del querido Comandante Chávez es a favor, como todas las cosas que decide, de nosotros los pobres. Los millonarios de esta nación son unos hipócritas. Esa gente no tiene pudor ante nada. A ellos la única vitamina que le da fuerza es el dinero, Ángel, son unos locos históricos, nada tienen que ver con la patria ni menos con los pobres.

Coco, el niño deportista del barrio se detiene junto a mí: “Señor Ángel me trajo la Constitución que le pedí?”. Coco tiene 12 años de edad. El viejo Ramón interviene: “Y dime Coco ¿qué artículo te interesa de esa Carta Magna?”

Coco lo mira con la chispa que exhalan sus brillantes ojos: “Bueno lo que sucede es que del artículo 5 sólo recuerdo la parte que dice,” Los órganos del estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos”. Hurgo en mi morral y le doy el pequeño libro a Coco que de la emoción después de darme las gracias, brinca tres escalones a la vez y se pierde barrio abajo. El viejo Ramón regresa a su comentario:

“Los ricos son los que les han sacado provecho al dólar a 4,30. Ellos lo comprar haciendo trácalas y luego los venden en el llamado mercado negro a 30 bolívares, porque dime tú Ángel ¿quién en el barrio adquiere dólares, en ningún barrio, nosotros los pobres no somos importadores. Ellos, los oligarcas, los ricos, los millonarios que se robaron todo en la 4ta se aprovechan y además compran en el exterior con esa moneda que el gobierno les adjudica para traer cosas que tengan que ver con la alimentación del pueblo y con los bienes y servicios, pero la gula de ellos es inmensa y se vuelven locos explotando a las masas mayores de nuestra patria”

Dejo al viejo Ramón con sus ojos posados sobre la Biblia y continúo. Más arriba me consigo a Alfredo, John, Tifany, “Merluza vieja” y “Boca sindi”. La gente dice que son traviesos, pero yo nunca los he visto en eso. Están tomando el veneno Polar, porque es en los barrios donde Lorenzo Mendoza tiene a sus clientes más numerosos, que empero mueren, se enferman, quedan postrados, abandonan su hogares, pero ya están enviciados.

“Épale muchachos ¿qué talco?”-Los saludo. Tifany es una linda muchacha de rostro moreno, estudia arte, Alfredo está en el servicio militar, pero está de pernocta porque su mamá está enferma “Merluza vieja” es obrero de la construcción en Misión Vivienda y Boca sindi (no tiene dientes y por eso lo llaman así) es quien hace los mandados en el barrio y estudia de noche en la Misión Sucre.

“Opa señor Ángel”, me dicen al unísono. Tifian coloca su cerveza sobre una piedra y me pregunta: “Señor Ángel nosotros estamos comentando de que el Comandante tiene que ponerle mano dura a esos oligarcas desestabilizadores”. Alfredo agrega: “Ellos están bien equivocados sin creen que hablando de “Paquetazo” nos van a involucrar en sus traiciones a nuestro país, porque ellos son vende patria históricos, nosotros no caemos ni creemos en sus medios de publicidad, menos en sus periódicos”

“Merluza vieja” y “Boca sindi” escuchan y asienten todo los que dicen Tifany y Alfredo. Les pregunto qué opinan de la reciente devaluación. Una risa atronó en el ambiente: “Señor Ángel nosotros los que habitamos en los barrios y que somos mayoría y que además pusimos a nuestro Comandante en octubre nuevamente, vemos eso como gallina que mira sal; nos interesa que nuestro país avance y sabemos y entendemos que todo lo que decida el Comandante lo hace con amor y deseos de ver la patria florecer…eso es así, señor Ángel”

hdiderot@gmail.com


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

 legavicenta@gmail.com      @legavicenta

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