Luego de las elecciones del 6 de diciembre de 1998, cuando el Pueblo venezolano cansado de injusticias, pobreza y desigualdad social, eligió por amplia mayoría, al Comandante Hugo Chávez Frías para dirigir el Gobierno Nacional, muchas cosas han cambiado, en positivo, en la Patria de Simón Bolívar. Desde la aprobación, por primera vez en la historia venezolana, de una Constitución Nacional mediante referéndum popular y el despertar de la conciencia política y de solidaridad de las y los venezolanos, pasando por el desarrollo de la infraestructura vial, de vivienda y tecnológica para beneficio social, hasta los grandes beneficios en salud, educación y alimentación, son pruebas irrefutables del trabajo de la Revolución Bolivariana en pro de la sociedad que hoy, de nuevo, ve con optimismo la profundización del sistema de Gobierno que han tenido y desean mantener.
Ante los adelantos que en materia social, igualdad y eliminación de groseros privilegios se ha venido consolidando en la sociedad venezolana, la reacción por parte de sectores ultraderechistas, ligados con grupos e ideologías fascistas no se ha hecho esperar, y han activado todas sus fuerzas para frenar un proceso político-social que les impide hacer de Venezuela un coto privado para expoliar, robar y envilecer a un pueblo, con el único interés de favorecer sus intereses y apetencias personales y las de sus jefes en el extranjero.
La situación de hoy en el País Bolivariano está planteada en el sentido de profundizar la democracia participativa y socialista que ha venido dirigiendo con mano firme, pero democrática, comprensiva y paciente el Presidente Hugo Chávez o torcer el rumbo hacia un destino incierto, sin proyecto social alguno, donde lo único seguro es la vuelta al pasado para que los poderosos disfruten de privilegios y riquezas, mientras la gran mayoría de los y las venezolanas estén sumidas en la miseria y la injusticia, bajo la presión y el terror de grupos fascistas que tratarán de esclavizar a todo un pueblo pero, ese Pueblo no se doblegará y allí está la razón del desespero peligroso de quienes pretenden asaltar el poder, que están dispuestos a vender sus almas al demonio para lograr sus pérfidos objetivos, sin importarle la suerte de millones de personas que no comparten sus nefastos planes.
La democracia venezolana pondrá a prueba su fortaleza con esta nueva cruzada eleccionaria, de la cual surgirá la decisión libre y soberana de mantener al frente del Gobierno Bolivariano a Hugo Chávez Frías, única persona que en este momento crucial e histórico de la vida nacional, tiene la capacidad para fortalecer el sistema de Gobierno humanista y socialista que garantiza el bienestar de todas y todos en un clima de paz, alejado de las amenazas de violencia, retaliación y represión que anima a sus adversarios políticos.
Venezuela tiene todo el potencial para seguir fortaleciéndose en lo político, cultural, económico, industrial y social y esto se logrará únicamente bajo la conducción del actual Gobierno Bolivariano que ha iniciado, y está conduciendo con marcado éxito, el actual proceso socio-político que, según la mayoría de la población venezolana, no tiene vuelta atrás.
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