El pueblo sí sabe de buena política, sabe de estrategias y tácticas, las asume y las reconoce, obedece la línea del líder, le es fiel y tiene una agudísima percepción; esa, es la que nos dice hacia donde van las pretensiones. Hay circunstancias muy puntuales, y, tanto el pueblo como el arrepentido le entienden; claro, el pueblo posee total e irrefutable buena fe, el otro siempre deja preclaras dudas, mas sin embargo, son admisibles, necesitan el tiempo indicado para connotar la veracidad propositiva, la misma dinámica le va dibujando de forma perfecta, allí no hay inequívocos.
Los sucesos más recientes y propensos a la actividad electoral han cifrado ciertos eventos en el orden migratorio; cabe decir, que ya en la purita recta final deliberante, se divisan algunos corceles de especulada figura alzada, que cambian la línea de su carrera de forma muy brusca; es parte de la política y de divisar el momento ideal para anotarse a ganador, no es criticable, vale aquello, mejor del lado muy bueno aun bajo la crítica, que del lado malo muy enlodado, pero el meollo de la cuestión tiene mucho que ver con la percepción que se tenga del objetivo a logar; en la política siempre se estila saber manejarse con ambas manos, que han de ser de acero templado, pero con la visualización a guantes de seda. El político común de ayer no es el de hoy; ahora tiene direccionalidad, intuición y sagacidad, discierne, pero le hace con cierta erudición resultante de 14 años del forcejeo rutinario, si algún político aprovechador causa de engañarle, inmediatamente es captado por el medidor de nivel político y puesto al escarnio publico.
Ya las cartas están echadas, se lee en la mano izquierda la prosperidad, resultados satisfactorios y se dificulta en la mano derecha su lectura, sus líneas del presente y futuro son ilegibles, solo las del pasado son de suma claridad, adversa con su discurso capcioso e intento de retomar el camino o vía al desastre superado; eso, apresura a muchos a bajarse del autobús del “progreso”; le es difícil remontar tal circunstancia en tan solo 29 días exactos al evento mayor; al parecer, eso apremia a algunos con algún indicio de vocación democrática a desvincularse del tramposo perdedor y con características que van más allá de vender la patria, su deslealtad, más cierto troyanismo muy encubierto por el escándalo publicitario y mediático y, a lo mejor sugerencias impartidas del amo mayor del norte; está es la lectura que el pueblo político y experimentado le está dando a los cambios del ala derecha, además, opta por extraerle todo el provecho político posible dentro del espacio de su ideal político y proselitista; eso es madurez política en pleno ejercicio.
Pudiéremos pensar y, es nuestro pleno derecho, que se pueda tratar de una escaramuza, pero la jugada política consiste en descifrarle, revertirle y ajustarle a la conveniencia del momento político, se sopesan las pericias, se esgrimen muchas circunstancias y hasta se cata el sabor amargo y dulcito del chocolate.
La virginidad política dejo de ser requisito indispensable para el matrimonio político o concubinato ocasional, los acuerdos son instantáneos e imperdurables, dependerá de una mutua conducta para que se aniden sustanciales transacciones transitorias; ellas devengan dividendos inmediatos y como dice el refrán: la oportunidad la pintan calva. A la oposición los descalabros le afectan con medida de menoscabo luego, su inoportuna visión y el manojo de arrebatos en cuanto a lo de Amuay les fatiga y les pone en condición de auto-aguijonearse.
La mesa electoral muy pronta a servir el tan codiciado majar presidencial, mantiene el mantel rojo y en el banquete de los votos, hay mucha ausencia tanto voluntaria como involuntaria del amarillo; el combustible no alcanza para el tan controvertido autobús, tiene llantas lisas, muchos no se arriesgan al premeditado accidente inconstitucional y el día D está a la vuelta de esquina. Vacua sigue siendo la estrategia derechista, su yerro propagandístico está dirigido a la abulia patria y hay muchísimos que no están dispuestos, por una u otra razón, al extremo de esa deslealtad patria.
Los desertados tienen en su haber muchas cosas negativas, mas, poseen vastos conocimientos para dilucidar los nefastos y convoyados planes de la oligarquía y el imperio del norte; por esta razón, hay altísima preocupación del lado opositor al grado se atreverse a tomar drásticas medidas de exterminio accidentales o frontales; es una posibilidad que no debemos descartar ni omitir ni descuidar, es un alerta que se hace menester de inmediato y con prontitud preocupante; de los enfermizos y fanáticos cualquier cosa es factible, cuando la fiera se siente embestida pierde la habilidad y la sagacidad del olfato, la audición y la visión, actúa solo por instinto animal y es su estado más peligroso, puede poner en jaque la estabilidad del sistema.
Los riesgos de cualquier situación propicia o adversa, bien del arrepentimiento, la puesta en consideración de la consciencia ciudadana, el despertar de la lealtad patria o el troyanismo, son variantes que ameritan en suma práctica de la inteligencia política y de la del Estado, sus particularidades así lo exigen, y, en la construcción de una revolución, se sistematiza a escala mayor el depurar a lo máximo posible estas aberraciones anti-nacionales, que mal ejemplarizan la concepción de la venezolanidad externa e internamente y la estabilidad de su ideal Bolivariano hacia la conformación de la gran patria Suramericana, su ya bien dirigida extensión Latinoamericana y su percepción mundialista.
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