El salario mínimo ha llegado prácticamente a un dólar mensual en términos oficiales. Una acelerada y constante devaluación del bolívar ha terminado de desbastar cualquier mínimo poder adquisitivo. La clase trabajadora no solo vive la represión constante sino el más violatorio derecho humano, el derecho a vivir. Para este mes de agosto diversas organizaciones sindicales y de izquierda se preparan para salir a la calle contra la represión y por salario, parahacer sentir su voz de lucha y protesta
Recordemos que el valor del dólar estadounidense, que el 2 de enero de 2025 se cotizaba en 52.02 bolívares, para el 1 de julio de 2025, había alcanzado los 108.18 bolívares antes señalados, lo que representaba más que una duplicación de su valor en un período menor a seis meses. Siendo así una política de Estado de ir licuando cada vez más los míseros ingresos de la clase trabajadora, y beneficiando a los grandes empresarios y capitalistas, tanto de los viejos grupos económicos como los nuevos que han surgido.
Actualmente el salario mínimo está fijado en 130 bolívares mensuales, un monto que permanece congelado desde marzo de 2022, todo otro cualquier ingreso se trata de bonos otorgados discrecionalmente. Pero en la calle el que rige es el dólar paralelo, donde el salario mínimo mensual llega a los ochenta centavos de dólar. Una situación ante la que el gobierno de Maduro permanece inmutable.
Pero no se trata de algo casual, es una política deliberada de neoliberalismo extremo de un capitalismo devastador donde desaparece el ingreso formal para pasar al trabajo a destajo directamente. Una situación que todo el empresario y sus distintas cámaras festeja, y busca que transforme como norma, legalizando la superexplotación laboral.
A la par de todo esto están las medidas económicas del gobierno de Maduro, con un espiral de aumentos donde los tarifazos ocupan el centro de los golpes al bolsillo de la clase trabajadora. Para inicios de junio señalábamos que a través del SENIAT el gobierno había anunciado un aumento de la Unidad Tributaria, pasando de Bs. 9 a Bs. 43, un incremento del 377,7%. Este ajuste impacta directamente los cálculos de impuestos, multas y tarifas de servicios públicos. Sumado a esto las tarifas del servicio eléctrico han venido con incrementos significativos en 2025. Lo mismo podemos decir en los aumentos constantes en los servicios de telefonía fija y móvil, junto a la internet. Son aumentos siderales que van ahogando nuestros ya magros ingresos.
Todo esto es parte de un plan de ajuste capitalista que ha estado en curso sin cesar, en concordancia plena con el capital privado. Continuar con todo este plan, solo se puede hacer con mano dura y represión, a la vez imponiendo mecanismos más perversamente antidemocráticos, como los fraudes, para mantenerse en el poder.
Por eso es que al compás de esta miseria la represión política no cesa y las detenciones por protestar o por razones políticas no han parado. Una situación que se viene extendiendo desde hace años, que es lo que ha permitido al gobierno nacional sostenerse bajo una escala represiva cada vez mayor, donde las libertades democráticas son completamente cercenadas. Ante ello es importante plantear que el salario destruido es también represión estatal y patronal.
Desde principios de julio hay trabajadores petroleros detenidos y en las últimas semanas hemos sido testigos de una nueva oleada de detenciones, entre las que se incluyen dirigentes gremiales como Yanny González, presidenta del Colegio de Enfermeras de Barinas, o sindicales, como Fidel Brito, presidente de Fetrabolívar, Fernando Serrano, dirigente sindical de Venalum, Ángel Rivas, detenido en su casa al no encontrar a Maritza Moreno, presidenta del Colegio de Enfermería del Estado Bolívar, mientras a otros dirigentes sindicales como Juan Valor, exdirigente sindical detenido desde el pasado 9 de enero de 2025 sufre graves problemas de salud.
El autoritarismo y el esquema represivo del gobierno de Maduro está en el marco de los duros ataques que lleva años imponiendo sobre los trabajadores y el pueblo pobre, garantizándole a los patronos condiciones de super explotación de la fuerza de trabajo y una cada vez más brutal desigualdad social, manteniendo a grandes sectores de la población en la pobreza, mientras campean los negocios y vida de lujos de una minoría.
Lo agravante también es que se ha vuelto común que el gobierno, a través de sus organismos de represión detiene a activistas, sindicalistas, militantes e integrantes de movimientos de derechos humanos, sociales y organizaciones políticas, sin comunicar su paradero y sin ninguna causa, en otras palabras, se pone en práctica la desaparición forzosa y secuestro estatal.
Ante esta situación es que diversas organizaciones sindicales, organizaciones políticas de izquierda, de movimientos sociales y activistas, entre las que se encuentra la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS), en el marco de una amplia unidad, preparan acciones de calle para este mes de agosto, para hacer sentir la voz de los de abajo, los trabajadores y el conjunto de los explotados del país.
Una concentración y marcha se prepara para el 14 del mes en curso, donde las banderas centrales serán: basta de represión, libertad de los presos políticos y por un salario igual a la canasta básica. Como preparativo de la convocatoria se estará realizando una rueda de prensa el 7 de agosto en la entrada Tamanaco de la Universidad Central de Venezuela (UCV) a las 10 AM.
Para el pueblo trabajador, para poder hacerle frente las políticas antiobreras del gobierno de Maduro y de toda la patronal, se hace imprescindible unificar sus fuerzas, a pesar de las debilidades que se afronta. Sabemos de las muy difíciles condiciones objetivas que hay en nuestra clase ante las dramáticas condiciones de vida, del profundo retroceso de nuestras fuerzas. Pero a pesar de toda esta situación y de las derrotas sufridas por la dura represión por parte del gobierno, y el rol nefasto de dirigentes sindicales se hace necesario buscar las vías para recomponer nuestras fuerzas, pero es la única salida que tenemos para no terminar en una vida de esclavos.
Tenemos que organizarnos para enfrentar todos estos ataques, así como para seguir luchando por nuestras demandas fundamentales, entre ellas contra la represión y por la libertad de todos los presos por luchar y por razones políticas, por un salario al nivel de la canasta básica familiar y por todos nuestros derechos que nos han robado.
Por eso hacemos un llamado a redoblar esfuerzos para la organización, la lucha y la movilización, que este mes de agosto sea un punto de arranque que vaya aglutinando más fuerzas en las calles para derrotar las políticas antiobreras y antipopulares del gobierno, al tiempo que es necesario levantar un programa obrero y popular de salida a la crisis.