Lo deseaba con toda su pantalla. Quería que la policía fracasara, cometiera un desliz, una torpeza, para que los secuestradores iniciaran la matanza y entonces GLOBOVISIÓN y su pléyade de oligarcas, fascistas y pro burgueses criollos, en conjunción con los matarifes del mundo, dieran la gran noticia: “Chávez propicio la muerte de los secuestrados”.
Pero no hubo eso y Alberto Federico Ravell, el hombre más estúpido de la oposición CIPAYA Y VENDE PATRIA, salió llorando de la estación del terror situada en La Florida. Su empleada, aquella que le preguntó al ministro que por qué Chávez no estaba en la puerta del banco, igualmente estará sufriendo de “desarme mental”, ¿a cuál periodista con sesos, cerebro, mente y capacidad pensante se le ocurre hacer semejante pregunta, sin que por los poros de la cavidad craneal no se le escape un icor purulento?
Nos hacemos una pregunta: ¿en cuál Escuela de Comunicación Social se graduó esta dama, que hiere el periodismo y conmina al desprecio? ¿Es posible que sigan graduando periodistas que no sienten, que no tienen sensibilidad, que no entienden el lexema ni la teoría de la profesión escogida?
GLOBOVISIÓN está triste. Esperaba con ansias el chorro de sangre, el ruido infernal de los disparos, la sequedad de la angustia, el dolor humano, en aquel edificio del banco. Pero la policía actuó bien. Hubo coherencia, buen trabajo y eficacia. La oposición que anhela dolor y tragedia, se frustró. GLOBOVISIÓN está pálida. Le hace falta SANGRE, pero en esta oportunidad no la consiguió. Seguirá en su busca. Lo desea, lo anhela, no le importaría nada que los venezolanos se mutilen, se maten, porque la sed de sangre se lo pide. La oligarquía no es humana, pero sin sangre está expuesta al ostracismo social…es la parte inhumana de la sociedad. Vive de sangre y de dinero, de mentiras, de martirio y esclavitud.
GLOBOVISIÓN es la gran enemiga de ese pueblo que lucha, trabaja, crea, y sueña. Sólo los pensionados de la burguesía ven en GLOBOVISIÓN, algo real, porque en la mente de un oligarca pequeño burgués, sólo existe el tintineo del dinero y los prejuicios. GLOBOVISIÓN, es la cámara que tortura, la guillotina que cercena, el veneno que aniquila. En ningún otro país GLOBOVISIÓN podría salir al aire, porque hasta las mismas bacterias que pululan en la atmósfera, se opondrían. GLOBOVISIÓN es una enfermedad que seduce a los débiles de mente, conminándolos al camino de la muerte.
GLOBOVISIÓN no será jamás parte de ese pueblo que sabe lo que es el dolor de una noche en el barrio, porque GLOBOVISIÓN es esclavista y perniciosa: ataca todos los valores del soberano, para convertirlos en esclavos. No hubo matazón en Altagracia de Orituco, GLOBOVISIÓN fue en busca de su más anhelada vitamina: la sangre del pueblo. No la consiguió. En algún burdel de Este sifrino y pantallero, estarán llorando los vampiros. “Ya buscaremos otra oportunidad”, diría ALBERTO FEDERICO RAVELL, con esa cara que un día se comerá y luego regurgitará, la gula de la historia.
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